Los integrantes de Supersubmarina se reunieron en el Teatro Pavón de Madrid, ante familiares y cien seguidores leales para presentar “Algo que sirva como luz”, una crónica vital escrita por el periodista Fernando Navarro.
En un emotivo reencuentro, el público les recibió con una ovación de casi dos minutos, un gesto de cariño que conmovió a los músicos y los llevó a contener la respiración.
El accidente de 2014 puso en pausa sus carreras, pero su resiliencia los lleva a planear un regreso.
En las páginas de un libro conmovedor, los miembros de la aclamada banda Supersubmarina comparten su extraordinaria travesía de recuperación después de un trágico accidente automovilístico que sacudió sus vidas y puso en pausa sus carreras musicales.
El 16 de agosto de 2014, un fatídico incidente en la carretera cambió el rumbo de estos cuatro amigos de Baeza, Jaén, quienes habían alcanzado un éxito rotundo en la escena musical española.
“No quiero lágrimas. Un concierto es más fácil que esto. Creo que es algo que nos merecíamos, recibir todo el cariño del público y celebrar esto”, dijo Juan Carlos Gómez el baterista del grupo.
La presentación también incluyó el lanzamiento de «La maqueta» (Sony Music), un álbum que revelará las primeras canciones que grabaron de manera artesanal.
En su afán por capturar la realidad, Navarro entrevistó a los cuatro miembros de la banda y a sesenta personas cercanas, incluyendo padres, novias, amigos, trabajadores de su discográfica e incluso los médicos que los atendieron después del accidente.
Jaime, el guitarrista, expresó su gratitud hacia Navarro, afirmando que fue el culpable de que la agrupación se volvieran a unir y que los ayudó a reconciliarse con su vida y con Supersubmarina.
El libro captura la realidad a través de entrevistas con la banda, familiares y personal médico.
El camino hacia la recuperación ha sido arduo, con Jaime enfrentando casi cuarenta operaciones en su pierna y una depresión, mientras que José, el cantante conocido como Chino, continúa luchando por recuperar la movilidad de su mano derecha y su capacidad para hablar y recordar.
Además de las secuelas físicas, el accidente dejó profundas cicatrices emocionales. Pope, quien conducía la furgoneta el día del incidente, ha cargado con un sentimiento de culpa persistente. Explicó que su principal secuela fue sentirse culpable por ser el conductor.
La recuperación no solo ha sido un desafío individual, sino también un proceso colectivo. Los miembros de la banda han tenido que reconstruir su amistad y confianza mutua, un viaje que el libro de Navarro ha facilitado.
“Fernando nos ayudó a reconciliarnos, a recuperar el contacto, porque lo habíamos perdido”, expresó Jaime, reconociendo el papel fundamental del periodista en su reunificación.
Más allá de las cicatrices físicas y emocionales, la presentación del libro en Madrid fue un recordatorio del poder curativo de la música y el apoyo de los fanáticos. Después de una hora reunidos en el escenario, estos cuatro jóvenes de Baeza volvieron a comprobar el apoyo inquebrantable de sus seguidores, quienes los recibieron con una ovación interminable.
La historia de Supersubmarina es un testimonio de la fuerza humana y la capacidad de superar los desafíos más abrumadores. Como concluyó Navarro, su relato es una de esperanza, sin cinismo, un viaje vital lleno de verdad que trasciende a los amantes de la banda y cautiva a cualquier lector que busque una inspiradora historia de superación.
