El concepto fast-fashion ha venido teniendo el control de gran parte de la industria textil a nivel mundial, desde inicios de este siglo. Esta tendencia conocida como “moda rápida” tiene como objetivo el diseño y creación de prendas para consumo masivo, a un bajo costo, y por supuesto de no muy buena calidad, con la intención de que sean renovadas constantemente.
Grandes cadenas del estilo de H&M o Zara, parecían haberse
establecido como líderes en el sector, lo que proyectaba que se mantuviese así
por mucho tiempo. Sin embargo, según informe presentado por Thredup, una página
de reventa de moda, se plantea una alternativa totalmente diferente.
En comparación al mercado textil que se manejaba hasta ahora, las nuevas generaciones han dejado atrás las grandes cadenas, y la mora rápida, para buscar opciones más amigables con el medio ambiente.
La apuesta
por prendas de mejor calidad
Ahora la realidad ha cambiado y se está apostando por otro tipo de ropa. La generación Z, por ejemplo, donde un 54% de los encuestados expresaron su compromiso por comprar prendas de mejor calidad, a un precio más elevado, pero con una duración mayor.
Por otro lado, el 40% de los millennials encuestados afirmaron que habían dejado de apoyar estas tiendas de “moda rápida”.
La moda
sostenible se presenta con una gran alternativa
Más allá de estas tendencias que buscan comprar prendas de mayor calidad, una gran parte de la población ha comenzado a apostar por la ropa de segunda mano, siendo una excelente alternativa sostenible.
Adicionalmente, el 50% de mujeres en edades comprendidas entre los 18 y los 25 años, aseguraron que comenzarán a comprar ropa de segunda mano para apoyar la tendencia de moda sostenible.
Varias
marcas han surgido como embajadoras de esta tendencia
En el otro lado de la moneda se encuentran algunas marcas de ropa, con políticas proteccionistas del ambiente y sostenibles, que buscan desde su industria dejar un granito de arena en asunto tan importante como la preservación del planeta.
Sin embargo, y lamentablemente, la sostenibilidad es cara, haciendo que este tipo de prendas tengan un precio mucho mayor, pero que, a largo plazo, resultan una buena inversión.
Afortunadamente, han surgido nuevas marcas que buscan diseñar y prendas de calidad hechas con materiales sin procesos químicos, que permiten reducir el impacto ambiental que la industria textil causa en el ambiente.
La
creatividad juega un rol importante en esta tendencia
Más allá de modificar los patrones de compra de ropa, en la actualidad existen cientos de influencers, bloggers y YouTubers que enseñan con sencillos tutoriales, a extender la vida útil de las prendas de ropa al transformarlas en algo nuevo.
La mayoría de las opciones presentadas ni siquiera requieren de una gran
habilidad de costura, sino un poco de ingenio, para transformar un viejo
vestido en una linda bufanda, por ejemplo.
Esta tendencia es solo una muestra más de que en el futuro el cuidado y preservación del planeta, será un asunto de importancia tal vital, que todos aquellos procesos y productos que no limiten el impacto negativo al ambiente, quedarán obsoletos.
Después de algunos años de guiones repetitivos y poco originales, los amantes de las historias de terror para no dormir finalmente podemos disfrutar de películas en las que abunda la creatividad, el ingenio y ese factor especial que hace que un film sea verdaderamente atemorizante.
Sin embargo, sigue siendo un poco difícil encontrar buenas películas entre tantas opciones que parecen ser más de lo mismo, especialmente en las plataformas digitales, que cada vez incluyen más títulos en su catálogo.
En esta ocasión nos hemos sumergido en Netflix para traerte el listado de las 5 mejores películas de terror, para que no tengas dudas si el plan es pasar miedito del bueno:
1. The Devil’s Candy (2015)
Esta obra del director australiano Sean Byrne se presenta como un seguimiento de su film debut, The Loved Ones de 2009. La trama cuenta la historia de Ethan Embry un artista y amante del heavy metal que se muda a una grana en Texas junto a su familia.
Sin embargo, Embry, pronto comienza a actuar de manera extraña, canalizando energías malignas pertenecientes al anterior dueño de la granja, quién asesinó a su familia por órdenes del diablo.
Pronto descubren que el hombre se encuentra vagando por los alrededores buscando niños para ofrendar a su Señor, el diablo.
2. La invitación (2015)
La Invitación combina el terror y el suspense de una manera tal que se hace difícil catalogarla dentro de un solo género.
Cuenta la historia de Eden y Will una feliz pareja cuya vida se ve destruida por la muerte trágica de su hijo, por lo que eventualmente terminan separándose, y Edén se desaparece por completo sin dejar rastro. Repentinamente, vuelve a la ciudad con un nuevo marido, y aparentemente, una nueva vida.
Edén prepara una cena en su casa e invita a Will, y a un puñado de
viejos amigos para reencontrarse. Sin embargo, en vez de risas y momentos felices, la cena se convierte en una velada
aterradora, mostrando un lado terrible y macabro de la anfitriona.
3. Bajo la sombra (2016)
Si quieres salir de la típica película de fantasmas hollywoodense, Bajo la sombra es una excelente opción. Se trata de un film de terror iraní, que cuenta la historia de Shideh, una mujer cuyo departamento se encuentra habitado por un demonio.
Como si la lucha con los demonios fuera poco, la trama se desarrolla durante los 80, en medio de la guerra Irán-Irak, por lo que el mundo exterior tampoco resulta más seguro. Shideh, se enfrenta a terribles horrores, mientras vive con el temor de perder a su esposo en la guerra.
4. El extraño (2016)
Continuando con las películas fuera del universo Hollywood, se encuentra esta joya del director Surcoreano Na Hong-jin, El extraño.
Cuenta la historia de Jong-goo, un oficial de policía quien se encuentra investigando la misteriosa llegada de un extranjero desconocido, quien curiosamente coincide con la aparición de un virus mortal que ha quitado la vida los residentes del pueblo. Jong-goo se encuentra en la lucha para proteger a su pueblo, mientras intenta resguardar la vida de su propia hija.
En este film se combinan el thriller, el terror, el misterio y lo
sobrenatural, resultando en una historia que te mantendrá cautivado y
expectante durante cada minuto.
5. El juego de Gerald (2015)
Este aterrador film del director Mike Flanagan tiene como protagonista a Jessie, la dulce esposa del exitoso Gerald. Juntos deciden irse a pasar un fin de semana en una casa en un lago, con la intención de revivir la llama de la relación.
Lamentablemente, la escapada de la pareja se ve abruptamente perturbada cuando Gerald, en medio de un pervertido juego, muere, dejando a Jessie esposada a la cama y enfrentándose a alucinaciones y un terror que jamás imaginó, mientras intenta liberarse.
Como ves, hay buenas películas de terror en Netflix que te mantendrán en tensión durante un par de horas. Y en caso de que busques emociones más fuertes, siempre puedes echar una vistazo a estas películas perturbadoras.
Los funerales verdes, o funerales ecológicos, comenzaron a llevarse a cabo hace doscientos años, pero ahora, en pleno siglo XIX, han vuelto a ganar mucha popularidad gracias a todos los beneficios que ofrecen, además de solventar varios problemas ambientales.
