El cuarto de baño es un lugar que, por la humedad y los materiales de su interior, puede ser resbaladizo y peligroso. Es importante tener en cuenta la seguridad de las personas mayores o aquellas con movilidad reducida, que deben sentirse cómodos en su propio baño de una manera fácil y barata.
La mejor solución en estos casos son los asideros de baño, que aportan seguridad al ser un punto de agarre muy estable. Además, podemos acompañarlos de otros elementos como tarimas antideslizantes, alfombras o diferentes tipos de sillas para mejorar la estabilidad de las personas.
Características y ventajas de los asideros
Los asideros de baño son unas piezas que se instalan en las zonas de la bañera o el inodoro, que sirven como asa sobre la que apoyarse y ganar estabilidad. Se coloca en estos lugares para ayudar al equilibrio de las personas al sentarse o acceder a la zona de ducha, permitiéndole mayor libertad de movimientos para realizarlos con una menor dificultad.
Según las necesidades de cada usuario, existen diferentes modelos y medidas disponibles en el mercado, que también pueden adaptarse al espacio disponible en el baño, incluso incorporando barras de apoyo abatibles. En cuanto a su diseño, lo habitual es que se trate de elementos asépticos y con los tonos habituales de estas habitaciones, aunque en los últimos años se han popularizado otros modelos más decorativos.
De la misma manera, se utilizan diversos materiales a la hora de fabricar estas asas, aunque los más comunes son aluminio, acero inoxidable y plástico. Estos tres son altamente resistentes a la humedad y a la tracción, además de presentar una mayor durabilidad frente a distintos productos de limpieza de mayor o menor fuerza.
También hemos visto algunos modelos que cuentan con un punto específico para sujetarse, recubierta con una superficie antideslizante o de goma. Esto proporciona mejor agarre en los movimientos y una mayor seguridad al usuario.
A la hora de fijar estos asideros de baño a la pared, existen dos tipos de sujeción posibles. Por un lado, los asideros que se fijan a la pared lo hacen a través de tornillos. Son, obviamente, los más robustos y lo que permiten la carga de mayor peso.
Por otro lado, existen modelos que se adhieren a la pared a través de ventosas, algo que las hace tremendamente sencillas de instalar y colocar. Soportan hasta 100 kg de peso, y resultará muy cómodo de sustituir si queremos un nuevo modelo o cambiarlo de sitio.
Como ya has visto, estas asideras ayudan al soporte y la seguridad en los momentos en los que alguien tiene que usar el baño, mejorando el equilibrio al estar de pie o al movernos. Por supuesto, es un elemento clave para evitar las caídas y resbalones, además de permitir incorporar a aquellas personas que lo tengan más difícil.
Verán una mejora en su autonomía que también les ayudará mentalmente, más allá de que se trate de una solución económica y de fácil instalación. Esto no está reñido con una fuerte sujeción a la pared, ya sea a través de tornillos o potentes ventosas.