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El Pozo de Darvaza: las puertas del infierno en la Tierra

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El impacto del infierno ha sido tal, que no solo la teología se ha encargado de darle forma: la literatura también ha realizado su aporte. Es el caso de Dante Alighieri y su Divina comedia, cuyo protagonista, de la mano del poeta Virgilio, ingresaba a sus puertas para conocer los tormentos que formaban sus círculos.

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Pero, paradójicamente, la historia nos demostraría que no haría falta tanta inspiración para llegar a ese concepto. Que solo algo de ambición y un ligero error de cálculo serían más que suficientes para tener el umbral a una llamarada enorme y eterna.

Porque la entrada al infierno está entre nosotros, en el desierto de Karakum.

Un giro inesperado

Localizado en Turkmenistán, el Pozo de Darvaza es de los acontecimientos más sorprendentes que le han ocurrido a esa nación.

Todo comenzó en el año 1971, cuando un ruso especialista en geología exploraba el territorio en busca de petróleo. Al parecer, las expectativas eran buenas, pues en poco tiempo comenzaron las excavaciones.

Lo que no se esperaban era que iban a cavar en una zona de donde salía gas natural. Cuando comenzaron las labores de perforación, fue cuestión de tiempo que el suelo se desmoronara, dejando un enorme cráter de sesenta metros de radio y treinta de profundidad.

A situaciones desesperadas, medidas desesperadas

Aunque todos los equipos fueron tragados por el hundimiento, tuvieron la suerte de que nadie muriera ese día. Sin embargo, quedaba ahora un interrogante: ¿qué harían con las emanaciones de gas?

Por naturaleza no es letal, pero ese era el problema. La gravedad estaba en que el gas consumía oxígeno, lo que podía asfixiar a los habitantes de la localidad. La solución era de manual: había que prender fuego al hoyo. Con el tiempo, el gas subyacente se consumiría y todo volvería a la normalidad.

Pero fue una gran equivocación. La gran llamarada se encendió, iluminando las noches del desierto. Las semanas se hicieron meses, estos años y así ha seguido hasta cumplir casi 50 años en la misma situación.

Atractivo prohibido

Desde entonces el Pozo de Darvaza es conocido también como “la puerta del infierno”. El Gobierno ha limitado los permisos para visitarlo, pero aun así la gente se acerca por las noches.

Quienes lo han visto aseguran que el calor en el borde es insoportable. Es lo menos que puede pasar con un megahorno que ronda los 400ºC. Es, sin duda, una de las imágenes del mundo real que convierten la experiencia de Dante en un cuento para niños.

El mal de ojo y el nazar: orígenes perdidos y un significado intacto

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Aunque la creencia del mal de ojo haya sido ignorada por una amplia parte del mundo en el que vivimos, cada habitante del planeta parece saber que cada individuo tiene la posibilidad de hacer el mal desde un punto de vista espiritual.

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Tradición perdida en la historia

El mal de ojo es una especie de maldición o mala energía que se le adhiere a alguien a través de una mirada maliciosa, no pocas veces producto de la envidia.

Este gesto, hecho de manera subrepticia, termina por cargar a la persona, especialmente a los bebés o niños, de una desgracia particular que, en algunos casos, se dice que puede desembocar en la muerte.

Para ello, una pequeña figurita en forma de ojo, llamada popularmente nazar, serviría como conjuro para sortear el peligro. Históricamente, este objeto tiene una fecha bastante remota de existencia: aproximadamente en el año 3300 a.C. y está presente en civilizaciones tan antiguas como Mesopotamia o Siria.

Historiadores como Plutarco estaban convencidos de que el ojo humano tenía la facultad de liberar ciertos rayos invisibles con los que se podía perjudicar a los demás. En su caso, había un asidero biológico: algunos habitantes del mar Negro, cuyos ojos azules eran toda una rareza y, por ende, motivo de suspicacia.

