Resulta interesante y necesario conocer quiénes fueron los filósofos de la Ilustración puesto que por sus diferencias y similitudes puede llegarse a comprender qué es la Ilustración en historia y cuál es su importancia. En este artículo se presentan las principales ideas de la Ilustración y sus representantes más destacados. Asimismo, se hará énfasis en los aportes de 15 representantes de la Ilustración separados en las siguientes categorías: Política y sociedad, Derecho, Filosofía, Economía Política, Enciclopedistas y Filósofos Materialistas.
El Siglo de las Luces:
La Ilustración y sus consecuencias en España, en Latinoamérica y en el mundo
Política y Sociedad
Si bien casi todos los autores de la Ilustración pueden ser catalogados en más de una categoría de las que se presentan en este artículo, también es cierto que algunos encajan mejor que otros en dichas categorías. Por ejemplo, en el caso de la ‘Política y Sociedad’ destacan sobre todo Montesquieu y Rousseau, por ser los principales pensadores sobre la sociedad y el orden político de la Ilustración, pero también pueden incluirse a Condorcet y Voltaire por sus ideas sobre el laicismo y la tolerancia religiosa.
Comprender quienes fueron los representantes de la Ilustración y sus aportes en el ámbito de la política y la sociedad, ayuda a aplicar dichas perspectivas en el presente, así como a valorar la justa importancia de este cambio cultural europeo del siglo XVIII. Asimismo, entender quiénes participaron en la Ilustración y quiénes fueron los pensadores ilustrados es indispensable para una correcta comprensión de dicho momento histórico.
1. Montesquieu
Dice el sociólogo Irving Zeitlin, en Ideología y teoría sociológica, que fue Charles Luis de Secondat, mejor conocido como Montesquieu (18 de enero de 1689 – 10 de febrero de 1755), el primer pensador de la Ilustración, el Siglo de las Luces que ensayó una filosofía de la sociedad y de la historia. Como todos los pensadores presentados en esta lista, Montesquieu fue un representante de su época, pero puede señalarse que incluso fue más allá de sus contemporáneos.
Deslumbrado, como sus coetáneos, por el éxito de las ciencias naturales y por el éxito del método científico desarrollado por Isaac Newton, Montesquieu hizo un primer esfuerzo por aplicar ese procedimiento riguroso al estudio de las sociedades humanas. Ante la “maraña incomprensible de hechos” que representan las sociedades, Montesquieu se propuso hallar las leyes generales y especiales, los “principios”, que explicasen los casos particulares (las estructuras sociales y formas políticas) y la historia de las naciones (el cambio).
Fue el primero en utilizar “tipos ideales” en el análisis de gobiernos, sociedades y procesos, así como fue de los primeros en postular que ni dichos procesos ni el destino de los pueblos son accidentales o determinados por la providencia. Por su parte, creía que las formas de gobierno, leyes e instituciones se correspondían con causas culturales y físicas.
En su doctrina política, como jurista, tal como también lo plantea Todorov en El espíritu de la ilustración (obra que estudia el contexto histórico de la Ilustración y que busca entender cuáles son las características de la Ilustración europea), reconoció que a veces la división hace la fuerza. Montesquieu fue sumamente agudo en su valoración del poder y su relación con la libertad, puesto que propuso que en la medida que se distribuye el poder hay menores posibilidades de que alguna facción abuse del mismo. Entre sus obras más destacadas están Las Cartas Persas (1721) y El espíritu de las leyes (1748).
2. Jean-Jaques Rousseau
El ginebrino Jean-Jacques Rousseau nació el 28 de junio de 1712 y murió el 2 de julio de 1778 en Ermenonville, Francia. Junto con Montesquieu es uno de los filósofos de la ilustración más notables e influyentes sobre las ideas políticas de los siglos XX y XXI. Sin embargo, la influencia de Rousseau es mucho más notable en la conformación de las primeras democracias, tal como son entendidas en el presente.
En su contexto, Rousseau trató de hallar una solución al problema de la incongruencia entre el orden social y la naturaleza del hombre. Desde una perspectiva vital y teórica, la cuestión que trató de resolver Rousseau fue la de hallar un orden social cuyas leyes fuesen lo más armoniosas posibles con las leyes de la naturaleza.
