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Gestión de las emociones: funciones y las mejores 10 herramientas de la psicología para una mejor autogestión emocional

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¿Qué es gestionar emociones? Se ha vuelto frecuente hablar de los problemas psicológicos como si su origen se tratara de una alteración al momento de gestionar los pensamientos, todo lo que pasa por la cabeza y el contenido plasmado en palabras. Un adecuado manejo de emociones no solo permite liberarnos de las típicas tensiones de la vida cotidiana, sino también promover la calma y creatividad.

La gestión de emociones, también llamada manejo de emociones, es hacer consciencia de las emociones que se están sintiendo, aceptarlas y regularlas de ser necesario, con solo adaptarse al contexto en el que te encuentres. Dicho proceso puede significar un reto, pero que afortunadamente, puede mejorarse a través del aprendizaje.

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¿Qué es la gestión emocional?

¿Qué es gestión de las emociones o qué es gestión de emociones? El proceso de controlar nuestras emociones se llama manejo de emociones, siendo la habilidad que tienen las personas al momento de gestionar y canalizar los diferentes tipos de emociones, sean negativas o positivas. Antes de iniciar de lleno en qué quiere decir manejar una emoción, es importante refrescar para qué son las emociones y la definición de emociones.

Cada una de las emociones existentes son completamente válidas y se encargan de brindar algún tipo de información, es decir, tienen un propósito. Entender el porqué de cada una, ayuda a una toma de decisiones de forma efectiva e informada.

El componente emocional de la mente es fundamental para comprender la forma de pensar y sentir, así como para saber cómo los seres humanos se adaptan a los retos que se les aparecen en el día a día. Lastimosamente, la sociedad actual parece considerar a las emociones irracionales como enemigas de la razón, conllevando a que varias personas lleguen a depreciar esta faceta afectiva de uno mismo, al punto de ser vista como un obstáculo al momento de alcanzar una meta y seguir creciendo como persona.

Como implica la definición de manejo de emociones y sentimientos, las emociones son parte de las personas y cuentan con una función adaptativa importante, por lo que es vital saber aceptarlas y llevarse lo mejor posible con las mismas. Incluso, de lograr cómo gestionar las emociones, se conseguirá que estas trabajen a favor de los valores e intereses, en lugar de ir en contra de los mismos.

Ha sido en los últimos años en los que el término gestión de las emociones ha cobrado mayor relevancia, gracias al auge de la inteligencia emocional, la cual se ha solidificado como un constructo de gran interés entre los psicólogos por sus beneficios para la salud psicológica de los individuos y rendimiento de estos en diferentes ámbitos, como el académico, laboral, personal o deportivo.

Un adecuado manejo de emociones permite determinar en mayor o menor medida el éxito en diversos entornos de la vida, como en el caso del trabajo o relaciones interpersonales.

¿Cuáles son sus beneficios?

Ahora que sabes el significado de manejar emociones, vamos con los beneficios de controlar las emociones, entre los que podemos encontrar los siguientes:

  • Mantener una autoestima equilibrada sin permitir que sea sesgada por el pesimismo.
  • Prevenir métodos más problemáticos y hasta nocivos para “gestionar” la ansiedad o estrés (es decir, consumo de drogas, tomar alcohol, comer sin apetito, entre otros).
  • Mayor facilidad al momento de adaptar la conducta de acuerdo al estado emocional de la persona con quien estés socializando.
  • Mayor capacidad para identificar y etiquetar emociones y conocer como canalizarlas.
  • Mejor predisposición para no ceder frente a distracciones y concentrarse en las actividades a realizar, sin dejarlas para más adelante.

¿Qué consecuencias pueden darse de no hacerlo correctamente?

Aquellas emociones sin gestionar, terminan por controlar a la persona. Las inevitables consecuencias de no manejar adecuadamente las emociones, es que, al no ser expresadas, se convierten en una bomba de tiempo.

No muchas personas se enfocan en enseñar qué es la gestión emocional, ya que, en la sociedad, lo más frecuente es encubrir y guardar lo que se siente y expresar muy poco. Las emociones negativas especialmente son las más reprimidas, debido a que son las que más rechazo pueden suponer por parte del entorno, por ejemplo: expresar algún malestar, decir “no”, llorar, son acciones que se evitan exteriorizar. Por tanto, el no gestionar las emociones de forma adecuada, hará que estas controlen tu vida, al grado en que puede generar sufrimientos innecesarios.

