La escalada de precios en los combustibles, específicamente en la gasolina y el diésel, ha sido una preocupación constante para los consumidores y la economía en general.
En esta ocasión, el precio medio del litro de gasolina ha alcanzado un nuevo máximo anual, situándose en 1,645 euros, lo que representa un aumento del 0,61% con respecto a la semana anterior. Por su parte, el diésel ha seguido la misma tendencia, con un precio medio de 1,541 euros por litro, tras encarecerse un 0,064% durante la última semana.
Los incrementos marcan la undécima semana consecutiva de alzas en los precios de los combustibles, lo que ha generado preocupación entre los consumidores y ha generado debates sobre su impacto en la economía doméstica y la inflación.
Este aumento continuado en los precios de la gasolina y el diésel ha marcado un cambio significativo después de un período prolongado de descensos.
Desde finales de septiembre del año anterior, ambos combustibles experimentaron una disminución en sus precios, lo que llevó a un abaratamiento del 15% en el caso de la gasolina y más del 13% para el diésel.
Sin embargo, a principios de 2024, esta tendencia se revirtió, y los precios comenzaron a subir de manera constante, generando preocupaciones entre los consumidores y los analistas económicos. Los efectos de estos aumentos en los precios se hacen sentir en el bolsillo de los consumidores, especialmente cuando se trata de llenar el tanque de sus vehículos.
Llenar un depósito medio de 55 litros de gasolina ahora cuesta alrededor de 90,2 euros, lo que representa un aumento de aproximadamente 50 céntimos en comparación con el mismo período del año anterior.
En el caso del diésel, llenar un depósito de tamaño similar implica un desembolso de alrededor de 84,75 euros, lo que supone un incremento de unos 60 céntimos en comparación con el año anterior. Estos costos adicionales pueden afectar significativamente el presupuesto de los hogares y reducir el poder adquisitivo de los consumidores.
El contexto internacional también influye en la fluctuación de los precios de los combustibles. La invasión rusa de Ucrania, que comenzó el 24 de febrero de 2022, ha generado inestabilidad en los mercados energéticos globales y ha contribuido a un aumento en el precio del petróleo, lo que a su vez ha impactado en los precios de la gasolina y el diésel.
Llenar el tanque de un vehículo ahora es más costoso, lo que afecta el presupuesto de los hogares.
Aunque los precios actuales siguen siendo inferiores a los máximos alcanzados durante el verano de 2022, cuando la gasolina superó los 2,1 euros por litro, el continuo aumento genera preocupaciones sobre el impacto económico a largo plazo.
Además de la situación geopolítica, otros factores influyen en los precios de los combustibles, como la cotización específica de los productos, la evolución del crudo, los impuestos y los costos logísticos.
No obstante, es importante tener en cuenta que los precios de los carburantes no reflejan de inmediato los cambios en la cotización del petróleo, sino que hay un desfase temporal que puede variar según las condiciones del mercado y otros factores económicos.
A pesar de estos aumentos, el precio de la gasolina y el diésel en España sigue siendo relativamente bajo en comparación con la media europea.
El precio medio de la gasolina sin plomo de 95 octanos se mantiene por debajo de la media de la Unión Europea, al igual que el diésel. Esto proporciona cierto alivio a los consumidores españoles, aunque el aumento constante en los precios plantea desafíos económicos a nivel nacional e internacional.