Cuando se habla de “verse bien”, de forma obvia se hace referencia a cuestiones estéticas. Por el contrario, “sentirse bien” suele asociarse muchas veces a estar bien físicamente, en óptimas condiciones. En realidad, ambos conceptos conviven constantemente y verse bien es una forma, también, de sentirse bien y a gusto consigo mismo. Por esa razón, algunas recomendaciones son importantes.
La importancia de sentirse bien
Sentirse bien, tanto por dentro como por fuera, es algo que influye directamente en la calidad de vida y en la autoestima de cada individuo. En una sociedad marcada a fuego por estándares de belleza y de salud, las personas cada día se preocupan más por verse bien estéticamente, pero por supuesto, también por sentirse a gusto consigo mismo -cuestión de aceptación más que todo- sin dejar de lado el aspecto físico, que irreversiblemente influye en la salud a largo plazo.
Sentirse bien es una cuestión elemental para la felicidad, la productividad personal, el crecimiento y la salud mental, por lo que todo esfuerzo que implique una mejoría en ese sentido siempre debe ser considerado como adecuado. La medicina estética, los tratamientos para corregir patologías que impiden tener una vida plena, y hasta hábitos cotidianos saludables, pueden ser un punto de inflexión para que cualquier persona -indiferentemente de si es hombre o mujer- comience a sentirse totalmente a gusto, y con ello, feliz.
Principales recomendaciones
Confiar en profesionales del sector estético
En Bilbao, una de las clínicas médico-estéticas más conocidas es Dermitek, reconocida por su vanguardia en el tratamiento láser y en ofrecer soluciones fiables y eficaces en campos como las varices, el trasplante de cabello, la cirugía estética, los tratamientos de rejuvenecimiento facial o la depilación láser. Son, sin duda, un buen ejemplo de profesionales estéticos de primer nivel y dilatada experiencia, precisamente lo necesario en este punto.
Y es que la belleza exterior es uno de los conceptos que más influencia tiene en la sensación de aceptación, de felicidad y en estar tranquilo consigo mismo. Muchas veces, las personas no se sienten a gusto por problemas derivados de situaciones genéticas, cicatrices por algún accidente, o directamente porque no les gusta cómo se ve alguna parte de su cuerpo. Los tratamientos estéticos, hoy más seguros, rápidos y confiables, pueden ser un cambio drástico y positivo de cara a la calidad de vida de las personas.
Cuidar las cuestiones básicas que benefician la salud diaria
En muchas ocasiones la calidad de vida, la salud y la belleza están condicionadas por factores muy elementales, por hábitos positivos o negativos muy básicos que tienen una gran influencia en cómo se ve o se siente una persona. Por eso, una recomendación bastante oportuna es hacer una revisión sobre el día a día y reconocer los hábitos que tienen gran peso en la salud y la estética de cada uno.
Los profesionales de la salud indican que el descanso, la alimentación, la movilidad física y la inversión adecuada del tiempo de ocio son fundamentales para garantizar una correcta autoestima y una envidiable salud. Sin embargo, los malos hábitos como la exposición al sol sin protección, algunos vicios como fumar o beber alcohol, otros descuidos como hidratarse incorrectamente o tener una dieta elevada en grasas, puede no solo repercutir en la salud física, sino en la salud estética, por lo que todo guarda relación con el concepto de sentirse bien; y en general, cada pequeño aporte positivo cuenta para lograr un resultado final aceptable.
Tomar la salud como una prioridad
Son incontables los casos en que muchas personas se sienten mal o se ven de mala manera ante el espejo, pero menosprecian la existencia de algo más grave. En ese sentido, incluso visitar un centro estético de primer nivel como Dermitek puede ser una decisión acertada que lleve a un primer acercamiento sobre las causas que originan ese malestar.
En definitiva, tomar la salud como prioridad, no dejar pasar ningún síntoma o menospreciar sus efectos, es una de las mejores maneras de no solo sentirse y verse bien, sino de garantizar que incluso cuando exista un problema de salud mayor, se estará anticipando a sus posibles riesgos.