Funciones de la gestión emocional

Entre algunas de las funciones o habilidades que conlleva el manejo de emociones son las siguientes:

Autoconciencia

Esta función permite predecir como una situación o persona puede repercutir en la comprensión del propio estado emocional. Además, permite observa cuales son las reacciones emocionales de cada quien frente a diversas situaciones y así mejorar sus respuestas en el futuro. Un ejemplo, una persona que entiende que, si estar preparado le da mayor tranquilidad y seguridad dentro de su trabajo, indudablemente buscará tomar medidas para asegurar que está lo más preparado posible en su entorno laboral.

Reflexión

La reflexión ayuda a las personas a descubrir el porqué de su reacción emocional frente a otro individuo o situación, además de ser de ayuda al momento de solucionar conflictos separando la situación de la emoción. Veamos: si en el trabajo se tiene un conflicto con un compañero acerca de una decisión que tomó mientras estabas ausente, lo adecuado sería reflexionar primero sobre porque no te sientes de acuerdo. Comprender la causa de los sentimientos permitirá llegar a un acuerdo con la otra persona.

Aceptación

Aceptar cada emoción sin asignar ningún valor, puede ayudar a que se dé una reacción racional frente a una situación que puede hacerte sentir de una forma determinada. Cuando se acepta una emoción, se vuelve más sencillo recuperarse tras una reacción, para luego concentrarse en la siguiente actividad. Además, aceptar emociones propias también facilitará el desarrollo de empatía hacia los demás.

Perspectiva

Un adecuado sentido de perspectiva ayuda al manejo de emociones colocándolas dentro de un contexto. Un ejemplo: supongamos que estas a punto de dar una presentación ante una audiencia, pero te sientes bastante nerviosos, esta emoción te pondrá en perspectiva que es normal que haya algo de ansiedad al momento de hablar en público y que hasta los profesionales más exitosos pueden sentirse así. La perspectiva permite recordar que cada emoción es una respuesta saludable en una situación y puede ser superada al cumplir con una responsabilidad.

Empatía

Esta función permite relacionar como se están sintiendo los demás en una situación utilizando la experiencia propia. El uso de la empatía en un lugar de trabajo ayuda a la construcción de relaciones saludables con colegas y evitar conflictos. También permite reconocer si algún colega necesita ayuda para administrar su carga laboral y entender si siente frustración por un retraso u obstáculo.

Claves especiales para la gestión emocional

Cuando las emociones están en calma, hay mayor capacidad para trazar metas y cumplirlas. Desde establecer relaciones interpersonales sanas y dar lo mejor de uno mismo en varios ámbitos. De ahí radica la importancia de gestionar las emociones, conseguir esto solo requiere de constancia y decisión. He aquí algunas claves comunes a todos los ejemplos de manejo de emociones que te pueden servir.

Reconocer las emociones

Por lo general cuando alguien te pregunta como estas, lo común es responder “bien” o “mal”. No obstante, estos términos no tienen nada que ver con las emociones. Algo fundamental sobre lo qué significa gestionar emociones, es que primero hay que saber reconocerlas. Comprender que se está sintiendo ya sea: miedo, tristeza, alegría, asco o sorpresa. Por esto mismo, cuando alguien pregunte que sientes, procura colocar nombre a la emoción, lo que te permitirá posicionarla y estructurarla.

Normalizar emociones

Las emociones aparecen de manera libre, es decir, no se pueden controlar. Pero lo bueno es que si pueden ser gestionadas. Tras reconocerlas, llega el momento de normalizarlas. Para esto, es prioritario no emitir juicios, ni sentir frustraciones. Cada una de las emociones que se experimentan, son plenamente normales, independientemente de si pueden parecer justas o no. Ya que cada una posee su propia función.