Al menos el 54% de las familias norteamericanas muestran interés por este tipo de sepelio según reseña The New York Times. A continuación aclaramos algunas de las ventajas de los funerales verdes que explican por qué están siendo cada vez más considerados.
Ventajas de los funerales verdes
1. Son económicos y respetuosos con el medio ambiente
El tratamiento que se le da al cuerpo es muy diferente, puesto que no hay embalsamamiento y se sepulta dentro de un ataúd biodegradable.
Este ataúd, al no contemplar el uso y desperdicio de madera y metal, como sucede con las urnas tradicionales,no causa daños ni al suelo ni al ambiente circundante donde es sepultado el cuerpo.
Las lápidas convencionales tampoco se emplean en los funerales verdes. De hecho, se utilizan árboles y plantas para delimitar e identificar las tumbas. Y las familias también tienen la opción de elaborar el ataúd de su ser querido en casa.
Al no haber gastos por embalsamamiento ni por uso de ataúdes tradicionales, todo resulta mucho más económicos.
Según MarketWatch, el poco gasto que suponen estos funerales es la principal razón por la que resultan más atractivos a las familias. Los precios oscilan entre los 440€ y los 6.800€.
2. También ofrecen cremación
Para aquellos que tengan como última voluntad la cremación de sus restos, estos funerales también ofrecen esa alternativa.
La incineración es natural y las cenizas del difunto son depositadas en un pequeño cofre de material biodegradable, aunque la familia puede optar por esparcir estas cenizas en el cementerio natural o en el lugar que el difunto haya manifestado en vida.
Generalmente, los espacios destinados a funerales verdes están muy bien acondicionados para esta función, de manera que se termina restaurando el paisaje natural donde se encuentran.
Son cementerios diferentes, también conocidos como cementerios naturales, que se enfocan en la protección del medio ambiente. Es por ello que no emplean químicos pesticidas, ni fertilizantes.
Aceptan arreglos florales de todo tipo, siempre que no se utilicen plásticos, como el celofán, que se pueden sustituir por cestas tejidas con materiales naturales.
3. Pueden planificarse con antelación
Gracias a la popularidad en aumento de los funerales verdes, muchas funerarias poseen esta alternativa entre su catálogo de opciones.
Todo aquel que desee contratar este servicio puede hacerlo con antelación, para apoyar a su familia en los trámites posteriores, una vez llegue el momento de usar el servicio.
La ciudad griega tiene mucho para ofrecer a locales y turistas por igual. Es posible encontrar sitios únicos, en los que se respira la cultura diversa y rica de Atenas, que se alimenta del trabajo de talentosos diseñadores, artistas plásticos y curadores.
Galerías de arte, tiendas de ropavintage y más, puedes encontrar en estos 4 lugares imprescindibles para comprar en Atenas:
1. ME THEN
ME THEN (Foto: Instagram @methenathens)
En el vecindario de Koukaki se encuentra la tienda de diseños exclusivos de la marca ME THEN.
Esta marca combina textiles griegos y telas propias de la ciudad de Atenas para crear colecciones de ropa muy distintivas y modernas, que cubren tanto el streetwear como la vestimenta formal.
2. Underflow
Underflow (Foto: Instagram @underflowathens)
Underflow es una tienda de discos bastante completa que ofrece todo lo que cualquier melómano empedernido busca: esos discos en ediciones especiales que no se consiguen en ningún otro lugar, que son objeto de deseo para hacer crecer cualquier colección.
Quienes la conocen la definen como una tienda de discos de buen gusto compuesta por tres áreas, que también posee un espacio para eventos íntimos.
3. The Art Foundation
The Art Foundation (Foto: Instagram @taf_theartfoundation)
The Art Foundation (o TAF), es mucho más que una galería de arte, es en sí mismo, un lugar que ofrece un amplio conocimiento y puesta en escena de expresiones culturales.
El local también posee un bar y un espacio comercial, que complementan las propuestas que se presentan, las cuales son muy bien curadas por el equipo de la galería. Sin duda, un lugar irresistible para los amantes del arte.
4. Bios
Bios (Foto: Facebook)
Bios es otro sitio de visita obligada. Este bar/club de dos ambientes, combina la versión moderna de los bares estilo taberna tradicionales de Atenas en la segunda planta y un local de ambiente más electrónico llamado Tesla, que se ubico en la planta baja.
Este lugar ofrece lo mejor de la vida nocturna condensado en sus dos ambientes, con vista a la Acrópolis.
Desde que el mundo es mundo la vida de la gente ha estado signada por «esperas», nada ha surgido así, de repente, siempre hemos tenido que esperar.
Muchas de esas esperas son propias de los procesos naturales, como esperar a que germinen las semillas de siembra, o ese período que va desde la gestación hasta el nacimiento de un bebé, al que llamamos «dulce espera». También solemos esperar que el universo nos asombre, y gracias a las predicciones de los astrónomos, esperamos ansiosos el paso de algún cometa, los eclipses o la lluvia de perseidas en determinadas fechas.
Otras esperas han sido instauradas por lograr un ordenamiento dentro de las comunidades, las «salas de espera» de los consultorios suelen resultarnos una especie de limbo desde donde esperamos nuestro turno para la consulta. Cabe mencionar también las agotadoras colas de espera a las que nos sumamos cual hilera de hormigas o de procesionarias para poder acceder a espectáculos o a la realización de algún trámite.
Hablemos también de nuestros límites físicos, cuando el calor nos agobia en tórridos y asfixiantes veranos, momentos en los que ansiamos la llegada de un reconfortante otoño con días más benévolos. Siempre hubo, hay y habrá que esperar. Si nos remontarnos a nuestros recuerdos de infancia comprobaremos que ya en nuestra vida de niños esperábamos desde las simples acciones, las que demorábamos para no afectarnos, por ejemplo aquella espera que nos imponíamos para que la sopa se enfriara antes de llevarnos la cuchara a la boca por temor a quemarnos, y cuando los vapores que emanaban del plato se desvanecían, tímidamente procedíamos a disfrutar del tibio caldo.
Hasta aquí no he comentado nada que extrañe al lector, sabido es que la espera resulta ser ese lapso de tiempo que suele provocarnos cierta ansiedad, la misma que desaparece cuando por fin pasamos a la acción. Ahora bien: si habláramos de las esperas personales, descubriremos que la gente en su totalidad siempre espera que ocurra algo, desde los más soñadores, hasta los más agoreros.
Nuestra naturaleza es así, solemos estar siempre en actitud mental de espera, quizás se trate de abrigar esperanzas, sobre todo cuando el látigo de la vida nos castiga demasiado y aún percibiendo que podrían existir escasas posibilidades a que se concrete lo que ansiamos. . La pregunta es si realmente se llega a esperar que ocurra lo imposible o será que también lo imposible podría ser posible. He ahí la cuestión. Decía Calderón de la Barca:
«Sueña el rico en su riqueza que más cuidados le ofrece, sueña el pobre que padece su miseria y su pobreza…»
Todas las personas, al soñar despiertas, esperamos. ¿Quién no ha esperado que alguien que se ha ausentado regrese? Se esperan personas, amores, golpes de suerte. Se espera porque se ansía, y siempre aparece un halo de esperanza en esas esperas, las que suelen ser demasiado prolongadas en algunos casos. Pero, sin embargo, no pierden intensidad.
