Lo que sí es una realidad es que el Covid-19 ha provocado el hundimiento del mercado de valores y del petróleo, pero el mercado de las criptomonedas no se ha visto afectado en igual medida y es que, a diferencia del dinero fiduciario, las criptomonedas no dependen de gobiernos, bancos, ni instituciones financieras, por lo que no reflejan las crisis o conflictos en la medida en que sí lo hacen el resto de los mercados. De hecho, Bitcoin refleja una clara tendencia alcista y se sitúa en el momento de redactar este artículo en alrededor de 9.200 dólares, habiendo rebasado el 1 de junio los 10.000 USD.
Por su parte Ethereum, la segunda criptomoneda más popular, lanzada en el año 2015, contará con una nueva versión, la 2.0 de Proof of Stake (Prueba de Participación), que perfeccionará el uso y velocidad de la red y no son pocos los que auguran que el precio del activo aumentará tras dicha actualización, ya que la oferta se verá disminuida al tiempo que se incrementará la demanda. De hecho, según parecen confirmar los últimos datos, un significativo número de inversores de Ethereum estarían acumulando tokens en sus carteras –wallets-, con el objetivo de acumular la cantidad suficiente que les permita participar en el staking de Ethereum 2.0, que, por el momento, requiere una cantidad mínima de 32 ETH.
¿Y qué hay de Ripple?
Pues bien, la plataforma -y a la vez su moneda XRP- fue creada para permitir realizar transacciones internacionales de manera rápida y económica y permite los pagos en cualquier divisa -incluso en bitcoins-. Es conocida como la “criptomoneda de los bancos”, ya que, a diferencia de criptomonedas como Bitcoin, Ripple se diseñó para que su infraestructura fuera utilizada por los bancos.
Cuenta con un importante plan de expansión y, desde el pasado diciembre a mayo de este año, se ha hecho con 50 nuevos clientes. Siendo ya utilizada por 350 instituciones -entre ellas Moneygram- es otra opción a tener en cuenta, pues parece confirmarse su expansión en el ámbito financiero.
Razones para invertir en criptomonedas
La crisis generada por la pandemia ha dejado en evidencia las debilidades de los mercados financieros siempre vulnerables a conflictos, noticias y… virus, que han sufrido estrepitosas caídas. Este es uno de los motivos por los que podría ser interesante tener en cuenta las criptomonedas a la hora realizar una inversión, ya que al estar descentralizadas no sufren tanto las consecuencias de las crisis como lo hacen los mercados tradicionales.
La tecnología Blockchain que las soporta es prácticamente invulnerable, ofrece transparencia y seguridad y es cada vez más utilizada por distintas instituciones como algunas universidades, para otorgar la titulación a sus estudiantes, especialmente en el contexto actual presidido por el coronavirus,
No obstante, la volatilidad que caracteriza a las criptomonedas es algo que frena a muchos de los interesados en invertir en ellas. Este inconveniente puede solventarse invirtiendo en las llamadas stablecoins, ya que ellas sí garantizan un valor estable a lo largo del tiempo, al estar respaldadas por un activo de reserva como puede ser el dólar, otras criptomonedas o metales preciosos.
La inversión en este tipo de criptomonedas es especialmente interesante para aquellos inversores residentes en países con economías inflacionarias, como modo de proteger sus capitales. Entre las más populares se encuentra Tether -vinculada al dólar estadounidense- y USDCoin, que se basa en la cadena de bloques de Ethereum, al igual que TrueUSD.
Conclusiones
Para aquellos que busquen conformar una cartera de criptomonedas a largo plazo después de estudiar las perspectivas en su evolución puede resultar interesante comprar directamente la criptomoneda a través de alguna Exchange de confianza, diversificando según va conociendo la gran variedad que existe.
Para otros inversores que deseen invertir en criptomonedas en el corto plazo -traders-, también existe la opción de hacerlo mediante CFDs, operando con los movimientos de sus cotizaciones y apostando según la previsión de la dirección de las mismas, donde se puede operar tanto al alza como a la baja, y donde nunca se llegará a comprar ni poseer las criptomonedas.
Sin embargo, no podemos subestimar los efectos del apalancamiento inherente a las operaciones de trading pues, aunque es capaz de generar mayores beneficios si las operaciones salen bien, ya que multiplica el valor de la operación del trader por el nivel de apalancamiento utilizado a través de deuda -donde el trader solo depositará una pequeña parte del total para abrir la operación-, se trata de un arma de doble filo por esto mismo, ya que las potenciales pérdidas también se multiplican por este mismo nivel, pudiendo llegar a superar rápidamente el depósito del trader. Por ello, es importante el uso de herramientas como los stop-loss, con el que podemos marcar un límite si la posición cae y la orden de venta evitará que la pérdida vaya a más, aunque para que funcione de manera exacta en toda ocasión deberá ser un stop loss garantizado -por el que habrá que pagar-. Y, por último, hay algunos brókeres que también ofrecen el llamado negative balance protection, para que el endeudamiento del trader no pueda ser posible en caso de obtener operaciones fallidas cuyas pérdidas sobrepasen el depósito en su cuenta de trading.
