No fue hasta el siglo XX cuando los médicos pudieron demostrar los efectos perjudiciales del tabaco en la salud, con las subsecuentes campañas de concienciación dirigidas a los consumidores y las leyes antitabaco en varios países del mundo.
Pero, previo a esto, incluso muchos médicos recomendaban el acto de fumar a los pacientes asmáticos, como parte del tratamiento para esta afección.
Historia sobre el tabaco y su publicidad
El tabaquismo en general no fue considerado como un hábito nocivo para la salud hasta finales del siglo XVIII, justo cuando se produce de forma masiva por grandes tabacaleras.
Pero aún después de esto, se publicitaba abiertamente su consumo en los medios de comunicación tradicionales.
Hasta las décadas de los 40 y 50 del siglo pasado, la publicidad del tabaco se dirigía a un público muy amplio, sin distinción de raza, sexo, posición social, ni edad.
Esta publicidad indicaba el acto de fumar cigarrillos como parte del tratamiento para el cuidado dental, para mantener el peso ideal y, sí, hasta para curar el asma.
El cigarro como tratamiento para el asma
Con la apertura del consumo de cigarrillos gracias a la publicidad, algunas empresas comienzan a producir cigarrillos especialmente indicados como método de tratamiento y alivio para el asma.
Estos cigarrillos tenían en las farmacias de antaño su punto de venta y de distribución legal. Entre las marcas de cigarrillos para el asma, destaca la del Dr. Andreu.
Los cigarrillos balsámicos antiasmáticos del Dr. Andreu tenían como indicación que debían fumarse aspirando fuertemente el humo, pero despacio, de forma que llegase a todo el sistema respiratorio.
De hecho, recomendaban fumar de uno a dos cigarrillos de forma inmediata, para aliviar los síntomas del asma.
Sin duda alguna, la perspectiva que se tiene hacia los cigarros en general es bastante contradictoria, mientras que, por un lado, se crean leyes antitabaco, por el otro es posible comprar cigarrillos medicinales para tratar el asma.