Las personas de fe llegan a esperar que se produzcan milagros, pero también los pesimistas llegan a esperar, aunque sea, que cambie su mala suerte. ¿Qué sería de la vida si no se esperase nada?
Al fin y al cabo, la vida es también, en parte, sueños, los que están contenidos en esa «espera», y aquí sí que cabe volver a Calderón de la Barca para demostrar que los humanos esperamos, precisamente, porque soñamos, cualquiera sea nuestra condición:
«…Y en el mundo, en conclusión, todos sueñan lo que son, aunque ninguno lo entiende».
Nunca está todo dicho y hecho, la vida podría sorprendernos cuando menos lo imaginamos. Es por eso que te mereces esperar, para convertir tu vida en un camino de esperanzas donde la espera de que ocurra lo que ansías te alimente el espíritu y te ayude a seguir adelante con fuerzas.
El destino suele estar en deuda con nosotros, por eso quizás, en cualquier parte de nuestro camino por la vida podría aparecer, así, de pronto, aquello que esperábamos.
Te aliento a esperar, por favor, espera siempre mientras te sientas con vida. Recuerda que más adelante aparecerá el límite, el final de nuestro andar por la vida, porque también nos espera algo con helados brazos que se abrirán para transportarnos hacia la nada y allí se acabarán nuestros sueños junto con nuestra existencia.
El gusto por una buena fiesta abarca para todos los gustos y creencias, especialmente aquí en España. Prueba de ello es la fiesta del Akelarre en la Chabola de la Hechicera, que se realiza desde hace algunos años en la localidad de Elvillar, Álava, todos los meses de agosto.
¿Qué es la Chabola de la Hechicera?
Se conoce como la «Chabola de la Hechicera» al dolmen de Elvillar formado por tres piedras verticales que sostienen otra piedra en posición horizontal.
Dolmen de la Chabola de la Hechicera, Elvillar, Álava (Foto: mackedwars)
Este dolmen fue descubierto en 1935 y tenía como principal uso servir de camposanto para enterramientos colectivos. Otros objetos como aros, piezas de artesanía en cerámica y hachas también fueron depositados en el dolmen.
Según los lugareños, se sabe que el dolmen era habitado por un grupo de brujas que terminaron ejecutadas en la hoguera en tiempos de la Santa Inquisición durante el Proceso de Logroño. Especialmente, su nombre hace referencia a una bruja a la que, según cuenta la leyenda, se la oía cantar y pregonar durante la noche de San Juan.
¿En qué consiste la fiesta del Akelarre en la Chabola de la Hechicera?
Las brujas del dolmen convivían en grupo, donde celebraban aquelarres de hechicería, ceremonias para realizar hechizos y sortilegios, los cuales, según las creencias de cada grupo de brujas, pueden ser tanto benignos como malignos. Los aquelarres que realizan rituales tradicionales malignos, lo hacen invocando la presencia del Diablo.
Se dice que el aquelarre original del dolmen de la Hechicera, en tiempos de la Inquisición, efectuaba rituales para llamar la presencia del Diablo, que se cuenta aparecía en el prado representado como el animal del macho cabrío entre las danzas de las brujas.
En un esfuerzo por mantener una tradición que es parte de la cultura de Elvillar, se celebra la fiesta del Akelarre en la Chabola de la Hechicera cada mes de agosto. A esta fiesta suelen asistir personas que representan a las brujas, el macho cabrío y demás personajes, todos vestidos según las costumbres de los aquelarres de la época.
Participantes en el Akelarre de la Chabola de la Hechicera (Foto: AC Nómadas)
¿Quiénes participan en la fiesta del Akelarre?
Anteriormente se realizaba la fiesta del Akelarre en la Chabola de la Hechicera teniendo el propio dolmen de piedras como escenario, pero esto supuso muchas incomodidades de traslado y pernocta, tanto para los locales como para los turistas que iban a ver el espectáculo, por lo que se decidió trasladar la fiesta en la plaza del pueblo.
Tanto los lugareños como los turistas que van de pasada son invitados a presenciar la fiesta, en la que algunos grupos de teatro se encargan de personificar a las brujas y preparan una coreografía para la ocasión.
Luego, los espectadores pueden irse uniendo al acto. La idea es disfrutar de la fiesta, que es más una celebración folclórica que un ritual de brujas.
Al finalizar, los integrantes del Akelarre degustan un banquete preparado por ellos mismos para seguir con la celebración hasta el amanecer, la cual termina justo con las primeras campanadas de la iglesia del pueblo.
¿Te gustaría ir a ver el Akelarre en la Chabola de la Hechicera? Consulta la fecha de este año aquí.
Las novelas de misterio son uno de los géneros predilectos de los amantes de la lectura. Ir desentrañando esas tramas que le dan color y forma a un argumento literario, es una de las mejores sensaciones que los lectores pueden experimentar.
Para que alimentes tu mente de nuevos misterios que te pondrán los nervios de punta y te estremecerán durante días, aquí te dejamos los 10 libros de misterio que debes leer cuanto antes.
10. El sueño eterno, Raymond Chandler (1939)
El sueño eterno, Raymond Chandler (Debolsillo)
El sueño eterno de Chandler significó su incursión en el género de la novela negra, pero sin presentar de manera explícita algún enigma o misterio por resolver.
Con el tiempo, este libro le valió al autor la consideración como una de las novelas policiacas más insignes, protagonizada por el detective Philip Marlowe.
9. El nombre de la rosa, Umberto Eco (1980)
El nombre de la rosa, Umberto Eco (Ed. Lumen)
El debut de Umberto Eco. El nombre de la rosa, conjuga la crónica medieval, la novela negra y la gótica.
Todo ello sirve de contexto para conocer a Guillermo de Baskerville, el héroe detective que, con la ayuda del servicial novicio Adso, tiene como misión esclarecer los crímenes que se suscitaron en una abadía benedictina en 1327.
8. El perro de los Baskerville, Arthur Conan Doyle (1902)
El perro de los Baskerville, Arthur Conan Doyle (Ed. Austral)
En El perro de los Baskerville, Conan Doyle explora las fricciones y los acercamientos entre los polos opuestos de la ciencia y lo esotérico o supernatural, conflicto que cae sobre los hombros de Sherlock Holmes, el protagonista.
Esta novela negra de Conan Doyle es la tercera entrega que protagoniza el famoso detective y una de las que ha adquirido más fama y reconocimiento.
7. La sombra del viento, Carlos Ruiz Zafón (2010)
La sombra del viento, Carlos Ruiz Zafón (ED. Planeta)
Ruiz Zafón se vale de una sólida narrativa para crear tramas con gran intriga en La sombra del viento.
En esta novela histórica, que también tiene elementos de relato de intriga y hasta de comedia y romance, todo gira en torno a La Sombra del Viento, un libro maldito que es encontrado por un chico en el Cementerio de los Libros Olvidados y que le cambia la vida para siempre.
6. Los litigantes, John Grisham (2012)
Los litigantes, John Grisham (Ed. Debolsillo)
Los litigantes es una novela negra con influencias de los géneros de intriga y terror que se centra en la dinámica disfuncional de una pareja de abogados que conforman la firma Finley & Figg.
