En un mundo donde la sostenibilidad y la innovación van de la mano, el panorama gastronómico está experimentando una transformación importante. Las impresoras 3D para alimentos están emergiendo como protagonistas en la escena, y varias empresas están liderando la carrera por llevar el concepto de «carne sintética» a un nivel industrial.
Una empresa ha desarrollado una impresora capaz de producir 2 kg de carne sintética por minuto.
Un equipo multidisciplinario de matemáticos, físicos e ingenieros ha logrado desarrollar una impresora 3D capaz de producir dos kilogramos de carne artificial por minuto, convirtiéndose en la más potente del mundo. Este hito tecnológico representa un avance significativo en la búsqueda de alternativas sostenibles a la carne tradicional, un sector que ha enfrentado críticas debido a su impacto ambiental y ético.
La compañía pionera en este campo ya comercializa, junto con otra empresa, productos vegetales similares al bacon, demostrando que la revolución culinaria está en marcha. Además, en 2018, un bioingeniero llamado Guisepe logró crear el primer bistec vegetal, un hito que sentó las bases para el desarrollo de esta industria emergente.
La fábrica de un bioingeniero produce 1 tonelada de carne vegetal al día para exportación.
En la actualidad, la fábrica de Guisepe tiene una capacidad de producción de una tonelada de carne vegetal al día, exportando su innovadora oferta a países como Inglaterra y Holanda. Este éxito demuestra el creciente interés y aceptación de los consumidores por productos alimenticios más respetuosos con el medio ambiente y los animales.
Mientras que algunos ven en esta tecnología el futuro y el sustituto de la carne tradicional, otros expresan escepticismo. Sin embargo, el avance imparable de la ciencia y la tecnología sugiere que la carne artificial podría convertirse en una alternativa viable y accesible en un futuro cercano.
«Esta revolución en la producción de alimentos podría marcar un punto de inflexión en la forma en que nos alimentamos como sociedad»,
Declaró el experto en alimentación sostenible, Dr. Samantha Wilson.
«No solo tiene el potencial de reducir nuestra huella ambiental, sino también de abordar problemas éticos y de salud asociados con el consumo de carne convencional.»