En cambio, la idea del mal de ojo tal vez sea tan antigua como el miedo mismo.

Expansión por el mundo

Así, aunque en el Levante y el Mediterráneo tuvo su principal núcleo de vida, el uso del nazar poco a poco fue expandiéndose hasta el punto de considerarse una práctica incluso rutinaria dentro de las familias que, por ejemplo, acaban de tener un bebé y esperan protegerlo a toda costa.

A partir del año 1500 a.C. es cuando estos amuletos comienzan a cambiar su forma para semejarse a los que existen en la actualidad. Los objetos adquieren color azul gracias al tipo de barro con el que comenzaban a confeccionarse, el cual contenía cobre y cobalto.

Significado intacto

Sin embargo, lo más asombroso es que, a pesar de la cantidad de personas que lo emplean, las culturas tan diversas que lo han absorbido y el impacto que ha tenido en la sociedad, su sentido original no ha sido transfigurado bajo ninguna circunstancia.

De hecho, se emplea durante algunos vuelos de aviones de la misma manera en que los marineros lo colocaban en la proa de sus barcos. Y todo indica que seguirá siendo así.

Anhedonia: la gran condena de no sentir absolutamente nada

Hablamos de la anhedonia. Como indica su nombre (del griego an- ‘falta de’ y hedoné ‘placer’), implica que la persona que la sufre, simple y llanamente, está incapacitada para sentir placer por las cosas que hace. No importa cuáles sean. Ninguna de ellas le será satisfactoria.

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¿No es depresión?

En muchos de los casos se la confunde con una depresión aguda, de esas que surgen tras situaciones traumáticas severas donde se pierde la alegría de vivir.

La verdad es que los médicos las han asociado, pues se parecen mucho y la ausencia de placer es un síntoma de la depresión, pero incluso la persona más deprimida suele tener algún breve momento en el que disfruta de algo y, de hecho, lo agradece enormemente.

Con la anhedonia esto no ocurre. De hecho, debido a esto, las estadísticas muestran que las tendencias al suicidio son mayores.

La causa, aparentemente, está en el cerebro, pues es ahí donde se produce la liberación de dopamina, que es la responsable de sentir felicidad ante ciertos estímulos.

En las personas con esta condición, algo (presumiblemente la serotonina) bloquea la dopamina, dejándoles en un estado de “frialdad” ante cualquier estímulo que busque levantarle el ánimo.

¿Un callejón sin salida?

Además de rara, esta enfermedad aún no tiene una cura precisa, ni siquiera la posibilidad de para mitigar sus efectos. Quienes han hecho esfuerzos por erradicarla prácticamente utilizan los mismos métodos para tratar la depresión. Con todo, los resultados suelen ser peores para el paciente.

A medio plazo no se espera que mejore esta situación. Es algo que ocurre con muchas enfermedades raras o poco comunes, pero nadie descarta que las investigaciones que se lleven a cabo iluminen alguna respuesta en el futuro. De esto, por fortuna, también tenemos casos memorables en la medicina moderna.

El maquillaje en diferentes civilizaciones y épocas

El maquillaje en Egipto

En el antiguo Egipto, los hombres y mujeres daban mucha importancia al aseo personal. Los egipcios se rasuraban la cabeza por motivos higiénicos, por el calor o por motivos religiosos. Se depilaban el vello superfluo y preparaban aceites y cremas con diferentes plantas.

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Además de la higiene, dedicaban mucho tiempo al maquillaje: se pintaban los labios con antimonio, se maquillaban los ojos de color azul –que obtenían pulverizando piedras minerales–, se exageraban las ceja, se perfilaban el ojo con forma de pez utilizando kohl y se pintaban las uñas de manos y pies de colores brillantes, sobre todo purpura. Los faraones eran los únicos que tenían el privilegio de llevar una barba postiza.

En diversas excavaciones se han encontrado numerosos objetos que utilizaban para maquillarse, muchos de los cuales pueden verse el museo del Louvre.