Los abogados, que durante 20 años se dedicaban a resolver casos sencillos, se enfrentan a un gran reto con la llegada de un tercer colega, David Zinc, junto a quien deben resolver el caso más importante que han tenido y por el cual podrían hasta jubilarse.
5. El misterioso caso de Styles, Agatha Christie (1920)
El misterioso caso de Styles, Agatha Christie (Ed. Espasa)
Agatha Christie, la célebre autora conocida como la Gran Dama del Crimen, introduce en El misterioso caso de Styles por primera vez al detective Hércules Poirot, quien tendrá que resolver un caso de posible homicidio de la acaudalada Emily Inglethorp, encontrada muerta en su cama, presuntamente de un ataque cardíaco.
Intriga, avaricia, celos y ambición hacen de contexto en el que se ambienta esta novela negra con el indiscutible sello de Agatha Christie.
4. El cartero siempre llama dos veces, James M. Cain (1934)
El cartero siempre llama dos veces, James M. Cain (Ed. RBA)
Una lectura de mucha tensión que evoca pasión, avaricia y mentiras enrevesadas. La novela narra la historia de pasión y codicia entre Cora Papadakis, la esposa de un propietario de un club en California y Frank Chambers, su amante.
3. El Psicoanalista, John Katzenbach (2003)
El Psicoanalista, John Katzenbach (Ed. S.A. Ediciones B)
El Psicoanalista de John Katzenbach es una novela de intriga que cumple su cometido de mantener la tensión hasta el final, con una trama que va a contrarreloj.
Katzenbach narra el infortunio de Fredrerick Starks, un conocido psicoanalista de amplia trayectoria y vida cómoda, y cómo de repente ve su mundo volcar ante una nota anónima de amenaza que recibe justo el día de su cumpleaños.
2. La niebla, Stephen King (1980)
La niebla, Stephen King (Ed. Debolsillo)
Uno de los exponentes más importantes del género de terror, Stephen King, combina el género que maneja con gran destreza con la novela negra en La niebla.
El resultado es magistral, ya que el autor es capaz de llevar a buen término un argumento bastante arriesgado: un supermercado convertido en el último refugio humano ante una invasión arrasadora en la Tierra.
1. Asesinato en el Orient Express, Agatha Christie (1934)
Asesinato en el Orient Express, Agatha Christie (Ed. RBA)
El Asesinato en el Orient Express es la novela que narra el caso más importante del detective Hércules Poirot, el cual se da a bordo del tren Orient Express.
Mientras el tren recorre Yugoslavia, es asesinado mientras dormía en el compartimiento siguiente al de Poirot un pasajero que responde al nombre de Samuel E. Ratchett. Entre los ocupantes del vagón se cuentan un total de 12 sospechosos del crimen.
Venezuela, el país ubicado más al norte del continente América del Sur, está llena de las características naturales más increíbles. Cuando Cristóbal Colón pasó por esas tierras en 1492, que apenas las tocó en un golfo, el más al este de dicho país, escribió a los reyes Católicos y les dijo que había encontrado el paraíso terrenal. Y no era para menos.
En el recorrido que hizo antes de entrar a ese golfo se dio cuenta de que el agua por la que estaba circulando no era salada, y esta situación lo emocionó hasta tal punto de escribirles en esos términos a los Reyes. Al navegar por aquella inmensidad de agua dulce había concluido que se trataba de aguas de algún gran río que provenía de alguna gran masa de tierra, desconocida para él en ese momento.
Debido al compromiso que tenía de llegar pronto a la isla La Española, no se adentró más hacia donde él calculaba que provenía aquel inmenso caudal, lo cual sí hizo siete años después un personaje que le acompañó en su primer viaje a América llamado Vicente Yánez Pinzón, veterano en el manejo de carabelas, viaje que hizo con el gran interés de enfilar hacia el sur del golfo que había comentado Colón, y así lo hizo.
En aquel largo recorrido se topó y descubrió el río Amazonas y, de regreso, esta vez sin alejarse de las costas, pasó exactamente por la desembocadura de otro río que llamaban Orinoco, que a la larga se supo que en dialecto aborigen significa “lugar para remar”. Traspasó ese inmenso caudal de agua dulce mencionado por Cristóbal Colón y siguió también hacia La Española, sin atreverse tampoco a adentrarse en tan ancho cauce.
Tuvieron que pasar algo más de 30 años para que alguien de esa gran cantidad de descubridores y expedicionarios se atreviera a adentrarse en tales profundas aguas, habiéndolo logrado finalmente el expedicionario Diego de Ordaz que sentó su base en un lugar a la margen derecha que llamó Santo Tomás de Guayana en la confluencia del Orinoco con otro inmenso río del que tampoco se tenían noticias y que a la larga se convertiría en una arteria de vida para un gran conglomerado humano agrupado en el país Venezuela.
Panorámica aérea de ciudad Guayana (Heribert Dezeo / Wikimedia Commons)
Pasaron los años de tan emocionantes épocas y través del tiempo se pudo determinar que la cuenca del río Caroní es uno de los sitios donde más llueve en el mundo. El promedio de lluvia es de 2900 milímetros, con zonas en donde llega a 6000 milímetros anuales, es decir, más de siete veces de lo que llueve en promedio en la ciudad de Caracas, capital de Venezuela. Además, recibe 245 ríos a lo largo y ancho de su área.
Todo ello significa que el rendimiento de agua de la cuenca es de una magnitud excepcional por lo que el caudal promedio del río Caroní es muy superior al de ríos famosos en el mundo, como el Nilo, el Danubio o el Columbia, en cuyos cauces también se han construido grandes presas.
Es algo más de 9 millones de hectáreas que tiene esta cuenca, donde mucho más de la mitad son bosques vírgenes, garantes de que el agua llegue al río sin quedarse en el camino. Es así como este río, el segundo más caudaloso de Venezuela, entrega en su desembocadura seis mil metros cúbicos de agua cada segundo, algo difícil de imaginar. Incluso se le ha llegado a medir un poco más de diecisiete mil metros cúbicos por segundo. He allí la principal causa por la cual este curso de agua fue seleccionado para ser originario de fuentes importantes de electricidad, fuentes limpias y no contaminantes.
Siendo Venezuela el segundo país del mundo con más agua dulce, ella misma se puede garantizar durante cientos de años la fuerza motora de su energía eléctrica a base de agua, y de una manera ecológica, en plena sintonía con la naturaleza.
Unión de los ríos Orinoco y Caroní, estado Bolívar (Heribert Dezeo / Wikimedia Commons)
El venezolano se decidió a entender esa realidad a través de los tiempos por lo que los gobiernos pasantes han colocado sobre su cauce nada menos que seis centrales hidroeléctricas (Macagua I, II y III; Guri, Caruachi y Tocoma), y entre las seis suman la bicoca de 17.847 megavatios de capacidad generadora. La central Caruachi fue galardonada en 2006 con el Premio Internacional Puente de Alcántara como la mejor obra pública en toda Iberoamérica.
El río Caroní es una de las atracciones más impactantes del mundo por su carácter tropical y su inmenso caudal de agua dulce, que verlo cursar es espectacular debido al volumen y el sonido. Además posee en sus nacientes al salto Ángel, el más alto del mundo, y seis centrales hidroeléctricas construidas en su lecho, algo no visto en otros grandes cauces del globo terráqueo.