Reducir la rumiación

La rumiación es cuando una idea da vueltas constantemente en la mente. ¿Te ha pasado que te acuestas pensando en algo y al levantarte aún piensas en lo mismo? Es darle vueltas a la misma idea. Es muy frecuente que los individuos constantemente se hagan la pregunta “¿Y sí?”, donde buscan anticipar cualquier cosa negativa que no haya ocurrido. Esto último no ayuda a descansar, ni allegar a ningún lado, ya que lo único que ocasiona es angustia, cansancio y preocupaciones. Por lo que es recomendable, actuar y dirigir estos pensamientos en accione que produzcan algo positivo. Claro, quizás no pueda lograrse de manera inmediata, pero se debe procurar limitar esta rumiación al máximo que sea posible.

Evitar excesos de información

En los tiempos actuales, siempre aparece información por una gran cantidad de canales, independientemente de si se busca o no.  Es importante saber escoger en que momento informarse y en cuales no, incluso expresando el deseo de no hablar o conocer de algo, si se siente cierta saturación, lo recomendable es atender información positiva en la medida posible.

Concentrarse en cosas positivas

Cuando ocurre algo malo, las personas acostumbran a centrarse en esto y no en otros aspectos que puedan considerarse positivos. La clave en estos casos, no es limitarse a enfocarse en lo positivo e ignorar lo negativo, sino ajustar la energía, tiempo y esfuerzo que se dedica para ambas cosas.  En cada día que pasa, se viven cosas tanto positivas como negativas, y al terminar la jornada decidir a cuál se le dará mayor relevancia.

Técnicas o actividades de la psicología para la gestión de emociones

En este segmento te mostramos 10 técnicas de autogestión emocional, recomendadas por el campo de la psicología:

Escribir un diario de emociones y tomar conciencia de las mismas

Sin duda para comenzar con una correcta gestión de las emociones. Si no entiende que sientes y como te afecta, no tendrán un adecuado manejo de emociones. Un diario de emociones es una fantástica herramienta para conocer las emociones propias y así conocer el efecto que las mismas tienen en tu comportamiento.

Hay varias formas de hacer esto, pero aquí se propone una, bastará con seguir estos sencillos pasos:

  • Tomar una libreta y apuntar el día
  • Tomarse 20 minutos antes de ir a dormir para hacer un balance del día.
  • Anotar cada emoción que haya surgido.
  • Anota como te sentiste y como afecto esta emoción a tu comportamiento.

Tras tomar nota por varios días consecutivos, repasa lo que has estado escribiendo y presta atención a los patrones y generalidades que consigas en tus experiencias. De por sí, si hay algo que te genera malestar anímicamente, reflejarlo en palabras ayuda a superarlo.

Este fenómeno, llamado etiquetado emocional, consiste en trasmitir aquellos sentimientos difusos a palabras concretas expresadas por medio de frases articuladas y párrafos con una clara estructura, para que de esta manera se identifique el significado de lo que te hacer sentir de cierta forma y restar el poder que tiene sobre ti.

Aceptarse uno mismo y desprenderse de todo complejo

Es posible durante ese paso de autodescubrimiento personal queden expuesto ciertos aspectos de personalidad que no sean de tu agrado o no los consideres positivos. Por lo que es vital aprender a aceptarse uno mismo tal como es, partiendo de la idea de que absolutamente nadie es perfecto y la idea de buscar constantemente una versión idealizada de uno mismo puede terminar siendo desgastante para la salud mental.

Sentir emociones es algo completamente normal y todos los seres humanos las sienten, por lo que no hay necesidad de sentir vergüenza por esto, al contrario, es importante aprender a gestionarlas. Y del mismo modo, cualquier persona tiene derecho a equivocarse y eso es parte de la vida, por lo que es esencial aprender de cada error.

Focalizar los pensamientos positivos y restar atención a los negativos

No es novedad que las emociones negativas con causantes de malestar, por lo que la primera reacción es evadirlas. No obstante, la respuesta no es ignorarlas como si no existieran. Si ya se inició un proceso para detectar las emociones, hay que analizarlas y dejarlas fluir. Concentrarse en las emociones tanto positivas como negativas y otorgarles el valor que les corresponder, pero no recrearse en ellas. Es momento de aprovechar de repetir cuanto te valoras y lo mucho que te esforzaras por demostrar que la persona más importante en tu vida, eres tú mismo.