El maquillaje en Grecia

Grecia fue heredera de los cuidados estéticos de Egipto y, posteriormente, estas costumbres se introdujeron en Europa.

El buen estado físico era fundamental para los griegos; tanto mujeres como hombres dedicaban horas al baño, al masaje y al ejercicio. Los hombres se rizaban la barba y el cabello y se depilaban las piernas.

En las mujeres se valoraba una piel muy blanca, para ello comían gran cantidad de cominos y se blanqueaban la piel con albayalde y ceras. Los ojos, al igual que los egipcios, de perfilaban con kohl, se maquillaban los ojos con azul y negro y los labios y mejillas con un rojo vino. Se depilaban el cuerpo con pomada y se teñían los cabellos, que casi siempre llevaban rizados y sueltos.

El maquillaje en Israel 

Debido al tiempo que convivieron con los egipcios, los israelitas adquirieron gran influencia estética de ellod. A pesar de las reglas estrictas de este pueblo, las mujeres  utilizaban aceites de recetas egipcias, emplearon el kohl para los ojos y, para dar color a las mejillas, el alheña. El cabello lo lucían trenzado y cubierto por un velo.

El maquillaje en Mesopotamia

En Mesopotamia tenía mucha importancia el cabello y la moda. Los hombres se rizaban la barba y el cabello dejando tirabuzones en las puntas, la abundancia de cabello en los hombres representaba valor y fuerza.

Las cejas se teñían de negro y usaban colorete en la cara de colorete. También empleaban polvo de oro para pulverizar la barba y el cabello. Las mujeres llevaban el pelo rizado y suelto y utilizaban lapislázuli en los ojos.

El maquillaje en Roma

Los romanos adquirieron las costumbres estéticas de Grecia y Egipto. Las mujeres romanas pudientes dedicaban largas horas a baños, masajes y peinados, siendo algunos muy laboriosos. Todo ello lo realizaban sus esclavas.

Durante un tiempo hizo furor el pelo tintado de rubio, también estuvo de moda unir las cejas, para lo que machacaban huevos de hormigas y moscas. Elaboraban pestañas postizas, se blanqueaban el rostro con una mezcla de harina de habas y yeso,  utilizaban kohl y antimonio para las cejas y las mejillas las maquillaban de rojo vivo.

El maquillaje en Bizancio

Las mujeres bizantinas cuidaban mucho su cutis. Utilizaban cosméticos preparados con grasa animal y mirra, abrían los poros con paños calientes y hacían mascarillas de barro. La tez era blanca y destacaban los labios muy rojos.

El maquillaje en Arabia

Esta gran desconocida en el continente europeo tuvo una enorme influencia en la Edad Media.

La mujer recluida en el aren empleaba largas horas a embellecerse y cuidaba su cuerpo con aceites, baños y masajes. Se tapaba la cara con un velo y el cabello con sedas, se adornaba con piedras preciosas, utilizaba para los ojos kohl y se maquillaba la cara y las manos.

El maquillaje en la Edad Media

En la Edad Media se consideraba el cuidado personal indigno y ofensivo. Se tapaban la cabeza con un tocado y llevaban el cabello con trenzados que eran verdaderas obras de arte.

El maquillaje en el Renacimiento

En esta época se cambió la forma de peinar, vestir y adornarse. La cosmética se benefició de la alquimia. Para disimular el mal olor debido a la poca higiene utilizaban mucho perfume.

Se puso de moda que la mujer se tiñera el pelo de rubio empleando múltiples recetas para obtener el conocido rubio veneciano. Las cejas se dejaban muy finas y arqueadas y a veces se las depilaban totalmente. Se aplicaban el kohl en los ojos y se daban colorete rojo granadino.

El maquillaje en los siglos XVII y XVIII

Se dio mucha importancia a la moda, que la marcaba la corte. La cosmética estaba en su mayor apogeo y, a finales de siglo XVII, los hombres empezaron a llevar peluca.