Cuando se acabe el agua en el Río Caroní es porque se acabó el agua en el mundo entero. Es una bendición para esta tierra, llamada por Cristóbal Colón en su tercer viaje «el paraíso terrenal», contar con ese regalo excelso de la naturaleza, un prodigio de río, real y vivo, que contiene en su seno agua dulce suficiente como para dotar de electricidad limpia a todo ese país, que tiene el doble de superficie que España, y calmar la sed de todos los habitantes de este planeta.
Las ciudades, ya sea la nuestra propia o la que visitamos, no pueden separarse de su historia; es lo que les da sentido y permite otra mirada. No es lo mismo caminar por una calle sin saber de su pasado, a imaginarnos las pisadas de los que en una época lejana la transitaron.
¿Quiénes
eran? ¿Qué hacían? ¿A dónde iban? ¿Cuál era el espíritu de la época? Por tal
razón, la historia puede verse más como forma de nutrir el espíritu que como
disciplina académica; a través de ella nos apasionamos por los lugares que
conocemos.
Pero la historia es ancha. No basta que nos expliquen lo que sucedió en ese sitio que nos atrapa, también hay que entender el contexto; y ese contexto se escapa de la ciudad así como del país: se va allende las fronteras.
1. Una historia, muchos pueblos
1.1. Primeros pobladores
Según excavaciones
arqueológicas, hace más o menos un millón de años ya se paseaban por la
península ibérica los primeros homínidos, para luego, 40.000 años atrás aparecer
el Homo Sapiens.
También se tiene conocimiento acerca de que, aproximadamente entre el VI y V milenio a.C., llegaron pueblos neolíticos del área del Mediterráneo: los íberos, que se consideran los ancestros originarios del territorio que los griegos llamaron Iberia.
Más
tarde, en el I milenio a.C., arribaron los celtas desde el norte, los cuales ya
pertenecían a la Edad del Hierro. Éstos se mezclaron con los íberos, para
formar el substrato poblacional del
territorio occidental más lejano conocido para la época que, entre otros
importantes atractivos, contaba con valiosos minerales
Persiguiendo las riquezas y buscando nuevos enclaves, bastante después, a partir del siglo VIII a.C., arribaron muchos extranjeros que formaron colonias, especialmente en las zonas del Mediterráneo: los tartesios, los fenicios, los griegos, y los cartagineses que al parecer eran muy belicosos.
Por
culpa de estos últimos, que se inmiscuían comercialmente en los territorios de
Roma, aparecieron los romanos y atacaron; primero se quedaron por las costas
levantinas y en el sur, pero luego se entusiasmaron y se empeñaron en
conquistar toda la península, lo que les llevó casi doscientos años.
1.2. Los romanos
Ya en el año 19 a.C. los romanos dominaban Hispania –como era llamada por ellos- y la dividieron en diferentes zonas o provincias con su respectiva capital, lo cual fue cambiando con el tiempo. En cada una mandaba un representante directo del emperador de turno quien tenía su sede en Roma.
División provincial romana en el año 298 d.C. (Wikipedia)
Antes
de ser colonizada por el Imperio Romano, la península ibérica, con excepción de
las zonas ocupadas por los tartesios, fenicios, griegos y cartagineses, tenía
poca actividad comercial y fundamentalmente sus pobladores cultivaban y criaban
ganado para el consumo familiar.
Luego los romanos se apoderaron de las tierras y las pusieron bajo el dominio de familias de su confianza. Impusieron sus costumbres, su idioma y sus leyes, pero hicieron grandes obras de infraestructura que mejoraron la vida de los pobladores: acueductos, alcantarillas, puentes y grandes calzadas.
También fundaron muchas ciudades, que amurallaban con macizas paredes de piedra, las cuales se convirtieron en grandes centros de afluencia y de diversión por sus circos, anfiteatros, termas, y grandes mercados donde se adquirían productos que venían de todas ciudades.
En
cuanto a la religión no existió mayor confrontación ya que, tanto los romanos,
como los originarios de Hispania, en aquella época adoraban a muchos dioses.
Sólo a partir del año 313 d.C., cuando el Imperio Romano adopta oficialmente la
religión católica, se suscitan algunos inconvenientes.
Al morir el emperador
Teodosio en el año 395 d.C., quien por cierto había nacido en Hispania, el gran
Imperio fue dividido en dos partes. Así, uno de sus hijos se quedó con la zona
occidental, mientras que el otro heredó todo el oriente. Este hecho debilitó
fuertemente a los romanos.
División del Imperio Romano en el año 395 d.C. (mihistoriauniversal.com)
1.3. Los visigodos
Estos
pueblos, de origen germánico, eran llamados bárbaros
por los griegos y los romanos, significando con ello que no hablaban su idioma
ni se sometían a sus normas.
Los
bárbaros habían sido por mucho tiempo aliados de los romanos a cambio de vivir
en el Imperio, por lo que en su mayoría eran cristianos; en el año 410 d.C. se
rebelaron, saquearon a Roma y fueron los causantes de que en el año 476 cayera
el Imperio Romano de occidente.
Uno de
estos grupos eran los visigodos, que ya
en el año 415 d.C. invadió la península
ibérica y fundó un gran reino cuya capital era Toledo, el cual se mantuvo hasta
que llegaron los árabes.
Reino visigodo y las provincias de la Hispania Visigótica en 700 d.C. (Wikipedia)
De estas
tribus germánicas procedieron y proceden los monarcas europeos, con algunas
excepciones como el caso de Isabel la Católica, ya que sus antepasados fueron
los astures: pueblos naturales del norte de España.
Con la
caída del Imperio Romano de Occidente y el
poder de los germanos
comienza la Edad Media, siendo su característica fundamental el Feudalismo: se
instalan los grandes feudos, a cuyo cargo estaba un señor noble, dueño de todas
las tierras, que obedecía al monarca y esclavizaba a los siervos.
1.4. Los árabes
Procedentes del Califato
Omeya de Damasco, en el año 711 aparecen los árabes en escena y en quince años dominan la península ibérica,
que pasa a llamarse Al-Ándalus con su capital en Córdoba. Pero no pudieron con las zonas del norte, donde
estaban los astures y los cántabros.
Al-Ándalus en 732 (Wikipedia)
Bajo el control musulmán las
ciudades en España vuelven a brillar; mientras tanto, en el resto de Europa se mantiene
el sistema feudal, cuyo centro era el campo. Así mismo, en la península ibérica
se desarrollan importantes conocimientos de medicina y matemática, al tiempo
que florecen la filosofía y la
literatura.
Los
árabes introducen nuevos cultivos, originales sistemas de regadío y la cría de
caballos. Igualmente, aprovechan las obras que habían dejado los romanos para
el abastecimiento de agua en las ciudades, y el comercio vuelve a tomar auge
con grandes mercados o “zocos”.
Pero los pueblos montañeses autóctonos cristianos
del norte, los cántabros y los astures, que eran muy aguerridos, atacan sus
inexpugnables fortalezas y así los hacen replegar sus territorios hacia el sur,
hasta que finalmente en el año 1492 los Reyes Católicos toman Granada.
2. “Fui sobre agua
edificada…”
Los
árabes dividieron Al-Ándalus en tres grandes regiones: centro, norte y sur, las
cuales se conocieron como “marcas”. Dentro de ellas se levantaban ciudades
amuralladas y protegidas por macizas torres circulares que se comunicaban entre
sí mediante señales de humo.
