En un ambicioso plan propuesto por las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina de Estados Unidos, se busca cartografiar y desentrañar el intrincado mundo del ARN, la molécula que transfiere la información genética del ADN y desempeña funciones cruciales en el funcionamiento celular.
Conocido como el proyecto «RNome», este esfuerzo de quince años pretende catalogar las miles de secuencias de ARN y sus modificaciones, con el objetivo de estimular el desarrollo de nuevos tratamientos, vacunas e innovaciones en diversos campos.
El RNome es mucho más complejo que un genoma, ya que las modificaciones frecuentes del ARN implican que no habrá una secuencia de referencia fija.
El informe destaca la relevancia del ARN, cuya desregulación está vinculada a numerosas enfermedades, como el síndrome de Prader-Willi, distrofias musculares, cánceres y la cooptación por parte de virus como el VIH. Comprender a fondo la biología del ARN podría alterar significativamente nuestras vidas y beneficiar a la humanidad, según afirman los expertos.
Lejos de ser un simple mensajero, el ARN cumple diversas funciones en las células, desde entregar aminoácidos específicos a los ribosomas hasta silenciar genes o afectar su actividad. Su comportamiento depende no solo de su secuencia, sino también de las modificaciones químicas que sufre antes de abandonar el núcleo celular.
El informe propone una serie de objetivos, como documentar todas las modificaciones del ARN en líneas celulares humanas bien caracterizadas.
El informe propone una serie de objetivos a cinco años, como documentar todas las modificaciones del ARN en líneas celulares humanas bien caracterizadas, y a quince años, mapearlas en diferentes condiciones en organismos modelo y enfermedades humanas. Además, sugiere el establecimiento de «centros centrales de ARN» y la creación de una base de datos centralizada con reglas estandarizadas para describir las moléculas de ARN.
Aunque el proyecto RNome supondría un costo de miles de millones de dólares, los expertos destacan su potencial para revolucionar la medicina, la agricultura y otros campos. Sin embargo, la financiación aún es incierta, ya que las agencias federales estadounidenses enfrentan limitaciones presupuestarias.