En el siglo XVIII, las mujeres llevaban postizos de gran tamaño con tirabuzones y rizos y se seguía combatiendo el mal olor con perfumes.

El hombre se maquillaba tanto como la mujer, se emblanquecían la cara con harina o polvo de arroz, los parparos se maquillaban de azul o verde, los labios en forma de corazón, de rojo intenso, y se pintaban lunares o se los ponían pegados (algunos eran de terciopelo).

El maquillaje en el siglo XIX

La moda, a diferencia de los siglos anteriores, ya no la marcaba la corte, sino la burguesía. Se llevaba la imagen de parecer una mujer enfermiza: se marcaban las orejas de azul, las mejillas de rosa pálido y los labios de carmesí. Asimismo, se tomaba vinagre y limón para dar aspecto de enfermo.

El maquillaje en el siglo XX

En el siglo XX la mujer se libera y empieza a trabajar y a participar en eventos deportivos. La cosmética ofrece gran variedad de productos de maquillaje y de peluquería. Los medios de comunicación, publicidad, televisión, cine y teatro marcan los ideales de belleza de esta época.

En los años 20 destacan los cortes de pelo a lo garzón, los ojos maquillados de negro, el cutis claro y los labios rojos.

En la década de los 40, los maquillajes son de fondo claro, las cejas muy depiladas, los ojos exagerados y los labios, sobrepasando la comisura, se pintan de rojo intenso.

En la llamada década prodigiosa de los 60 se llevan las cejas finas, los ojos azules, los labios rojo oscuro y el pelo en media melena.

En los 80 se imponen los vaqueros para vestir, el peinado sin complicaciones, fácil de peinar, y el maquillaje natural poco cargado. Tanto la moda como el maquillaje van variando según la ocasión.

El maquillaje en el siglo XXI

Ya en el siglo XXI, la moda es muy competitiva. Los estilos se establecen según el rostro o la ocasión, hay gran grupo de personas que no se maquillan y otras que lo hacen solo en ocasiones especiales. La moda evoluciona, creando colecciones de épocas anteriores.

El maquillaje tiene como objetivo que tanto el hombre como la mujer se vean mejor, más atractivos, más jóvenes, resaltando su belleza natural.

Según la ocasión o el momento, se requiere un tipo u otro de maquillaje acorde con el estilo de la vestimenta y del estado de ánimo.

Estas son las enfermedades más raras del mundo

¿Acaso hay algo peor que estar enfermo? En realidad sí, estar enfermo de una enfermedad rara, de esas difíciles de comprender y de tratar incluso para el especialista de turno.

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Estas son las enfermedades más anómalas que hasta el momento ha podido registrar la ciencia:

Ictiosis arlequín

Es una enfermedad de orden genético en la cual la persona nace con unas escamas muy grandes y gruesas que le cubren todo el cuerpo. De hecho, se le llama arlequín porque se asemeja bastante los trajes que utilizan los arlequines.

No conforme con esto, los bebés que nacen con esta condición tienen los párpados al revés, lo que les da un aspecto terrorífico: parece que tienen los ojos rojos, pero en realidad son los párpados que están hinchados.

Las personas que padecen ictiosis arlequín sufren de trastornos a nivel respiratorio y tienen dificultad para alimentarse, por lo que, en la mayoría de los casos, no sobreviven.

Ectrodactilia

Los que padecen ectrodactilia tienen el problema de nacer con una deformidad en las extremidades: por lo general los dedos, o algunas partes ellos, les faltan.

Esto genera la impresión de tener pinzas de langostas en vez de pies o manos normales.

Enfermedad de Munchmeyer

También conocida como Fibrodisplasia Osificante Progresiva (FOP) o miositis osificante.

