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Comida no es amor: la obesidad en mascotas es un problema que se agudiza

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En el mundo hay alrededor de 500 millones de perros y gatos domésticos. En España, específicamente, se registraron 20 millones de mascotas en 2017, lo que quiere decir que 1 de cada 4 hogares tiene animales de compañía.

Contemplando estas cifras, necesariamente surge una pregunta: ¿cuántos de ellos tienen dueños responsables? Lo primero que habría que definir, por supuesto, son las características de uno.

Según el portal Misanimales.com, un dueño responsable debe tener respeto por la vida, estar dispuesto a asumir gastos, gozar de tiempo disponible y ser razonable y flexible para soportar las manías que acompañan la personalidad de cada animal (sí, hay estudios que cofirman que ellos también tienen personalidad).

Además de sacarle a pasear, educarle, comprarle accesorios, garantizar las revisiones veterinaria y pasar tiempo de calidad con la mascota.

Pero un punto clave, quizá el más importante, de ser un dueño responsable, tal y como relata este portal y otros parecidos, es comprar la comida adecuada y proporcionársela en horarios específicos y razonables. En pocas palabras, hay que alimentarles bien y de la manera correcta.   

Mascotas y dueños con malos hábitos alimenticios

La frase «cada mascota se parece a su dueño» cada vez toma más relevancia, si tenemos en cuenta la reciente investigación de Mars Petcare, un fabricante de alimentos de Estados Unidos, que habla sobre la obesidad y malos hábitos alimenticios en los animales de compañía.

De hecho, se trata de un problema real que se ha venido agudizando en los últimos ocho años.

Y es que los dueños han llevado el tema de la «humanización» a tal nivel que, sin quererlo, terminan perjudicando a sus queridos amigos de cuatro patas. Una cosa es ponerles disfraces o celebrarles el cumpleaños, y otra muy distinta es darle a probar todo tipo de comida a cualquier hora. Ahí hay que marcar el límite.

El estudio de Mars Petcare revela que los dueños son capaces de trasladar sus malos hábitos alimenticios a sus mascotas, por el fuerte vínculo emocional que existe entre ambos.

Básicamente la encuesta realizada por la empresa estadounidense destaca que los perros con dueños obesos tienen cinco veces más riesgo de padecer esta enfermedad.

Si lo analizamos, tiene mucho sentido. Una persona que ama comer comida basura probablemente pase de las croquetas para su perro y le alimente con cualquier cosa que le parezca «sabrosa» o le dé galletas o raciones extra como recompensa por buen comportamiento.

Y probablemente esa persona piense erróneamente que está mimando a su peludo con algún que otro dulce, pero lo cierto es que está ayudándole a ganar kilos de más que pueden terminar perjudicando su salud.

Ylenia Márquez, académica de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, señala que un perro se considera obeso «cuando su masa corporal supera en 20% el peso que le corresponde de acuerdo con su edad, sexo y raza».

Sobrealimentarles no es un acto de amor

Si bien es cierto que el estilo de vida fitness ha significado una verdadera revolución en prácticamente todo el mundo, también hay que destacar que no todos los seres humanos están hechos para una vida llena de comida saludable y ejercicio.

Y el sedentarismo también pude transmitirse a una mascota. El 40% de los casos de obesidad en animales se fundamentan en la falta de ejercicio y la sobrealimentación.

Pero en algunas ocasiones se trata de ignorancia, pues en la encuesta, unos 5.300 dueños aseguraron no saber cuánta cantidad de comida debían darle a su perro o gato.

Y en otras ocasiones es cuestión de sentimentalismos. Un 77% indicó que su mascota se siente agradecida cuando la alimentan, mientas que un 60% manifestó sentirse bien cuando le dan de comer a sus animales.

Un 50% admitió que les dan todo lo que puedan comer en cada ración, lo que evidentemente resulta contradictorio para su salud y un 40% no sabe cuánto pesa su perro o gato.

Fernanda Serralta, veterinaria, dijo a Infobae que la obesidad en cachorros puede limitar su desarrollo y crecimiento. En adultos puede afectar a las articulaciones, causar artrosis, displasia de cadera e inmovilidad.

De todo este estudio y las cifras aportadas por los propios dueños, hay una clara conclusión: no hay que confundir el amor con el alimento.

La obesidad en mascotas no solo puede combatirse, puede incluso prevenirse. Lo primero que hay que tener en cuenta es que hay algunas razas que son más propensas que otras a sufrir esta enfermedad, como los beagle, bóxer, golden retriever, san bernardo y chihuahua.

Y por supuesto darles raciones adecuadas, dependiendo del tamaño y la raza, así como limitar las chucherías caninas, aunque sea un impulso querer mimarlos.

Querer a nuestros amigos peludos también significa cuidar su salud.

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Zavala, Yalezsa. (2020, 05 agosto). Comida no es amor: la obesidad en mascotas es un problema que se agudiza. Cinco Noticias https://www.cinconoticias.com/comida-no-es-amor-la-obesidad-en-mascotas/

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Yalezsa Zavala
Yalezsa Zavala
Periodista licenciada en Comunicación Social por la Universidad Arturo Michelena, Valencia, Venezuela.
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