Marca Media de Al-Ándalus en el Siglo X (Wikipedia)
Antes
de la llegada de los musulmanes, Madrid era apenas un cruce de caminos por
donde pasaban las grandes calzadas que habían construido los romanos. Aunque hay
quienes dicen que luego del Imperio Romano, en tiempos de los visigodos, existió
aquí un pequeño asentamiento.
En el
año 852, el emir Muhammad I llega a lo que es hoy el barrio más antiguo de
Madrid y erige una gran fortaleza
cercada por una muralla de casi 800 metros de longitud, con 15
metros de altura y un espesor cercano a
los tres metros.
Esta
imponente pared, de la que todavía se pueden observar algunos restos, se construyó con piedra caliza recubierta de pedernal:
material más duro que el acero, que al ser golpeado produce chispas, por lo que
es relacionado con el fuego.
Los
cristianos del norte, en sus incursiones nocturnas, cuando disparaban sus
flechas con puntas de metal contra el muro, veían destellos de candela; por tal
razón creían que un dragón o ciertos espíritus extraños protegían a los árabes.
La
fortaleza fue ubicaba sobre una meseta elevada, cercana al río Manzanares al
que en aquella época llamaban Guadarrama. Dentro de la misma se levantó un
alcázar donde vivía el gobernante, en el sitio donde hoy se ubica el Palacio Real.
Aparte
del alcázar, también había una pequeña mezquita que actualmente es la Catedral
de la Almudena. A su lado estaba la medina o al-mudayna, es decir la ciudad; aquí se ubicaba otra mezquita mayor, el lugar
del mercado, y los baños que eran muy
importantes para fines higiénicos y purificadores.
La
ciudad también fue amurallada y en total existieron tres puertas que son
conocidas como: la Vega, Xagra y Almudena -hoy Santa María-; pero sólo es
posible observar los restos de la primera.
Igualmente
estaban los arrabales, siendo el más antiguo el del cerro de las Vistillas,
desde donde hoy se puede apreciar una vista incomparable de Madrid: el Palacio
Real, la Catedral, la Casa de Campo, el río Manzanares y los nevados montes de
la sierra de Guadarrama, llamada en una época “sierra del Dragón” por sus siete
picos que dibujan el lomo de este
animal.
Por el
enclave musulmán corrían muchos arroyos: se ha descubierto que Madrid se ubica
sobre un extenso acuífero de gran profundidad, que se formó hace más de cinco millones
de años; y del agua proviene su nombre.
El
historiador arabista Jaime Oliver Asín, en su libro titulado “Historia del
nombre de Madrid”, asegura que la ciudad toma su denominación del asentamiento
visigodo, anterior a los árabes, al que llamaban “Matrice”; lo cual se traduce
como “Madre de Aguas”.
Dice el
mencionado investigador que luego los árabes lo nombraron “Mayrit”, que al
mismo tiempo quiere decir “cauce”, como una derivación de “Matrice”. Al
parecer, Matrice era uno de los quince arroyos
que surcaban el poblado.
El
nombre de Madrid está relacionado con el agua y también con el fuego; por tal
razón, el primer emblema de la ciudad fue una piedra de pedernal sumergida en
agua, de la que salen chispas debido a dos eslabones que la golpean. Al pie de
este escudo aparece la siguiente leyenda:
(http://madridarabe.es/)
“Fui sobre agua edificada,
mis muros de fuego son
esta es mi insignia y blasón”
3. Siete puertas y una corte
Madrid
se convierte en una aldea cristiana en el año 1083, a partir de su conquista por parte del rey de los astures llamado
Alfonso VI y apodado “El Bravo”, que
había sido proclamado monarca de Castilla y León.
Muralla de Madrid en la Edad Media (http://miradasdemadrid.blogspot.com/)
Ya bajo el dominio cristiano, cuando el asentamiento había crecido considerablemente, se hizo necesario construir una nueva muralla muchísimo más grande a su alrededor; con muchas torres cuadradas: no redondas como las que tenían los árabes.
En esta
época se agregaron cuatro nuevas puertas: al norte Balnadú, cuyo nombre
aparentemente está relacionado con los
baños árabes; al sur Puerta de Moros; al
este Puerta de Guadalajara y Puerta Cerrada –esta última con la figura de un
dragón esculpido-. Igualmente, se conservaron las primeras tres entradas originales,
para un total de siete puertas.
Afuera de la fortaleza se ubicaba una laguna llamada Luján, que luego se secó y sirvió para construir una plaza con un mercado, la cual fue llamada Plaza del Arrabal por no estar dentro de la muralla; posteriormente la ciudad es nuevamente ampliada y se incluye la plaza en su contorno.
Escudos de la Puerta Cerrada de la Casa de la Villa. A la derecha se aprecia el dragón (Zarateman / Wikipedia)
En este
momento, ya en el siglo XIV, se abre una
nueva puerta: la Puerta del Sol, que se situó muy cerca de la plaza del Arrabal. Así mismo,
en el siglo XV y XVI, se fueron abriendo nuevas puertas y algunas de las viejas
cambiaron de nombre.
La
Puerta del Sol se llamó de esta manera por estar mirando hacia el este y en
ella fue esculpida la figura del magno astro. Hoy es una gran plaza, de gran
valor histórico por todas las batallas en ella libradas; aquí se encuentra el
reloj que todos los 31 de diciembre, con sus campanadas, anuncia el nuevo año a
los madrileños y visitantes.
Pero
Madrid se convierte en una urbe importante a partir del año 1561, gracias a
Felipe II –El Prudente-, que reinó en el período 1556 a 1598 y es quien
traslada la sede de la corte, que antes había estado en Toledo. Eran tiempos del Renacimiento y del Siglo de
Oro Español.
Aparecen
nuevas calles y se demuelen antiguas estructuras: entre ellas gran parte de la
vieja muralla cristiana. También se ordena construir una Plaza Mayor en la
Plaza del Arrabal y se hacen planes para
edificar a su alrededor, lo que es
llevado a cabo por los sucesores de Felipe II.
Este
rey es amante del estilo renacentista, por lo que trae artistas desde Italia para
reformar el viejo castillo y concluir
las reformas que había comenzado su padre Carlos I, convirtiendo así el alcázar
en el Palacio Real: un lugar digno de la sede de la corte.
Pero obra magistral del reinado de Felipe II es el Monasterio de El Escorial, que se terminó en 1584: una de las más importantes exponentes construcciones renacentistas de Europa, siendo valorada como la octava maravilla del mundo a finales del siglo XVII y declarada patrimonio de la humanidad en 1984.
Monasterio de El Escorial (Wikipedia)
De monumentales dimensiones, El Escorial también fue conocido como “la ciudad de Dios”. Consta de un palacio, un convento, y una basílica que Felipe II concibió con la finalidad de albergar los restos de los monarcas; en primera instancia los de su padre Carlos I. Y por cierto, Felipe II fue llevado muy enfermo a morir en El Escorial.
4. Se quema el Alcázar. El infortunio de un rey
La
dinastía de los Austria, también conocidos como los Habsburgo, había comenzado
con Carlos I de España, nieto de los Reyes Católicos, quien fue rey entre los
años 1516 y 1556.