Para ello, Rousseau resignificó varios conceptos de la teoría política tales como el de Estado de Naturaleza, presente en otros filósofos contractualistas como Hobbes y Locke. Famoso por la frase “el hombre nace libre, pero en todas partes está encadenado”, Rousseau defendía la idea de que el orden social alcanzado en su época era un falso pacto social, en el que se reproducían las desigualdades bajo una apariencia de justicia.
Su obra más importante es, sin lugar a dudas, El Contrato Social (1762), pero también destacan otras obras como su Discurso sobre las ciencias y las artes (1750) que le hizo captar la atención de sus contemporáneos, el Discurso sobre la desigualdad de los hombres (1755) y Émile o Sobre la educación (1762) en el que desarrolla sus ideas pedagógicas.
3. Nicolas de Condorcet
Marie-Jean-Antoine Nicolas de Caritat, mejor conocido como Nicolas de Condorcet o sencillamente como Condorcet nació el 17 de septiembre de 1743 en Ribemont, Francia y murió el 28 o 29 de marzo de 1743. Si bien el marqués de Condorcet fue un eminente matemático, disciplina en la que donde realizó grandes contribuciones, también fue un destacado representante pensador sobre los asuntos sociales y políticos de su tiempo.
Desempeñó un papel de gran importancia durante la revolución francesa, en los años previos al poderío Jacobino, como representante de la Asamblea legislativa de París. En ella estuvo del bando de los girondinos, prestando una admirable labor hasta la irrupción de Robespierre sobre quien llegó a comentar que “es un cura, y nunca dejará de serlo”.
Una de sus más insignes contribuciones es la noción de laicismo. Condorcet, como buen hijo de su época, fue un ferviente crítico del Ancien Regime, por lo que combatía la adhesión irreflexiva a las tradiciones mediante la apuesta por la razón y la experiencia. Sin embargo, también fue crítico con el naciente orden social, por lo que advirtió sobre las posibles formas de «religión política» que también atentarían contra una sociedad verdaderamente laica.
Tzvetan Todorov, en su ya menciona obra, presenta una justa semblanza de Condorcet en la que destaca su rol como uno de los más importantes defensores del proyecto ilustrado, consistente tanto en la defensa de la autonomía del individuo y los grupos, como de los mecanismos para autorregularse. Condorcet, según expone este autor, creía que los Estados debían tomar precauciones ante el control absoluto de la educación y las informaciones, puesto que tal situación podría generar una tiranía tan grave o peor que la del antiguo régimen.
4. Voltaire
Difícilmente exista otro personaje histórico tan representativo de la Ilustración como François-Marie Arouet, mejor conocido como Voltaire, quien nació el 21 de noviembre de 1694 y murió el 30 de mayo de 1778. Voltaire fue un escritor, dramaturgo, historiador, abogado y filósofo. Uno de los principales autores de la Ilustración que destacó enormemente en el campo de la literatura y la filosofía.
Fue reconocido por su sagacidad y su facilidad para el sarcasmo y la ironía. Una de sus obras más famosas fue Cándido o El optimismo (1759), en la cual arremete de forma inteligente contra la iglesia católica. Voltarie, como era de esperarse en un Ilustrado, no denegaba de la creencia en un Dios, sino de la intolerancia religiosa que ciertas religiones, como el catolicismo, traían consigo. En el Cándido se busca precisamente representar dicha intolerancia.
Voltaire defendió con ahínco la convivencia pacífica de personas con distintos credos y también la importancia de que los hombres se encargasen de su propio destino. Asimismo, fue un partidario de la importancia de la técnica y de las artes para el mejoramiento de la vida de los seres humanos. Discrepaba tanto de Montesquieu como de Rousseau. Respecto al primero por su noción del derecho de los pueblos a la guerra. Del segundo porque veía en él una imperdonable sensiblería e hipocresía.
Derecho
En el ámbito del derecho, si bien muchos autores hacen grandes contribuciones, no es otro sino el italiano Cesare Beccaria quien plantea una obra decisiva, De los delitos y las penas. Entre todos los aportes al derecho por parte de los Ilustrados, el aporte de Beccaria resulta conspicuo, sobresaliente, tanto por su chispa como por su influencia en los años posteriores a su publicación.
