En un esfuerzo por mitigar el impacto ambiental del sector automotor, la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente (T&E) ha presentado una hoja de ruta detallada con el objetivo de disminuir en un 86% las emisiones de gases de efecto invernadero provenientes del parque automovilístico europeo para el año 2040, en comparación con los niveles registrados en 2015. Esta ambiciosa iniciativa surge en respuesta a la propuesta de la Comisión Europea, que busca reducir las emisiones totales en un 90% para el mismo año, pero tomando como referencia los niveles de 1990.
La eliminación progresiva de las ventas de vehículos de combustión interna para 2035 es crucial para cumplir los objetivos climáticos.
En el corazón de esta estrategia se encuentra la eliminación progresiva de las ventas de vehículos de combustión interna para el año 2035, una medida considerada crucial para que la Unión Europea logre cumplir con sus objetivos climáticos. Sin embargo, T&E enfatiza que este paso debe ir acompañado de otras acciones complementarias, como el reemplazo de los automóviles contaminantes y la contención del crecimiento del tráfico por carretera.
Según el análisis de T&E, las normas de emisiones de CO2 para automóviles, aprobadas en 2023, contribuirán a reducir las emisiones en un 57% para 2040 en comparación con 2015. Adicionalmente, si se detiene la construcción de nuevas carreteras y se promueve el uso del transporte público, se podría lograr un ahorro adicional del 14% en emisiones.
Otro 7% de reducción vendría del desguace de vehículos antiguos con motores de combustión interna, el fomento del transporte público y la matriculación de vehículos eléctricos. Asimismo, la electrificación más rápida de las flotas de vehículos de empresa podría representar un ahorro del 5% respecto a los niveles de 2015.
Se propone convertir motores de combustión en vehículos eléctricos de batería.
De manera innovadora, T&E propone el ‘retro-fitting’ (actualización) de motores de combustión interna para convertirlos en vehículos eléctricos de batería, lo que podría generar un ahorro adicional del 4% en emisiones.
El informe de T&E descarta el uso de combustibles alternativos, como la gasolina sintética, para reducir las emisiones de CO2 del parque automovilístico actual. Esto se debe a que este combustible es considerado como la opción más costosa, tiene el ciclo de vida de emisiones más alto de las medidas analizadas y emite contaminación atmosférica cuando se quema.
Por lo tanto, T&E enfatiza la importancia de centrarse en ofrecer «soluciones limpias para todos», en lugar de soluciones basadas en el automóvil de combustión interna, que hacen «inasequible la movilidad».
Carlos Rico, experto en políticas de transporte y medio ambiente en la oficina española de T&E, ha recalcado que la eliminación progresiva de los motores de combustión interna es la medida «más importante» para cumplir los objetivos climáticos. Sin embargo, también ha señalado que «ninguna medida será suficiente por sí sola».
«Para reducir las emisiones del parque automovilístico es necesario evitar el aumento del tráfico por carretera, desguazar los coches viejos de gasolina y diésel, electrificar los vehículos de empresa y favorecer un cambio modal hacia el transporte público y la movilidad activa», ha completado Rico.
