En las elevadas cumbres andinas del Perú, una nube de controversia se cierne sobre los métodos de abastecimiento de la prestigiosa marca de lujo Loro Piana, propiedad del conglomerado LVMH. El foco está puesto en las intrincadas relaciones comerciales que mantiene la compañía con las comunidades indígenas dedicadas a la cría y esquila de la codiciada vicuña.
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Un informe de Bloomberg revela que los agricultores peruanos que suministran lana de vicuña a Loro Piana reciben salarios bajos.
Según un reciente informe de investigación publicado por Bloomberg, los agricultores de la región de Lucanas, encargados del preciado suministro de lana de vicuña, reciben una retribución asombrosamente baja por su arduo trabajo. A pesar de que las prendas confeccionadas con este material alcanzan precios estratosféricos en el mercado, estos trabajadores apenas perciben alrededor de 300 euros mensuales, una cifra que ha desatado acusaciones de «explotación» por parte de un miembro del Congreso de los Estados Unidos.
El congresista Robert García, conmocionado por las revelaciones, ha expresado su profunda preocupación ante lo que califica como una clara falta de equidad en la distribución de los beneficios.
«Esto parece ser claramente explotación y es una enorme multinacional propiedad de algunas de las personas más ricas del mundo,» declaró García a Bloomberg.
«Realmente me preocupa que no haya beneficios [para los agricultores] dados la gran labor que realizan aquí.»
Loro Piana afirma haber incrementado sus inversiones en infraestructura y educación en Perú.
En respuesta a las acusaciones, Loro Piana ha emitido un comunicado afirmando su compromiso con la inversión en infraestructura, educación y riego en las regiones peruanas donde opera. Sin embargo, las dudas persisten sobre la transparencia y la justicia de sus prácticas comerciales con las comunidades indígenas.
La investigación de Bloomberg ha puesto de manifiesto las complejas dinámicas que subyacen en las cadenas de suministro globales de las marcas de lujo. Mientras que estas empresas cosechan fortunas gracias a la exclusividad de sus productos, los trabajadores que hacen posible su existencia a menudo permanecen en la sombra, luchando por obtener una remuneración justa.
El congresista García ha tomado medidas enérgicas para esclarecer esta situación. El pasado viernes, envió una carta a Antoine Arnault, presidente de Loro Piana, y a Damien Bertrand, Director Ejecutivo, exigiendo que la empresa presente declaraciones por escrito al Congreso antes de finales de abril sobre la situación de su cadena de suministro en Perú.
Esta controversia no solo representa un desafío para la reputación de Loro Piana, sino también para la de su matriz, LVMH, liderada por Bernard Arnault, quien actualmente ostenta el título de la persona más rica del mundo según el Bloomberg’s Billionaires Index. La cuestión central radica en cómo estas empresas pueden reconciliar su búsqueda de exclusividad y opulencia con la necesidad de garantizar prácticas éticas y sostenibles en todas las etapas de su cadena de valor.
