Desde hace algunos años, cientos de empresas han estado introduciendo el teletrabajo o trabajo remoto como parte de sus esquemas operacionales.
Sin embargo, con la llegada de la pandemia, son más los casos en los que esta metodología de trabajo se ha instaurado de forma definitiva debido a sus múltiples beneficios para todas las partes involucradas.
Mientras tanto, en vista de la posible continuidad de esta forma de trabajo en el futuro, muchos empleados han optado por reubicarse a zonas de sus respectivos países que ofrezcan mejores condiciones en términos del costo de la renta, las alternativas de esparcimiento, y otros interesantes factores.
A continuación, ahondamos un poco más en este fenómeno y en el impacto que puede tener en las finanzas y desarrollo de algunas ciudades.
Trabajar desde donde estés
El trabajo remoto surgió como una alternativa viable para no detener las operaciones de las empresas durante los períodos de confinamiento. Gracias a la tecnología, cada día son más las opciones que tienen las empresas para mantener los niveles de productividad a través de herramientas como las videollamadas, el software de gestión de proyectos, y las plataformas de mensajería instantánea.
Estos cambios, que alguna vez fueron considerados transitorios, ya se están implantando en los ámbitos laborales de forma masiva, permitiéndole al empleado elegir el lugar desde donde desempeña sus funciones y, en ocasiones, los horarios de su jornada de trabajo.
A estos individuos se les ha llegado a conocer como “trabajadores nómadas” debido a que emplean la tecnología para poder desplazarse constantemente, llevando su trabajo a donde quiera que van.
Dicho esto, este fenómeno es más común en el sector privado ya que las instituciones públicas tienden a inclinarse menos por adoptar por completo esta modalidad debido a las dinámicas inherentes a sus funciones y servicios.
Las tres principales ventajas del teletrabajo para las empresas son: la optimización de los costos, la continuidad del negocio y, por último, la seguridad de cara a cuidar la salud de sus trabajadores en medio de una situación de riesgo como la que se está viviendo.
Las migraciones temporales causadas por el trabajo remoto
La adopción del teletrabajo como una medida para disminuir el impacto económico y social de la pandemia y el confinamiento trajo como consecuencia que algunos colaboradores o empleados que se movilizaban con frecuencia se quedaran atrapados fuera de su país con los documentos migratorios vencidos o, en algunos casos, algunos decidieron por voluntad propia mudarse más cerca de sus familias o a zonas donde el costo de manutención es menor.
Algunas de las interrogantes que surgen ahora están relacionadas con el análisis legal en temas migratorios cuando se trata de trabajar fuera del lugar habitual de la empresa. Esto incluye el visado necesario para los países donde se plantea la reubicación, la cobertura de los seguros de salud o de viajes, la obligación de pagar impuestos en las diferentes jurisdicciones, y los gastos de reubicación, entre otros aspectos.
Países como Colombia, por ejemplo, han concebido la posibilidad de otorgar una visa para trabajadores remotos. Esto les daría facilidades a los nómadas digitales y emprendedores aun cuando no ha sido aún aprobado el instrumento.
Mientras tanto, en México, múltiples sectores se han visto motivados a migrar a su fuerza laboral al mundo virtual. Este proceso ha sido menos complejo para empresas como Codere México, cuyos servicios y plataformas funcionan a través de internet principalmente.
Por otro lado, por primera vez en muchos años, las grandes ciudades del mundo como Madrid, Nueva York, Tokio, y Londres, han reportado saldos negativos de migración.
Según la Organización Internacional del Trabajo, en la Unión Europea el porcentaje de teletrabajo variaba de un 10% al 30% antes de la pandemia, y un 20% en el caso de Estados Unidos. Durante el año pasado, estos porcentajes llegaron cerca de un 70% debido al confinamiento.
Sin embargo, los especialistas que han cuestionado este proceso migratorio lo describen como “temporal” en la mayoría de los casos.
Es decir, no se estaría hablando de un éxodo masivo y permanente de las grandes ciudades. Así lo ha planteado el alcalde de Nueva York, Bill De Blasio, quien confía en que, una vez la crisis de salud sea cosa del pasado, la ciudad volverá a ser de nuevo uno de los lugares más demandados debido a su atractivo cosmopolita.
La razón de esta migración temporal es que las personas prefieren trasladarse a comunidades y pueblos más pequeños o regresar con sus familias para disminuir los costos de servicios, alquileres, y transporte, valiéndose de la idea de que no perderán su trabajo porque pueden desarrollarlo perfectamente de forma remota gracias a las herramientas digitales.
En el caso del gobierno japonés, este aprovechó esta ventana migratoria para descentralizar y descongestionar su abarrotada capital mientras algunos migraban a otras ciudades del país durante la pandemia.
En España, Madrid es la segunda ciudad más costosa para vivir. Las diversas restricciones migratorias para salir del país obligaron a la ciudadanía a desplazarse dentro de las comunidades y algunos ven esto como una posibilidad de ahorrar dinero mientras pueden seguir manteniendo su trabajo de forma remota.
Para cerrar
La pandemia del COVID-19 ha acelerado lo que ya se venía planteando como un cambio necesario para el mercado laboral, introduciendo al trabajo remoto como una posibilidad real para millones de trabajadores a lo largo del mundo.
Expertos coinciden que esta tendencia ha llegado para quedarse y, aun cuando tiene algunas desventajas, muchos celebrar que el mundo esté dando este importante giro finalmente hacia metodologías innovadores como esta.