Provoca que algunos de los tejidos que deben ser blandos por naturaleza se osifiquen. Eso se debe, según los científicos, a la activación de un gen mutado que hace que se forme hueso en músculos, tendones, ligamentos, etc.

El caso más conocido fue el de Harry Raymon Eastlack, quien llegó a sufrir en todo su cuerpo esta osificación, salvo en los labios. Antes de morir quiso donar su cuerpo a la ciencia para que los investigadores pudieran dar con una respuesta que aliviara a personas con su misma condición.

Hermafroditismo

Esto ocurre cuando dos cigotos se funden en el vientre de la madre. Al nacer, se tiene como resultado unos genitales masculinos y femeninos más o menos desarrollados.

Esto no implica que la persona pueda ovular y producir espermatozoides al mismo tiempo. En los pocos casos que se han visto en el mundo siempre uno de los dos genitales está más desarrollado que el otro.

Esto es lo que les ha dado pie a los científicos a explicar que, en términos teóricos, no se podría hablar de personas hermafroditas, sino intersexuales.

Hipertricosis

También conocido como “síndrome del hombre lobo”, es una enfermedad muy rara y poco frecuente.

Es también una mutación genética que provoca que la persona que lo padece esté completamente cubierta de pelo lanugo por todo su cuerpo, incluso en las palmas de las manos y de los pies. Por desgracia, es hereditario.

Cómo la contaminación del aire está perjudicando al mar

Todos conocemos las bondades y misterios que encierra el mar. Símbolo de lo profundo, lo oculto y lo misterioso del mundo, es también uno de los grandes limpiadores que tenemos en nuestro planeta.

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Y no solo como vertedero, como usualmente se le da empleo en las sociedades industrializadas. De hecho, cuando eso ocurre, también hay un proceso de limpieza, pero no hablaremos de eso hoy, sino de algo mucho menos visible, como lo que ocurre con el calentamiento global.

Una gran esponja

En el mundo se están produciendo enormes cantidades de dióxido de carbono que son en parte responsables del llamado “efecto invernadero”. Y sin la ayuda del mar ese proceso sin duda sería mucho más acentuado hoy en día.

Los estudios han descubierto que el océano absorbe alrededor del 30% del CO2 que estamos produciendo al menos desde el siglo XX. Estamos hablando de unos dos mil millones de toneladas anuales.

La verdad es que a los ojos de muchos parece un trabajo mecánico, pero no por ello menos noble cuando nos damos cuenta de lo que implica: una gran cuota de sacrificio de su propio ecosistema.

Una destrucción lenta, pero segura

La comunidad científica no le ha prestado mucha atención a la cantidad abismal de carbono que absorbe el océano, muchos científicos no están convencidos de que a medio plazo se quede sin capacidad de adquirir estos gases.

Lo que sí les preocupa es lo que pasa allí dentro cuando estos gases son absorbidos por el agua. Aunque el fenómeno ocurre con una lentitud difícil de captar para el ojo humano, poco a poco se van mostrando sus resultados.

Mayor nivel de ácido

Uno de ellos tiene que ver con la acidez del océano. Poniéndolo simple, a mayor presencia de dióxido de carbono en el agua, más ácida es. Y, por supuesto, los organismos que viven en ella tienen más posibilidades de morir, y de hecho ya están muriendo debido a esta situación.

Menor cantidad de oxígeno

Como se sabe, cuando el mar absorbe el carbono, se trae con él el calor, y cuando este está presente, sencillamente hay menos oxígeno. ¿Resultado? Muchas especies marítimas empezarán a morir, pues no tendrán cómo respirar.

Un futuro apocalíptico

Por ello muchas personas ya han comenzado a crearse su película futurista para responder a la pregunta de qué pasaría si llegamos al punto de no retorno, si el océano ya no pudiera absorber más gases.

En ese caso, se cree que habría una capa superficial en el mar que haría imposible que las corrientes frías del mar salieran, quedándose en las profundidades, pues el carbono no podría llegar tan abajo.