Beccaria, pese a ser opacado por otros autores salvo en las licenciaturas de Derecho, es uno de los más destacados representantes del pensamiento ilustrado puesto que en él se condensan años de erudición e influencias de diversas fuentes como Locke y Helvecio.
5. Cesare Beccaria
Cesare Bonesana fue un destacado jurista italiano que nació el 15 de marzo en Milán y falleció, en esa misma tierra, el 20 de noviembre de 1794. Influenciado por los escritos de pensadores ilustrados franceses como Helvecio, Condillac y Montesquieu, y por el filósofo continental John Locke (que puede considerarse como uno de los precursores de la Ilustración del siglo XVIII) Cesare Bonesana, mayormente conocido como Cesare Beccaria, realizó grandes aportes al desarrollo del Derecho.
Según relata Todorov, uno de sus aportes más brillantes y más a tono con el espíritu ilustrado fue la clara distinción entre delitos y pecados. La ley, según Beccaria, ha de ocuparse exclusivamente de los primeros, que son los relativos a las leyes de los hombres. Sobre los segundos puede recaer la reprobación moral, pero no son objeto de la ley.
Esta distinción resulta solidaria con un aspecto importante de la Ilustración, el cual es la libertad de pensamiento, credo y de expresión. Pese a que los ilustrados, especialmente los franceses, combatieron arduamente a las autoridades eclesiásticas, su conflicto no recaía tanto con la religiosidad como con la imposición de una creencia definitiva. La distinción de Beccaria, apunta precisamente hacia el resguardo ante los peligros de confundir las prohibiciones o dogmas de una religión (incluyendo las “religiones políticas” como el fascismo o el comunismo) con delitos.
Sin embargo, este no es el único objetivo de su más importante obra, De los delitos y las penas (1764) ni siquiera el más importante. En esta obra Beccaria establece que son las leyes las que dictaminan las penas y no los jueces, la importancia de que la justicia sea inexorable, la abolición de la tortura, la levedad de las penas, la proximidad entre el delito y la pena, entre otras ideas fundamentales que siguen vigentes en la actualidad.
Filosofía
En el ámbito de la filosofía de la Ilustración se percibe una línea sucesiva que va desde David Hume hasta Immanuel Kant. Esta línea sucesiva tiene como antecedente a la filosofía empirista de John Locke.
No hay que perder de vista que la Ilustración fue tan racionalista como empirista, pero no será sino con Kant que se realizará, finalmente, una síntesis entre ambas corrientes. Pasar por alto esta secuencia puede dificultar comprender el sentido de la Ilustración en la historia, así como sus implicaciones filosóficas más profundas. A continuación, se presenta quiénes fueron los pensadores de la Ilustración en el ámbito de la filosofía.
6. David Hume
Se puede ubicar al Bon David, tal como era llamado por los miembros del Club D’Holbach, como un sucesor en los razonamientos epistemológicos de John Locke y el obispo George Berkeley, puesto que reformuló algunos planteamientos racionalistas de este último, los cuales a su vez fueron una respuesta a las ideas empiristas de Locke. David Hume, representante de la Ilustración escocesa, nació el 7 de mayo de 1711 y murió el 25 de agosto de 1776.
En contraposición al empirismo de Locke, Berkeley llegó a afirmar que solo existía el espíritu y que las aseveraciones sobre la materia no eran más que aseveraciones sobre las percepciones que las personas tienen de ellas. Hume, desarrolló un aspecto de esta filosofía racionalista puesto que planteó, según Zeitlin, que todo conocimiento del mundo externo es imposible. Tal aporte lo convirtió en uno de los personajes más importantes de la Ilustración por el hecho de haber despertado a Kant de su “sueño dogmático”.
Esta postura filosófica no solo fue valiosa en sí misma, sino que también ejerció una gran influencia, una verdadera sacudida a Immanuel Kant, quien finalmente logró dar una respuesta al problema del conocimiento y cómo era realmente posible conocer el mundo. Solo por ello, David Hume reviste una importancia enorme como filósofo de la ilustración. Sin embargo, tal aseveración puede quedarse corta, dado que Hume ha tenido (y mantiene) una gran influencia filosófica sobre movimientos como el positivismo lógico, el utilitarismo y la filosofía analítica.
