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La doncella de hierro: historia y leyendas de uno de los instrumentos de tortura más temidos

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La doncella de hierro es uno de los instrumentos que caracteriza la era incivilizada del siglo XVIII, descrita como una caja de madera y metal, con forma de figura humana femenina con púas interiores.

Según historiadores, este mítico instrumento se utilizaba como método de castigo y tortura: la persona entraba en esta especie de ataúd vertical y al cerrar sus puertas, las púas se clavaban en su cuerpo, pero no del todo, de forma que el sangrado constante fuese la causa de muerte.

Origen de la doncella

El historiador Johann Philipp Siebenkees fue quien escribió el primer relato sobre la doncella de hierro y en él aseguró que un falsificador de monedas fue ejecutado con este dispositivo en 1515. También contó que las púas dentro de la doncella de hierro no eran lo suficientemente largas para matar, pero sí para torturar, razón por la que la víctima sufrió durante dos días antes de morir.

La historia contada por Siebenkees ha generado posiciones encontradas entre la verdad y la ficción. Se cree que fue un invento del historiador, otros más bien apuntan a una mala interpretación del dispositivo de castigo medieval, conocido como Schandmantel que, en alemán, significa “escudo de la vergüenza”. Este era utilizado para la humillación pública de prostitutas y cazadores furtivos alemanes, muy parecido a la doncella de hierro, pero sin púas en su interior.

Sin embargo, la versión contada por Johann Philipp Siebenkees trascendió hasta el punto de inspirar a sus lectores y despertar el interés por crear este instrumento, basándose en lo que él escribió.

Para el siglo XIX las doncellas de hierro no solo se exhibían en Nuremberg, sino también en otras ciudades europeas, así como también en Estados Unidos.

Ilustración de la Dama de Hierro abierta y cerrada y escena de un reo siendo llevado al instrumento de tortura
A la izquierda, una doncella de hierro con las puertas cerradas; en medio, un prisionero con los ojos vendados es obligado a arrodillarse ante la doncella de hierro en un calabozo; a la derecha, una doncella de hierro con las puertas abiertas. (Wellcome Trust, CC BY 4.0, via Wikimedia Commons / Recorte, mejora de tono y resolución de la original).

Otras versiones

Aunque la historia contada afirma que Siebenkees fue quien describió por primera vez la doncella de hierro, existen datos que aseguran que la caja con clavos proviene, incluso, del siglo V d.C.

“La ciudad de Dios” es un libro de filosofía cristiana de esa época que cuenta la muerte del general romano Marcus Atilius Regulus, quien fue encerrado en una caja con clavos.

También existe la versión del historiador griego Polibio, en el año 100 a.C., donde afirma que el espartano Nabis creó una imagen mecánica similar a su esposa Apega, cubierta de clavos de hierro, y cuando alguien se negaba a pagar impuestos, hacía que la víctima la abrazara hasta el punto de enterrar los clavos en su cuerpo. De esta forma asesinó a unos cuantos que le debían dinero.

Hay una versión que cuenta que Erzsébet Báthory, la “Condesa sangrienta”, utilizaba este instrumento para conseguir la sangre de jóvenes mujeres y así obtener la eterna juventud.

Estructura de la doncella

Desde entonces, el horror y los mitos acompañan a la doncella de hierro. Hay quienes afirman que el instrumento se utilizó durante la inquisición y que la cabeza, supuestamente imagen de la virgen María, madre de Jesús, simboliza el triunfo de la Iglesia Católica sobre la herejía. Otros aseguran que el dispositivo de la tortura data del siglo XII y era un atractivo del circo.

Llama la atención que se utilizara el rostro de la virgen María como símbolo de tortura, considerando que la Iglesia Católica y el cristianismo la muestran como una mujer noble. El cristianismo de ese momento afirmaba que la virgen María era capaz de dar vida, pero también de quitarla, de allí que las doncellas de hierro construidas entre el siglo XVI y XIX llevaban ese rostro.

El prisionero que era condenado a la doncella de hierro debía atravesar siete salas con siete candados. Al final de un largo pasillo se encontraba este dispositivo que, en principio, parecía ser inofensivo.

Sus afilados y oxidados clavos internos estaban distribuidos de manera estratégica en una estructura de poco más de dos metros, que podían insertarse en brazos, piernas, ojos, senos o pene en cuanto cerraban las puertas, pero sin afectar los órganos vitales, alargando así la tortura con un eterno dolor.

Esto permitía que la persona permaneciese viva, en posición vertical, pero condenado a un intenso dolor en un espacio extremadamente pequeño que aumentaba el nivel de sufrimiento y desesperación.

Doncella de hierro del Castillo de Bran, Rumanía
Doncella de hierro del Castillo de Bran, Rumanía (Gary Todd from Xinzheng, China, CC0, via Wikimedia Commons/ Recorte, mejora de tono y resolución de la original).

Vale mencionar que las puertas de la doncella de hierro abrían de manera independiente, esto permitía comprobar que la víctima estuviese pasando un sufrimiento considerable y negar toda posibilidad de escape.

Su grosor era lo suficientemente considerable para evitar escuchar los gritos de la persona que se encontraba dentro. El torturador debía cerrar las puertas de forma muy lenta, para que las púas pudiesen penetrar varios puntos del cuerpo de la persona, sin llegar a matarlo. Con ello no solo lograba el sufrimiento, sino también aislamiento, oscuridad y un silencio absoluto.

Expertos historiadores afirman que los clavos dentro de la doncella de hierro podían moverse, así podían recolocarlos dependiendo de lo que se necesitara de la persona castigada. No obstante, esta versión no ha podido ser comprobada.

En la ciudad de Nuremberg, en Alemania, conservaban una doncella de hierro, sin embargo, esta fue destruida durante un bombardeo de la Segunda Guerra Mundial. Actualmente pueden verse en museos de Polonia, Granada, y en el Museo de Antiguos Instrumentos de Tortura de Toledo, en España.

Inspiración de la música y la gran pantalla

La leyenda de la doncella de hierro se ha mantenido en el tiempo, influyendo en textos de historia, producciones cinematográficas y la música.

En 1893, el creador de Drácula, Bram Stoker, se inspiró en la historia de Johann Philipp Siebenkees para escribir un relato corto al que llamó “The Iron Maiden” (doncella de hierro en inglés).

La película, “El hombre de la máscara de hierro”, en su versión de 1939, también alude al uso de la doncella de hierro en una de sus escenas.

Precisamente, fue este filme el que inspiró a Steve Harris a bautizar a su banda con el nombre de “Iron Maiden”. Es así como surge la popular y emblemática banda de rock heavy metal, gracias a una doncella de hierro que aparecía en la película antes mencionada, cuya escena cautivó al bajista.

Elías Rivas es licenciado en Comunicación Social (Periodismo) por la Universidad Bicentenaria de Aragua y diplomado en Gobernabilidad y Gerencia Política por la Universidad Católica Andrés Bello. Twitter.

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