Con esto, el proceso de recalentamiento se aceleraría y, con él, podría llegar el fin de lo que conocemos como planeta.

Los mejores carteros de la literatura universal

En el año 1982 Camilo José Cela recibió el título de “Cartero Honorario”, lo hizo con el uniforme propio del oficio. La condecoración fue el broche más que merecido a los continuos guiños que hizo a la profesión a lo largo de su carrera literaria.

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Con posterioridad han recibido esta distinción Ramón Carande (1985), Antonio Mingote (1998), Sofía de Grecia (2013) y José María Cruz Novillo (2019). El título permite al premiado utilizar el uniforme del cuerpo de correos –eso sí sin sueldo– y el privilegio de disponer de una franquicia postal con matasellos propio.

Del cartero del zar al más apocalíptico

El cartero por antonomasia de la literatura es, sin duda, Miguel Strogoff, el infatigable correo del zar, al que dio vida Julio Verne (1828-1905) en 1876. ¿Quién no ha viajado con él, en plena invasión tártara, los más de cinco mil kilómetros que separan Moscú de Iskutsk?

La providencia, y el autor francés, claro está, quiso que Miguel no lo hiciese solo, una joven de origen livoniano –Nadia Fedor– se convirtió en su inesperada compañera de viaje.

Año 2013. Un futuro distópico en el que la guerra nuclear ha reducido a grupos aislados a los seres humanos. No hay leyes ni autopistas, ni siquiera señales que permitan atisbar el más mínimo optimismo. Allí Gordon Kranz, un vagabundo que se gana la vida recitando poesías de Shakespeare, encuentra casualmente los restos de un camión de correos. A partir de ese momento decide marcase un objetivo en su vida: llevar las cartas a sus respectivos destinatarios. Esta es la trama de “El cartero”, la novela postapocalíptica del escritor estadounidense David Brin.

El cartero amigo del poeta

En 1934 se publicó la novela negra “El cartero siempre llama dos veces” de James M Cain. En ella se mezcla la violencia y la sexualidad hasta tal extremo que las autoridades bostonianas la consideraron irreverente y prohibieron su venta en las librerías.

Una fuerte atracción sexual, alimentada por prácticas sadomasoquistas, propician que Cora, una bella mujer casada con Nick Papadakis, y Frank, un estafador de media pluma, planeen el asesinato de el Griego. La trama se irá enmarañando hasta un punto inconcebible.

No podía dejar de aparecer en nuestro singular recorrido “El cartero de Neruda”, de Antonio Skármeta. Una novela publicada en 1985 y que se ha convertido ya en uno de los clásicos de la literatura.

En ella el escritor chileno, una de las máximas figuras de la literatura hispanoamericana, nos cuenta la historia de Mario Jiménez, un joven pescador que decide abandonar su oficio para convertirse en el cartero de Isla Negra. Se trata de un recóndito lugar en el que la única persona que recibe y envía correspondencia es el poeta Pablo Neruda, con el que entablará una relación muy especial.

Cartero antes que novelista

Durante doce años Charles Bukowski (1920-1994) estuvo empleado en una sórdida y desalmada oficina de correos de Los Ángeles. En “Cartero” el irreverente escritor nos dibuja, con su estilo inconfundible, un fragmento de su vida bajo la máscara de Henry Chinaski, su alter ego. Una desgarradora, al tiempo que divertida, novela de uno de los máximos representantes del llamado realismo sucio.

Dejamos para el final al cartero más tierno de toda la literatura, Ibrahim. Un personaje que realiza su encomiable profesión con la ayuda de una motocicleta, que le permite acceder a los lugares más recónditos de Bagdad, una urbe invadida por la tristeza y la desolación. “El cartero de Bagdad” es una novela de Marcos Calveiro que hace las delicias de grandes y pequeños.

¿Hay evidencias de que realmente haya existido Jesucristo?

