La crítica no ha tenido compasión con el trabajo de Terry Gilliam y ha tildado a su última película, El Hombre que Mató a Don Quijote, de simple y atropellada, pero, por el contrario, el director estadounidense está contento con el resultado; sobre todo, con las actuaciones estelares de Adam Driver y de Jonathan Pryce.
Gilliam destaca el buen hacer de Driver ante la dificultad de dar vida a 3 personalidades tan distintas entre sí, que narran los comienzos de su personaje, el papel que representó en sus producciones iniciales y su madurez.