Mantener una actitud positiva orientada a las metas

Para conseguir esto primero debes poner de tu parte. En el manejo de emociones hay un componente que frecuentemente, es pasado por alto, se trata de la voluntad para cumplir metas. Para una adecuada regulación emocional es esencial poner voluntad y una actitud positiva, sin limitarse a caer en la autocompasión, juzgarse de forma injusta con tal de emplear la culpa como una excusa por la cual no atreverse a avanzar, entre otros.

La idea de esta técnica es que la persona se comprometa por concretar al máximo posible todo lo que desea lograr, estableciendo planes que la acerque a la meta, de esta manera su atención se enfocará en lo que le importe y evitar la rumiación psicológica junto con los pensamientos intrusivos.

Saber retirarse a tiempo

Ciertamente, la actitud positiva es parte de la gestión de emociones, más no es todo en sí. Generalmente las emociones surgen como respuesta a un estímulo externo que las dispara. Para aquellos interesados en ese gran concepto que abarca la inteligencia emocional, se darán cuenta que hay situaciones donde lo más recomendable es no permanecer en la zona de conflicto y retirarse a tiempo. Un ejemplo; si estás siendo provocado por alguien, dar la vuelta e irse es una decisión emocionalmente inteligente.

Saber encajar críticas

Algo frecuente que genera molestia o malestar en las personas es no saber cómo encajar las críticas y poner demasiada atención a lo que los demás piensen de uno. Definitivamente, no es buena opción, ya que el bienestar emocional nace dentro de cada persona, de su propia interpretación del mundo que lo rodea. Saber cómo encajar las críticas es fundamental para llegar a ser una persona equilibrada emocionalmente.

Liberar tensiones con un deporte

Una manera para estar en calma es liberando tensiones por medio del ejercicio físico. Es más, practicar un deporte una alternativa bastante saludable, tanto a nivel físico como psicológico. El ejercicio es de gran ayuda, en casos como, disminuir el estrés o fomentar la autoestima.

Asistir a un taller de cómo gestionar las emociones

Otra actividad recomendada para aprender sobre el manejo de emociones es mediante la formación. Hoy en día se ha ido promoviendo una interesante cantidad de talleres y cursos cuyo contenido se ha diseñado como resumen para aprender a manejar las emociones. En su mayoría, son impartidos de forma experiencial con diversas dinámicas participativas, de modo que el aprendizaje sea más entretenido.

Practicar la escucha activa

Una excelente forma para comprender las emociones de otras personas es por medio de la escucha activa. Es muy frecuente que en una conversación se oiga sin escuchar, ya que la mayoría de los individuos se enfoca más en lo que va a decir, y no tanto en lo que su interlocutor dice en su lenguaje verbal y no verbal. Escuchar activamente es escuchar en toda totalidad a nuestro interlocutor, considerando que el lenguaje verbal apenas es un 30% de lo que se comunica, siendo el 70% el lenguaje no verbal.

Practicar Mindfulness

Otra estrategia recomendable para el manejo de emociones es la atención plena o Mindfulness. Esta práctica es muy sencilla, ya que consiste en adoptar un modo de evaluar los eventos, caracterizados, por atención en el presente, autocompasión o mentalidad de no emitir juicios. Aunque sea simple, la práctica del Mindfulness requiere de esfuerzo y voluntad, ya que no es fácil y se debe trabajar.

En resumen, la gestión de las emociones es un conjunto de capacidades que pueden desarrollarse por medio del aprendizaje. Aun cuando no muchos se den cuenta, durante los primeros años de vida se realizan significativos avances en este ámbito, a medida que los seres humanos van creciendo adquieren soltura al momento de relacionarse con lo que siente y expresándolo en acciones y en lo que dicen. Las técnicas de manejo emocional a su vez, facilitan un desarrollo de mecanismos que permiten canalizar la tensión y presiones de la vida cotidiana, permitiendo invertir en la salud y bienestar.

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Acevedo, Andrea. (2022, 07 noviembre). Gestión de las emociones: funciones y las mejores 10 herramientas de la psicología para una mejor autogestión emocional. Cinco Noticias https://www.cinconoticias.com/gestion-de-las-emociones/

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Andrea Acevedo
Andrea Acevedo
Licenciada en Psicología por la Universidad Metropolitana de Caracas, Venezuela. Experta en procesos de reclutamiento, captación y selección de personal.
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