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El debate sobre la existencia de Jesucristo sigue vigente en la actualidad. Así, afirmaciones sobre su supuesta inexistencia se han hecho tan populares y tan amplias que parece tratarse de una verdad científica irrebatible.

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Este movimiento cobra fuerza pese a que los Evangelios brindan varias referencias a su figura y a otros referentes difícilmente falseables a nivel histórico. Siendo así, se ha propuesto que la lógica que mueve a las personas que afirman la inexistencia de Cristo es que, como se trata de algo movido por la ideología, Jesús es una especie de invención dentro de un relato bien tramado.

Es por eso que muchos se hacen la pregunta de qué pruebas podemos encontrar que nos permitan hablar de la existencia de una figura como Jesucristo a nivel histórico. Hay evidencias, pero probablemente no sean las más aptas para los creyentes fervientes del cristianismo.

Fuentes clásicas

Muchos historiadores atestiguan, según las fuentes que manejaron, que, en efecto, hubo un líder entre los judíos al que llamaban “Cristo”, y no siempre tienen las mejores referencias de él.

Esto se debe a que son autores paganos pertenecientes algunos de ellos a una religión dominante (que no es la de Jesús), cuando no a la corriente de pensamiento propia de los intelectuales del momento: la filosofía.

Uno de ellos es el historiador Tácito quien, en sus Anales, lo menciona como un líder de los cristianos muerto por Pilatos cuyos seguidores ya andaban por Roma.

El segundo es Suetonio. Su Vida de los doce césares habla de cómo el emperador Claudio tomo la medida de expulsar a unos judíos revoltosos por causa de un líder no menos incendiario llamado “Cresto”.

Textos rabínicos

Asimismo, hay una cantidad importante de textos rabínicos que aseguran que Jesús existió. De hecho, muchas de sus acciones coinciden en lo que dicen los Evangelios, sin embargo, debido a que se trata de una corriente espiritualmente contraria a él, muchas de sus interpretaciones se hacen con una mirada negativa.

En algunos pasajes se señala que este se proclamó Dios y señaló que habría de volver por segunda vez, con lo cual corrobora lo que afirman los textos canónicos, si bien se les da un prisma crítico, pues lo consideran un falso maestro.

Aunque polémico, existente

Hay muchas más referencias pero, sean cuales sean, ninguna de ellas cuestiona la presencia de un hombre de carne y hueso que tuvo una actividad intensa en la tierra.

No hay que descartar que parte de la confusión cuando la gente dice que no existió tiene que ver con el misterio de la Santísima Trinidad, donde el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son uno y trío al mismo tiempo.

Volaré contigo. La Odisea: Pensar en voz alta es monologar

La novela Volaré contigo. La Odisea, de Gonzalo Valdés Medellín, es un monologar de un escritor maduro, el personaje, que asiste a una discoteca, La Odisea, donde conoce a un joven que lo hace sentir rejuvenecido. Se va dando cuenta que al paso de los días que visita la discoteca se enamora del joven bailarín. Empieza a sentirse atraído por él, cuando ya no creía en el amor por sus continuos fracasos amorosos, debido a su frialdad intelectual: donde los cuerpos solo se unen para satisfacer la necesidad sexual.

El autor logra atrapar al lector a través de ese monologar del personaje, es como si “pensara en voz alta” para los espectadores de una obra teatral. Bien podría convertirse en una obra para teatro, así está también pensada, porque Gonzalo Valdés Medellín es director de teatro.

En los años de 1990 hasta el 2000 presentó con mucho éxito la obra teatral A tu intocable persona, que también apareció como novela.

Se puede asegurar que la novela Volaré contigo. La Odisea, si se hiciera obra teatral, tendría un éxito garantizado. El monologar del personaje nos lleva a adentrarnos a la psiquis del personaje joven y al del escritor maduro al marcar las perspectivas de vida por el tiempo pasado del escritor y el presente del joven bailarín, creando una existencia común donde el amor no puede existir. Aunque ambos busquen el amor, el tiempo se interpone entre los cuerpos, los pensamientos, las creencias, los sueños, la vida.

