La exploración de lugares con un alto valor turístico no siempre está bien publicitada y eso hace que los viajeros pierdan la oportunidad de recorrer espacios llenos de magia y encanto. Uno de estos casos lo representa Alcalá del Júcar, pero aquí daremos razones más que suficientes para incluirlo dentro de los planes a la hora de conocer Albacete.
La actividad más básica y provechosa a la que se le puede sacar beneficio es recorrer el pueblo caminando. Se trata de un recorrido que permitirá explorar muy de cerca su arquitectura y la vida que llevan los habitantes. Dentro del primer punto, quizás uno de los aspectos más llamativos es que existen muchas viviendas que se han establecido en la base de la montaña como cuevas modernas.
En la actualidad, existen algunos exploradores que han visto en Alcalá del Júcar un espacio de alto valor para recomendar a los turistas. De hecho, se pueden encontrar algunas referencias sobre esto realizadas por verdaderos enamorados del pueblo que se dedican a destacar todo lo hermoso que engloba este destino, por lo que si quieres saber más visita nuestro artículo.
Lugares más llamativos de Alcalá del Júcar
Si el interés se ha despertado en torno a lo mencionado más arriba, seguro que se volverá más grande con la cantidad de opciones para ver que tiene este pueblo. Encontramos, por ejemplo, el Puente Romano que data de la época medieval y que, aunque ha sido restaurado por necesidad, conserva las características propias de los primeros tiempos.
También está la iglesia de San Andrés que es una construcción muy antigua, terminada en el siglo XVIII y que tiene como principal atractivo el hecho de que su estructura representa a una cruz latina.
Otros espacios que también son muy llamativos son la plaza de toros, el castillo del pueblo y algunas cuevas que están disponibles para realizar recorridos, como la emblemática cueva del Diablo o las de Masagó y Garadén.
Por último, está la ruta del sendero del Corciolico, que es una de las actividades familiares más destacadas. Se trata de una caminata que se realiza por etapas pero que no representa mayores complicaciones para ninguno de los involucrados, más allá de que se traten de personas con movilidad reducida.
A través de este recorrido se ascenderá en una montaña y tendremos acceso al mirador del pueblo que permitirá vistas espectaculares. La naturaleza estará a la orden del día para saludarnos y nos permitirá conocerla, produciendo un impacto emocional de todo esto que se convertirá en un asunto bastante positivo.
Un pueblo con muchas historias
Dentro de todos los aspectos que confluyen en esta población, uno de los más llamativos tiene que ver con su historia y tradiciones. Este pueblo tuvo en algún momento un asentamiento árabe del cual todavía se reconocen algunos elementos en su funcionamiento y estructuras.
El Diablo, además, es una representación autóctona y se une con la cueva para ofrecer una visita muy interesante alrededor del museo. En realidad, la cueva funciona como una cafetería con estructura de museo donde será muy fácil observar representaciones de bodegas, corrales para animales, entre otros. Existe otra cueva, pero esta vez natural, que se conecta a ésta y que es muy interesante como alojamiento porque allí funciona una posada, que debe ser una visita obligada.
Alcalá del Júcar se convierte así en una de esas poblaciones que vale la pena conocer para tener recuerdos de valor en nuestra vida. Además, las imágenes que se pueden conseguir del entorno son dignas de la postal más hermosa que podamos observar.