7. Étienne Bonnot de Condillac
Aunque Kant representa el siguiente “paso lógico” posterior a los planteamientos de David Hume, otro filósofo francés puede ser considerado como un antecedente a sus ideas y como uno de los principales ilustrados más importanes. No otro sino el abate de Mureau, Étienne Bonnot de Condillac, introdujo ciertos cambios en la teoría del conocimiento de Locke que lo acercan bastante a los posteriores planteamientos de Kant.
A diferencia de Locke, Condillac atribuyó un rol activo y creador a la mente humana en la conformación del conocimiento. Mientras que Locke dio un rol eminentemente pasivo a la mente respecto a los elementos sensoriales, Condillac propuso, a decir de Ernst Cassirer, que la mente «adquiere gradualmente la capacidad de concentrar su atención en ellos, de compararlos y distinguirlos, y de separarlos y combinarlos».
Esta capacidad creadora fue llevada por Condillac incluso al plano político. En ese nivel de discusión propuso, señala Zeitlin, que la realidad social puede ser convocada al “tribunal de la razón” y que debe resignarse a ser tratada como “la realidad física sujeta a investigación”. De esta manera Condillac se adelantó a Kant en la idea de las categorías a priori de la mente, al mismo tiempo que fue un digno hijo de su época con su postura crítica ante el orden existente.
8. Immanuel Kant
Immanuel Kant (22 de abril de 1724 – 12 de febrero de 1804), erudito de Königsberg, representa un antes y un después en el desarrollo de la filosofía occidental. Se le considera el iniciador del criticismo y primer formulador de una sólida teoría del conocimiento. Es citado en las obras de otros filósofos como Johannes Hessen o Miguel de Unamuno. Entre los principales pensadores de la Ilustración y sus ideas ocupa Kant un lugar privilegiado.
Hessen, por ejemplo, expresa como Kant resolvió el problema del conocimiento al dar una respuesta desde el criticismo, en el que hacía intervenir tanto a la razón como a la experiencia en la conformación del conocimiento. Entre las aseveraciones más importantes de Kant sobre este tópico destaca su noción de “categorías a priori” y la distinción entre noúmeno y fenómeno. Por estas razones se le considera uno de los principales filosófos de la Ilustración siendo, probablemente, el más importante de todos ellos.
Sus obras más importantes son: Crítica de la razón pura (1781), Crítica de la razón práctica (1788), Crítica del Juicio (1790) y Metafísica de las costumbres (1797). Unamuno llegó a decir en El sentimiento trágico de la vida, que aquello que destruyó con la racionalidad en su Crítica de la razón pura, lo reconstruyó con el corazón en la Crítica de la razón práctica.
Adicionalmente, Kant fue uno de los primeros autores que intentó esclarecer qué significa ilustración propiamente, cuál es el concepto de ilustración y qué puede entenderse por qué es una ilustración en uno de sus escritos titulado ¿Qué es la ilustración?
Economía Política
En el caso de la Economía Política sucede como con Beccaria. Al igual que con el eminente jurista italiano, es el pensador escocés, Adam Smith, quien se lleva el galardón como representante del pensamiento económico del Siglo de las Luces o Ilustración del XVIII. Su obra, La riqueza de las naciones, es una referencia obligatoria para todo estudiante de ciencias sociales tanto por la vitalidad de sus ideas como por la importancia histórica y académica de la obra en sí. Sin embargo, no dejan de pesar ciertas deudas intelectuales como la exclusión de Turgot como otro pensador económico ilustrado.
9. Adam Smith
Otro de los personajes principales de la Ilustración del siglo XVIII, en su vertiente escocesa, no es otro que el economista y filósofo moral Adam Smith, el cual nació el 5 de julio de 1723 en Kirkcaldy y murió el 17 de julio de 1790 en Edimburgo. Smith fue un atento observador del incipiente proceso de industrialización y división social del trabajo que estaba cobrando mayor vigor a inicios del siglo XVIII.
