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Las consecuencias de infravalorar el descanso

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Despertar agotado y con dolor de espalda, aún después de dormir ocho horas, puede deberse a una cama o colchón en mal estado. 

Los dolores musculares, el cansancio y la irritabilidad son solo algunas de las consecuencias de un descanso inadecuado. Lo más común es el dolor de espalda, tanto en jóvenes como en adultos. Según la Sociedad Española de Reumatología, 8 de cada 10 personas sufren esta dolencia en el país. 

Cuando aparece este síntoma, es frecuente que se recomienden ejercicios musculares o la compra de artículos ergonómicos para el hogar o la oficina, sin embargo, antes de adquirir un nuevo colchón de última generación es necesario revisar todos los factores que pueden estar involucrados.  

La cama adecuada 

Consultamos a los especialistas de Maxcolchon –expertos en bases tapizadas– sobre cuáles son las estructuras de camas disponibles y su impacto en la calidad del sueño. Cuando lo que se busca es un descanso firme, lo mejor es optar por un soporte de colchón con base tapizada.  

Una noche de sueño incómodo puede relacionarse al uso de un colchón inadecuado. Incluso es posible tener un buen colchón pero que este se encuentre sobre una base que no se adapte a las necesidades.  

Por eso los expertos recomiendan tener en cuenta la calidad de todos los elementos que forman el lugar de descanso, bien sea el cochón, las almohadas, la base o soporte e incluso la ropa de cama. 

Sueño de calidad 

La mala calidad del sueño afecta directamente a la salud. La ausencia del descanso se relaciona con dolores musculares crónicos, obesidad, enfermedades cardiovasculares, ansiedad y depresión.  

Además, el hecho de dormir menos de las ocho horas recomendadas ocasiona que el cerebro funcione de manera más lenta, provocando un bajo rendimiento en actividades como el estudio o el trabajo.  

No darle a este problema la importancia que merece, trae consigo consecuencias graves en la salud, las funciones del organismo, la memoria, el estado físico e incluso puede reducir la esperanza de vida.  

Para mejorar esta situación, es importante contar con una cama cómoda y una rutina de sueño. Se recomienda evitar el exceso de ejercicio por las noches, las bebidas energéticas o con mucha cafeína y apagar todas las luces para asegurar un óptimo descanso. 

Prevenir antes de lamentar 

Cuando se detecta un dolor de espalda, lumbago crónico o un problema de insomnio que afecta a las actividades diarias, es vital revisar todos los aspectos que pueden facilitar una recuperación.  

Sin embargo, la mejor manera de actuar siempre será desde la prevención temprana. Es importante crear una higiene de sueño adecuada a las necesidades, preparar un espacio propicio para el descanso (una cama y almohadas cómodas, luces apagadas, el menor ruido posible…) y mantener un ritmo de vida que considere siempre los momentos de pausa.  

Pero el descanso no solo se le atribuye al sueño. Cuando se trabaja en una oficina, todo el día frente al ordenador o al móvil con una muy mala postura, el cuerpo también se tensa y empieza a doler. Puede que no consideremos que estamos cansados, pero sin darnos cuenta estamos exponiéndonos a malas posiciones corporales, movimientos bruscos y pesos excesivos, entre otros.  

Todos estos elementos le pasan factura al cuerpo y hacen más difícil que los músculos se relajen al final del día. A la larga, esto puede ocasionar problemas musculares permanentes. En cambio, prevenir esta situación –propiciando un buen descanso para el cuerpo y la mente– puede mejorar notablemente la calidad de vida. 

Julia Cotino es diplomada en Literatura Hispánica y Máster en Literatura Creativa por la Universidad Autónoma de Barcelona. Redactora en diversos medios online y blogs especializados. Twitter | Facebook

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