Es una novela, obra de teatro también, que describe el amor, desamor, entre dos seres humanos que, en busca de comprender su mundo, se enfrascan en una relación imposible, porque cada uno se envuelve en su propia ilusión, destruyendo cualquier tipo de relación: amistosa, sentimental, sexual.

También es una historia donde el tiempo interviene en la relación de dos seres humanos que viven el presente como un sueño que se puede convertir en pesadilla. En fin, es una novela que no puede pasar desapercibida en estos tiempos difíciles de amor, desamor, en una sociedad egocéntrica.

Palacio Barolo: la versión arquitectónica de la Divina Comedia de Dante

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Un claro ejemplo donde se logra con notable éxito la conexión entre literatura y arquitectura es el Palacio Barolo, ubicado en Buenos Aires. Se trata de un edificio ubicado en el centro de la ciudad, en la avenida de Mayo, paseo que conecta la Casa Rosada, sede del Gobierno, con el edificio del Congreso de la República.

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Y la arquitectura amó a Dante Alighieri

Cuando Luis Barolo le pidió al arquitecto Mario Palanti que creara un edificio para él, no se imaginó que el italiano le respondería con una propuesta tan impresionante, ni que éste se dedicaría a diseñar no solo el edificio, sino también cada uno de los elementos decorativos, incluyendo lámparas, manijas de puertas o las jaulas para los ascensores.

Impresionado, Barolo le dio luz verde. Palanti era un gran admirador de Alighieri y de allí que incorporase a su edificio interesantes referencias a La Divina Comedia. Entre ellas se encuentra la propia estructura del edificio que se divide en tres partes: Infierno, Purgatorio y Cielo. En lo alto se eleva un faro que representa el Empíreo.

Fachada principal del palacio Barolo,
Fachada principal del palacio Barolo, Buenos Aires, Argentina (Eugenio Hansen, OFS / CC BY-SA 4.0)

El edificio mide exactamente cien metros de alto, medidos desde el suelo hasta lo alto del faro, y se divide en 22 plantas. La Divina Comedia está formada por cien cantos, cuyos poemas contienen 22 estrofas cada uno. El faro, a su vez, representa a los nueve coros angelicales.

Palanti y Barolo planificaron en su momento trasladar los restos del bardo italiano a este edificio, así que pretendían convertirlo en un mausoleo. Cuando se inauguró en 1923, se convirtió en el edificio más alto de Suramérica, honor que conservó hasta 1935.

Actualmente tiene un uso mixto: en sus más de 500 locales coexisten una sala de teatro, oficinas de negocios, tiendas comerciales y hasta una academia. No obstante, la arquitectura y los detalles del edificio se cuidan celosamente, de hecho, este edificio fue declarado Monumento Histórico Nacional.

Los otros misterios del Barolo

Quienes han visitado el Palacio Barolo atestiguan que se respira en él un cierto aire misterioso, que seguramente responde a la estética particular que Palanti imprimió a su obra. El edificio no es fácil de clasificar en un estilo arquitectónico determinado, porque mezcla varias tendencias.

Escalera en espiral del palacio Barolo (Beatrice Murch / Flickr CC BY 2.0)

Como en las casas embrujadas, hay multitud de pasillos ocultos a la vista de los incautos, que conectan habitaciones y diversos ambientes, pero además, desde el interior del edificio se puede visitar el embaulado del arroyo Tercero del Medio, que recorría la ciudad y que ahora se encuentra confinado a una tubería.

El Palacio Barolo tiene, además, un hermano casi idéntico (faro incluído), ubicado en Montevideo, Uruguay: el palacio Salvo. La intención de Palanti era formar un haz de luz continua entre los dos edificios, representando la hermandad de estas ciudades.