Esta
familia estuvo en el poder hasta el
reinado de Carlos II –El Hechizado-, monarca para el período 1665-1700 que no tuvo hijos; lo que
dio paso a la dinastía de los Borbones, parientes de los reyes de Francia.
El
primer Borbón que ocupa el trono de España, lo cual sucede entre los años 1700
y 1746, es Felipe V –El Animoso-, que sufría de ataques de depresión y que,
según el psiquiatra y escritor español Juan
Antonio Vallejo-Nágera, se debió a que padecía de trastorno bipolar.
Por tal
razón, Felipe V había abdicado a favor
de su hijo Luis I –El Bien Amado- en el año 1724, pero por desgracia éste
último muere de viruela -diez años después de haber fallecido su madre- y sólo
reina durante 229 días. A continuación Felipe V, que se había casado de nuevo,
vuelve a asumir el reinado.
Palacio Real o Palacio de Oriente, antiguo Alcázar árabe, sede de la corte española en el siglo XVI e Incendiado en 1734 (http://madridarabe.es/)
Otros
diez años más tarde de la desaparición física de Luis I, en las Navidades de
1734, se incendia la residencia de los monarcas: el Palacio Real, que había
sido construido sobre la vieja alcázar mora y venía siendo vivienda oficial de
la monarquía desde que Felipe II instalara la corte en Madrid.
El
hecho sucede de madrugada, amaneciendo el 25 de diciembre, supuestamente por
efectos de una chimenea; pero los reyes pasaban esos días fuera del palacio, en
otra de sus residencias. Se dijo que el Palacio Real había sido hechizado y que
en medio del incendio se escucharon voces que proferían insultos en árabe.
Los monarcas se mudan al Palacio del Buen Retiro, que había sido construido por los Austrias como lugar de vacaciones, y desde entonces éste pasa a ser la residencia de Felipe V, así como de su segundo hijo Fernando VI que lo sucede. Mientras tanto, se reforma el Palacio Real.
El
nuevo hogar de los reyes, el Palacio del Buen Retiro, era enorme y estaba
rodeado por numerosos estanques y jardines. Lamentablemente fue demolido en el
siglo XIX, por haber quedado en muy malas condiciones como producto de las
guerras de España contra el emperador Napoleón Bonaparte.
Actualmente,
en los amplios espacios donde estaba el palacio del Buen Retiro, se encuentra
el Parque del Retiro. Éste conserva su belleza natural original y cuenta con
numerosas obras arquitectónicas, tales como el Palacio de Cristal, así como muchas
esculturas y un observatorio astronómico.
Palacio de Cristal en el Parque del Retiro (Diego Delso / Wikipedia)
5. Ciudad ilustrada y tiempos
contemporáneos
Llegaba el año de 1750 y comenzaba el período conocido
como la Ilustración, que se prolongaría
hasta los primeros años del siglo XIX. Es la época en que los grandes
pensadores europeos promueven la razón como vía única de obtener la verdad y como
motor para el progreso de la humanidad.
En este ambiente, en 1759, se convierte en rey el
tercer hijo de Felipe V: Carlos III, un monarca ilustrado; quien va a ocupar el
trono hasta 1788, un año antes de comenzar la Revolución Francesa, que marca el
inicio de la Edad Contemporánea.
La ciudad entonces se torna en un espejo de la
Ilustración; por eso, a Carlos III se le llamó “El Mejor Alcalde de Madrid”, al
ser el precursor de importantes proyectos modernizadores, muchos de los cuales concluyeron su hijo
Carlos IV y su nieto Fernando VII.
De este período data el alumbrado, varios hospitales
públicos, imponentes monumentos, espectaculares fuentes y el
Museo del Prado: según el historiador de arte Jonathan Brown, el más importante del mundo en pintura
europea por sus grandes colecciones de todas las épocas.
El Museo del
Prado, de estilo neoclásico, fue concebido e iniciado por Carlos III como museo
de Historia Natural, lo cual obedecía al espíritu científico que prevalecía en
la Ilustración; pero se inaugura en 1819 como museo de arte, durante el reinado
de Fernando VII.
Carlos III era amante de las fuentes y, quizás para
honrar a una ciudad que fue edificada
sobre el agua, elabora un ambicioso proyecto para llenar de fuentes con motivos
mitológicos a Madrid: Cibeles, Neptuno y Apolo, entre otras.
Especialmente la Cibeles, que da nombre a la plaza donde
se ubica y fue construida por Carlos IV, es un ícono de la ciudad. Cibeles es la diosa
romana equivalente a la Rea griega y representa la fertilidad y el poder de la
naturaleza. La fama de esta fuente ha
traspasado fronteras y en México hay una réplica exacta de la misma.
Fuente de la Cibeles, construida entre los años 1777 y 1782, cuando reinaba Carlos IV. (Carlos Delgado / wikipedia)
A Carlos III también les gustaban las puertas y edificó
algunas para rememorar las que siglos antes se encontraban en la ciudad; entre
ellas la Puerta de Alcalá, la cual concibió al antiguo estilo romano de los
arcos del triunfo y fue inaugurada en 1778.
Carlos
III es el primer monarca que ocupa el nuevo Palacio Real, reconstruido a raíz
del incendio sucedido cuando su padre era rey. Este palacio, que es el más
grande de Europa Occidental y uno de los mayores del mundo, fue nuevamente la vivienda de los reyes hasta
que Alfonso XIII tuvo que huir de
España.
Alfonso
XIII, quien se exilió al proclamarse la
Segunda República en 1931, es el abuelo
de Juan Carlos de Borbón. Este último, que asume el trono cuando muere Franco y se restaura la monarquía, decide tomar por residencia el Palacio de la
Zarzuela ubicado en las afueras de Madrid.
Nuevo Palacio Real o Palacio de Oriente (M.Peinado / Wikipedia)
Pero
volviendo a Carlos III y sus más cercanos herederos de la corona, reinaba su nieto Fernando VII
en 1808 cuando las tropas francesas, a cargo de Napoleón Bonaparte, invaden
España y José Bonaparte -su hermano- es proclamado monarca.
José Bonaparte asume como José I; los españoles comienzan a llamarlo Pepe Botella por su fama de gustarle el vino y también lo apodan Rey Plazuelas por su afición a las plazas.
La
Plaza de Oriente, que se encuentra frente al Palacio Real, data de 1844 cuando
ya reinaba la bisnieta de Carlos III; pero la idea de hacer la plaza, según cuenta
la historia, fue de Pepe Botella, quien mandó a destruir las
casas antiguas que allí existían.
Dicha plaza es un recinto lleno de inmensos jardines, donde se observan esculturas talladas en piedra, que parecen vivientes y rememoran a veinte antiguos reyes españoles del período medieval.
Esculturas de la Plaza de Oriente, lado norte (Basilio / Wikipedia)
Bajo esta
plaza se descubrieron pasadizos secretos, que al parecer se remontan al año
1612 cuando se construyó el Monasterio
de la Encarnación, con la intención de que Margarita de Austria
-la esposa de Felipe III- pudiera llegar al mismo sin que la vieran por la
calle.
El Monasterio de la Encarnación, conocido como Las Margaritas, es una importante obra representativa
del Barroco; junto con el Teatro Real, que fue inaugurado en 1850, son las dos edificaciones
importantes que rodean la Plaza de Oriente.