Smith, salvo muy contadas excepciones, utilizó la locución “la mano invisible” que tanto se le adjudica. Lo que realmente analizó y valoró positivamente fue el crecimiento exponencial de la productividad y eficiencia derivada de la creciente división del trabajo. Según Smith, la división del trabajo sería, en última instancia, la verdadera fuente de la riqueza y bienestar.
Además, Adam Smith también desarrolló algunas ideas sociológicas, tales como la influencia de la posición social en el devenir de cada individuo, la importancia de la simpatía en las relaciones sociales, y la naturaleza sociable del ser humano y su tendencia hacia el intercambio. Su obra más popular no es otra que la Riqueza de la Naciones, o más precisamente Una investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones (1776). Sin embargo, también se destacó por su complemento, la Teoría de los sentimientos morales (1759).
Los enciclopedistas
Dentro del movimiento ilustrado, la Enciclopedia representa un capítulo autónomo. Por ello, es justo tratar a los autores responsables de su elaboración, D’Alembert y Diderot, por separado. No obstante, es importante no perder de vista que ambos pensadores son mucho más que compiladores y divulgadores, tal como se verá en sus apartados. En tal sentido, son una parte especial de la Ilustración y sus representantes puesto que fueron compiladores y autores.
10. D’Alembert
Jean le Rond D’Alembert nació el 17 de noviembre de 1717 en París, y murió en esa misma ciudad el 29 de octubre de 1783. Es, sin lugar a dudas, uno de los más grandes exponentes del pensamiento ilustrado, principalmente por el hecho de ser, junto con Diderot, el creador de la Enciclopedia, de la cual es autor de su Discurso preliminar.
D’Alembert y Diderot iniciaron esta labor titánica y de gran calado en 1750. Sin embargo, el verdadero origen estuvo en una traducción de la obra Cyclopaedia del autor Ephraim Chambers que habían iniciado años antes en 1746. La traducción de la obra pronto se transformó en un proyecto más ambicioso, la enciclopedia, que pretendía compilar y divulgar todo el saber disponible para la época de la Ilustración de forma exhaustiva.
Además de esta participación, que le coloca en un lugar notable entre todos los ilustrados, D’Alembert también fue un célebre matemático, notable en el desarrollo de ecuaciones diferenciales y derivadas parciales.
11. Diderot
Denis Diderot, quien nació en Langres el 5 de octubre de 1713 y falleció en Paris el 31 de julio de 1784, fue el principal colaborador de D’Alembert en la labor compilatoria de la Enciclopedia. Sin embargo, al igual que sucede con otros autores como el propio D’Alembert, sus contribuciones van mucho más allá de esta participación. La autora Claudia Milani, dedica un escrito especial a este autor titulado Diderot: El espíritu de la Ilustración francesa en el cualpresenta la inserción de Diderot en el debate filosófico de la Ilustración en el siglo XVIII a través de diversos textos filosóficos.
Al igual que Voltaire, combatió arduamente el catolicismo, su religión de origen. En inicio transitó por el deísmo, pero luego adoptó un ateísmo radical, primero apoyado en el cartesianismo y luego en el monismo de Spinoza. Se ocupó de la estética, el teatro, la novela (género emergente centrado en el individuo particular y sus pasiones). Asimismo, también realizó reflexiones antropológicas, sobre las pasiones y la sensibilidad.
Filósofos materialistas
Finalmente se presentan los filósofos materialistas quienes dentro del movimiento Ilustrado suelen presentarse como parte de la “Ilustración Radical”, según la categoría propuesta por Jonathan Israel, de corte spinoziano. Estos autores se caracterizan por una ética hedonista, centrada en el placer del individuo, por el ateísmo y el determinismo. Comprender quiénes fueron los pensadores ilustrados del ala radical ayudará enormemente a comprender el fenómeno de la Ilustración en su integridad.
12. Holbach
Dentro del conjunto de filósofos materialistas, Paul Henri Thiry, mejor conocido como Holbach (1723-1789), es el más destacado de todos. En primer lugar, por su notable influencia posterior en otros personajes de la Ilustración tales como Jean-Paul Marat, William Godwin, David Hume, Immanuel Kant, e incluso Karl Marx. En segundo lugar, se debe a que Holbach conformó un espacio de discusión conocido como el Salon D’Holbach en el cual los más eminentes pensadores de la época compartieron las ideas principales de la Ilustración para su discusión y refinamiento.
