En un escenario financiero cada vez más precario, los hogares españoles se ven obligados a destinar una parte desproporcionada de sus ingresos al pago de la vivienda, según revela un estudio reciente. La investigación, realizada por Advantere School of Management para el banco online N26, arroja datos alarmantes.
Más de la mitad de los españoles encuestados, un 51%, dedica entre el 40% y el 60% de sus ingresos mensuales al pago del alquiler o la hipoteca de su hogar.
Esta carga financiera se ha visto agravada en el último año, con un 26% de los participantes destinando más de un 10% adicional a este gasto en comparación con el año anterior, y un 41% pagando entre un 6% y un 9% más.
Las disparidades regionales son notables. Cataluña y la Comunidad de Madrid, regiones con un alto costo de vida, encabezan la lista de las comunidades donde la vivienda resulta más onerosa.
Del total de encuestados que dedican entre un 40% y un 60% de sus ingresos al pago de su vivienda, más de la mitad residen en Cataluña (15%) o en Madrid (12%).
La situación se vuelve aún más apremiante cuando se considera que más del 40% de los españoles se quedan sin dinero a final de mes para cubrir gastos básicos como alimentos, electricidad, agua o teléfono móvil. Esta realidad se repite casi todos los meses, según los datos recopilados.
Un preocupante 85% de los encuestados afirma enfrentar “dificultad” o “mucha dificultad” para cumplir con sus facturas y compromisos de crédito. Tan solo un 2% indica no tener problemas para cubrir estos gastos.
Esta precariedad financiera se atribuye, en gran medida, a la falta de ingresos recurrentes y estables.
Un 36% de los españoles encuestados considera que sus ingresos no provienen de una fuente confiable.
El 56% de los trabajadores asalariados a tiempo completo se encuentran entre aquellos que se quedan sin dinero a final de mes para cubrir gastos básicos.
En el ámbito territorial, un 15% de los catalanes y un 9% de los madrileños califican el pago de facturas y compromisos de crédito como «un reto», mientras que un 10% de ambos grupos lo afronta con «mucha dificultad».
En contraste, solo un 4% de los encuestados de la Comunidad Valenciana enfrentan estos gastos con «elevada dificultad».
La situación se agrava aún más cuando se considera el impacto de la inflación y el aumento generalizado de los precios en los últimos años.
Los costos de la vida, incluyendo alimentos, energía y servicios básicos, han experimentado un incremento significativo, erosionando aún más el poder adquisitivo de los hogares españoles.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la tasa de inflación en España alcanzó un máximo de 10,8% en julio de 2022, la más alta en casi cuatro décadas.
Aunque ha mostrado una tendencia a la baja en los últimos meses, la inflación sigue ejerciendo una presión considerable sobre los presupuestos familiares.
Expertos en economía y política social han expresado su preocupación por esta situación, advirtiendo que podría conducir a un aumento en los niveles de pobreza y exclusión social si no se toman medidas adecuadas.
Algunas de las propuestas incluyen el fomento de la construcción de viviendas asequibles, la regulación de los precios del alquiler y la implementación de políticas que promuevan la estabilidad laboral y la mejora de los ingresos.