A partir
de 1844 también se embellecen los
alrededores del Palacio Real. Primero con los llamados jardines del Campo del
Moro, llenos de esculturas y fuentes; más tarde -durante muchos años y en forma
paulatina- la Casa de Campo, donde por cierto ha sido encontrado un relevante
yacimiento romano.
Casa de Campo (Diario de Madrid / wikipedia)
Para
llegar a la Casa de Campo, reservorio natural lleno de aves exóticas y uno de
los parques naturales más grandes del mundo, hay que atravesar el Puente del
Rey sobre el río Manzanares. Actualmente cuenta con un inmenso lago navegable,
un parque de atracciones, un zoológico y hasta un teleférico.
Muy cerca
de la Plaza de Oriente y del Palacio Real, se encuentra otra joya
arquitectónica de relativa reciente construcción pero con muy vieja historia.
Se trata de la Catedral de la Almudena, dedicada a la virgen patrona de Madrid.
Su
pasado se remonta al año 1083 cuando Alfonso VI –El Bravo- desalojó a los
árabes de Mayrit y, en el lugar donde estaba la mezquita, levantó una iglesia
que se llamó Santa María de la Almudena, que es donde ahora está la catedral.
Almudena
proviene de al-mudayna, la forma como los musulmanes llamaban a la ciudadela;
por lo tanto, Virgen de la Almudena vendría a significar Virgen de la Ciudad.
Catedral de la Almudena (Riozujar / Wikipedia)
La
Catedral de la Almudena representa una mezcla de variados estilos de
arquitectura, predominando el neoclásico en su parte exterior. Su construcción fue comenzada por Alfonso XII
–el padre de Alfonso XIII- en el año 1883, pero tardó un siglo en ser
construida y fue consagrada por el Papa Juan Pablo II en 1993.
6. Leyendas y otros encantos de Madrid.
Madrid en
sí es una leyenda, pero existen muchas otras
que llenan a la ciudad y sus alrededores de atractivos misterios: pasadizos y
puertas secretas; pueblos y sanatorios abandonados; lugares con aterradoras
historias donde en la actualidad se escuchan gritos o se presentan fantasmas.
Algunos
de estos sitios son la vieja estación de Chamberí –hoy museo- donde nunca
paraban los trenes. Hablan de que en los rieles hay monjes sepultados, y también de que aparece una niña que
fue arrojada al tren por descubrir un romance entre un cura y
una monja.
Así
mismo, la antigua sede de la Cárcel de Corte, famosa por sus tratos crueles, hoy
Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión
Europea y Cooperación, donde los vigilantes oyen golpes y espantosos alaridos
en las noches, y se encienden las luces
sin que nadie las active.
Pero la
leyenda más encantadora de todas es sin lugar a dudas la que cuenta la historia
del bandolero Luis Candelas, personaje casi mitológico, pero que existió en la
vida real y es famoso; tanto por sus amoríos con mujeres célebres de la época, como por sus inteligentes
artimañas.
Grabado de Luis Candelas, célebre bandolero madrileño (1806?-1837).
Eran
los tiempos de la posguerra contra la invasión francesa y en Madrid, así como
en toda España, reinaba el caos; situación propicia para los asaltos a los viajeros
en los caminos, al igual que en las calles de la ciudad.
Había bandoleros muy crueles, pero otros muy seductores
y reconocidos por nunca atentar contra
la vida de sus víctimas, que incluso gozaban de gran admiración por su rebeldía
y hazañas.
Luis
Candelas era del grupo de los últimos mencionados; tenía muchos amigos –y
amigas- que lo socorrían cuando se esfumaba a través de los túneles y puertas
ocultas que nadie conocía mejor que él, y acostumbraba a disfrazarse para
camuflarse o hacerse pasar por distinguidos ciudadanos.
De Luis
Candelas se cuenta que nació en el castizo barrio de Lavapiés, que frecuentaba
las tabernas, que se fugó muchas veces de las cárceles, que tuvo cantidad de amante
y amigos influyentes, y que fue condenado a muerte en el año 1837.
Otra
historia muy simpática, referente a los pasadizos secretos, es la que alude al
rey Alfonso XIII, quien supuestamente usaba un túnel para escabullirse desde el Palacio Real, hasta el Puente del Rey que atraviesa el rio
Manzanares y llega hasta la Casa de Campo.
A
través de esta inusitada vía de evasión, comentan que Alfonso XIII, al anochecer, se escapaba de farra con sus
amigos. Mientras tanto, todos en el Palacio pensaban que estaba descansando
tranquilamente en sus aposentos, o
quizás rezando.
Pero Madrid
no es solamente historia, arte y leyenda. También es la ciudad donde se degustan
las tapas más espectaculares del mundo y se toma el mejor vino, y en la que, luego de una noche de juerga, se disfruta del más sabroso chocolate con
churros al amanecer, en la Puerta del Sol.
Otras
atrayentes actividades para realizar en Madrid son: pasear por las noches –no
importa la estación del año- por la Gran Vía, visitar los barrios típicos, o
asistir al mercado del Rastro ubicado en la zona más antigua de la metrópoli,
allí donde se asentaron los árabes.
Pareja bailando el Chotis (Javier Pérez Montes/ Wikipedia)
Aunque
lo más castizo de la ciudad son sus verbenas, en las que al compás del organillo
los chulapos y chulapas bailan chotis: una danza contagiosa, que dicen
fue practicada por primera vez en el Palacio Real en el año 1850.
El chotis arrebata y provoca bailarlo, aunque no se tenga ni la más remota idea de cuáles son sus pasos.
Ahora será posible conocer con mayor exactitud si un paciente que está a punto de recibir una intervención quirúrgica sobrevivirá a la misma o no, así como el porcentaje de ambas probabilidades.
Ello gracias a una nueva tecnología desarrollada por Google empleando la Inteligencia Artificial, que el gigante de los buscadores ha llamado “Cerebro Médico”, o Medical Brain.
Medical Brain promete ofrecer una tasa de proyección con un mínimo de error
Esto la hace una tecnología muy útil para los médicos, ya que podrían contar con un diagnóstico de probabilidades más preciso y les permitirá adaptar el tipo de asistencia médica que deberán ofrecer en cada caso, según las proyecciones de la herramienta.
Hasta el momento, la aplicación ha sido puesta a prueba en dos hospitales con resultados satisfactorios, donde las proyecciones tuvieron una tasa de precisión entre el 93% y el 95%.
Así es como funciona Medical Brain
La Inteligencia Artificial con la que está equipada Medical Brain examina detalladamente todos los aspectos de la historia clínica del paciente, para poder determinar si sobrevivirá o no a una intervención o al tratamiento al que esté sometido.
En cuanto a los resultados satisfactorios de las pruebas en los dos hospitales, uno de los científicos que realiza pruebas sobre las proyecciones indicó que esta herramienta es mucho más precisa que el modelo predictivo médico tradicional, superando con eficiencia los resultados de estas herramientas tradicionales, en la gran mayoría de los casos.
Esto no significa aún que los médicos están confiando la vida de sus pacientes a los robots, pero sin duda, es una herramienta muy útil para obtener proyecciones precisas, escalables y realmente ajustadas a cada caso clínico.