En cuanto a su conjunto de ideas, Holbach consideraba que la libertad no era más que una mera ilusión puesto que todo estaba determinado. Asimismo, pensaba que todo dependía, en última instancia, de la materia, lo único realmente existente. Sobre la religión pensaba que, sin importar su contenido, todas eran una herramienta al servicio del despotismo y por ello, todas eran igualmente rechazables. Holbach, además fue un sensualista.
Una lectura detallada de la ya mencionada obra de Todorov sugiere que Holbach no compartía la misma perspectiva sobre la pluralidad religiosa presente en el resto de exponentes del iluminismo como Voltaire, Montesquieu, Rousseau, Beccaria, entre otros.
13. Helvétius
Claude-Adrien Schweitzer fue otro destacado filósofo materialista francés profuso en sus ideas de la Ilustración altamente polémicas. Como otros materialistas franceses, muchos de sus planteamientos e ideas provienen de una lectura del empirismo de John Locke. Mantuvo una lectura similar a la de Condillac sobre Locke, pero por su parte quiso extender el empirismo hacia el ámbito social y moral.
La obra de Helvecio, o Helvétius, tiene un gran parecido con la obra del filósofo Epicuro, puesto que plantea como máxima ética la búsqueda del placer y la evitación del dolor, los cuales son producto de la sensación. El problema para Helvecio será, por lo tanto, el poner en equilibrio los intereses particulares con el interés general.
Entre sus obras más destacadas están Del espíritu (1758), Del hombre, de sus facultades y de su educación (1772), El verdadero sentido del sistema de la naturaleza (1774) y Los progresos de la razón en la investigación de los verdadero (1775).
14. Julien Offray de La Mettrie
Por último, Julien Offray de La Mettrie (25 de diciembre de 1709 – 11 de noviembre de 1751) fue otro de los primeros filósofos materialistas franceses. Su obra más conocida no fue otra sino El hombre máquina, un tratado eminentemente materialista. Junto con otros escritos como El hombre planta, La Mettrie expuso su concepción hedonista, razón por la cual fue ampliamente perseguido dentro de Francia. Como Helvecio y Holbach, fue un ferviente crítico de todas las religiones y un ateo radical.
En otras de sus obras como el Discurso sobre la felicidad y El arte de gozar o la escuela de la voluptuosidad, propone una visión hedonista y atea de la vida, como la presente en los ideales de Helvecio y en autores posteriores como el Marqués de Sade. En dicha obra, La Mettrie explica que el sentido final de la vida se puede hallar en el placer, por lo que el amor propio y velar por los propios intereses es lo único que puede garantizar la virtud.
Libros de los filósofos materialistas
Este artículo cierra con la presentación de 8 obras de los filósofos materialistas. Estas obras de la Ilustración son de los autores materialistas antes mencionados: Holbach, Helvecio y La Mettrie. Cada libro está acompañado de una breve reseña sobre su contenido y con un enlace para facilitar su adquisición. Resulta importante comprender quiénes fueron los representantes de la Ilustración radical y cuales fueron sus obras más destacadas.
Sistema de la naturaleza (1770)
El Sistema de la naturaleza es la primera obra de Holbach. Fue publicada por primera vez en 1770 con el seudónimo de Jean-Baptiste de Mirabaud. En la obra Holbach expone y defiende su postura atea y materialista. Asimismo, también presenta sus argumentos en favor del determinismo y en contra de la idea de libre albedrío.
En este sentido, se trata de una obra disruptiva respecto al resto de obras y pensadores que conforman el pensamiento ilustrado en su totalidad. Pese a ser materialista como Epicuro, Holbach no cree como aquel que «no hay necesidad de la necesidad», sino que se adhiere firmemente a la idea de que todo está determinado, sin que las cosas puedan ser modificadas. En esta obra Holbach también propone la no existencia del alma.
