Todo joven o adolescente cree que la gente tiene la vida resuelta después de la universidad, pero la verdad es que hay muchas cosas que no se enseñan en las aulas pero que son vitales para sobrevivir en el mundo adulto. Spoiler: se necesitan cursos de Excel, saber administrarte y aprender sobre uno mismo.
Todo aquello que los profesores de escuela se esfuerzan cariñosamente en enseñar parece pasar a un segundo plano cuando los alumnos llegan a la edad madura y se encuentran con problemas que no entienden ni saben cómo resolver.
1. Menos matemáticas y más programación
Las tablas de multiplicar, las ecuaciones y divisiones pueden causar grandes dolores de cabeza a los chicos de primaria, y cuando no es el caso y se atraviesa con éxito esta etapa, es muy probable que se llegue a los primeros trabajos para conocer a un nuevo terror eminente: los programas de Office, las herramientas de Google y otro conjunto de tecnologías.
Solo en 2015 una de cada siete personas utilizaba alguna herramienta de Office. Actualmente ese número es casi incalculable gracias al auge de este tipo de programas. Pero no siempre se le saca provecho a todas las funciones que se ofrecen, debido a que los usuarios no entienden o conocen suficiente del tema.
A través del paso por las aulas de clase, bien sea en el colegio o universidad, es bastante común toparse con la necesidad de crear un ensayo en Word o una presentación en Powerpoint para alguna tarea. Pero no es hasta que se pierden dos días enteros intentando montar una tabla dinámica en Excel cuando los alumnos lamentan no haber practicado más con estas herramientas antes de incluirlas en su currículum vitae.
2. Finanzas personales y familiares
Se celebra mucho que los estudiantes aprueben con la máxima nota posible todas sus materias y se abran paso a un gran futuro fuera del mundo académico. Pero luego llega ese primer cheque, y el recién cobrado no tiene ni la más remota idea de cómo se puede convertir ese dinero en una inversión o un proyecto a futuro.
Porque aunque parezca fácil, nadie te enseña todo lo que debes (y no debes) hacer con las finanzas personales, la administración de las cuentas familiares, el uso de tarjetas de crédito, enfrentarse al pago de impuestos, lo que implica solicitar créditos, entre otros.
A los niños se les enseña a trabajar “para conseguir dinero”, pero no se les dice que ese dinero viene con una larga lista de letras pequeñas que nadie lee.
Al abrir cualquier red social o entablar una conversación con viejos amigos, hay una cosa que está muy clara: nadie parece saber muy bien lo que está haciendo.
Entre la presión social y la falta de una guía clara a la que recurrir, los adultos intentan llevar su día a día siguiendo patrones que a veces funcionan, y otras veces causan grandes conflictos.
Lo cierto es que la vida de los mayores necesita una buena combinación de convivencia, solidaridad, inteligencia emocional, autoconocimiento, pensamiento crítico y mucho (pero mucho) ensayo y error.