Historia crítica de Jesucristo (1770)
Holbach era de la creencia que hacía un favor al género humano con la publiación de esta obra, la cual generó un gran estupor a Voltaire. Holbach realiza en este escrito una revisión crítica de la vida de Jesucristo con la finalidad de hacer hacia un lado al cristianismo y toda forma de religión. Holbach aspiraba a la implantación de un sistema moral opuesto a la religión e independiente por completo de esta. Por ello se propuso realizar un debate de los Evangelios, plasmado en Historia crítica del Jesucristo.
Etocracia (1776)
Libro de Holbach publicado de forma anónima en 1776 en el cual desarrolla sus ideas sobre un gobierno orientado hacia la felicidad de los ciudadanos. Se trata de una idea común al proyecto ilustrado, puesto que «la finalidad de las acciones» como bien lo señala Todorov, ya no son Dios o la redención, sino los hombres y su bienestar. Sin embargo, los planteamientos de Holbach no son del todo solidarios a las ideas de la llamada «Ilustración Moderada» compuesta por los otros pensadores de la Ilustración aquí presentados como Voltaire, Montesquieu y Rousseau.
El hombre máquina (1747)
La Mettrie expone en El hombre máquina su concepción materialista de la naturaleza, puesto que defiende la idea de que en el universo no hay más que materia que conforma máquinas. La Mettrie también desarrolla en este libro la idea de que todo, incluido los pensamientos, son materiales o derivados de la materia. A partir de esta noción, La Mettrie sustentará toda una postura ética centrada en el goce, el placer, la cual expondrá con mayor detalle en su obra titulada El arte de gozar.
El arte de gozar o escuela de la voluptuosidad (1751)
En esta obra La Mettrie deduce las consecuencias prácticas de su concepción materialista del universo y propone una ética hedonista en la que el interés personal y el goce son los elementos más importantes para una vida virtuosa. El autor se reconoce como un heredero de las enseñanzas de Epicuro, pese a que este pueda revelarse para el conocedor de su obra como un defensor de la mesura y de la voluntad libre. Esta obra, junto con su Discurso sobre la felicidad (publicado en 1748) le valió el rechazo de otros ilustrados como Voltaire.
Del espíritu (1758)
Relata Miguel Ángel Muñoz García, de la Universidad Manuela Beltrán, que esta obra de Helvecio consternó tanto a los anti iluministas como a los propios representantes del movimiento enciclopédico. Del lado de los conservadores, Del Espíritu planteaba una ética egoísta, fundada ante todo en el interés propio sin dejar espacio para Dios.
Por el lado de los ilustrados, el materialismo y el ateísmo resultaba problemático con su conjunto de creencias y posturas políticas. El objetivo de Del espíritu no es otro que tratar la moral siguiendo los postulados de la física, de forma similar a como lo había esbozado La Mettrie en El arte de gozar. Muñoz García también enfatiza que esta obra ejerció una importante influencia sobre Cesare Beccaria, en la redacción de su De los delitos y las penas.
Del hombre, de sus facultades y de su educación (1772)
Se trata de una obra póstuma de Helvétius. En ella, tras haber sido forzado a renegar de sus puntos de vista en vida, Helvecio afina más sus planteamientos materialistas, ateos y plantea respuestas a los “enemigos habituales”. Esta obra puede ser entendida como una continuación de sus ideales éticos y filosóficos.
El verdadero sentido del sistema de la naturaleza (1774)
Esta es una obre cumbre y póstuma de Helvecio. En ella sigue desarrollando las consecuencias de su estilo de pensamiento, pero especialmente se presenta su defensa de la ética y de la legislación en la educación, bajo la creencia de que sin ella florecería la corrupción en la sociedad. Como el resto de filósofos materialistas presentados, Helvecio trata de conciliar los intereses personales con los intereses generales o sociales, en conformidad con su ética hedonista. Algunos autores convienen en considerarlo como un precedente del socialismo utópico.
Los filósofos de la Ilustración son heterogéneos, variopintos, originales. A pesar de ello, los representantes de la Ilustración comparten rasgos comunes como la pasión por la libertad, la igualdad y la justicia. La ilustración, en tanto fenómeno cultural, supuso la proliferación de una gran cantidad de ideas en torno a estos temas. Todas estuvieron orientadas a la exigencia de autonomía y al establecimiento de nuevas regulaciones a la conducta de los hombres, características de la Ilustración propias del pensamiento del siglo XVIII.