La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha presentado una actualización de las proyecciones económicas para América Latina en el año 2024, revelando un panorama diverso y complejo en la región.
Estas proyecciones ofrecen una visión detallada del crecimiento económico, los desafíos y las oportunidades que enfrentan los diferentes países latinoamericanos en un contexto global.
Costa Rica destaca como líder regional en términos de crecimiento económico, con una proyección del 3,6% en su Producto Interno Bruto (PIB) para el año 2024.
Esta cifra refleja un desempeño sólido y continuo de la economía costarricense, impulsada por sectores como el turismo, la tecnología y la agricultura.
Sin embargo, a pesar de este éxito relativo, otros países de la región enfrentan perspectivas menos favorables.
Por otro lado, países como Perú y Chile muestran proyecciones de crecimiento del 2,3%, lo que los sitúa en una posición intermedia en comparación con el resto de la región.
Estas economías continúan enfrentando desafíos estructurales, como la desigualdad social y la falta de diversificación económica, pero también cuentan con sectores clave que impulsan su crecimiento, como la minería y la industria manufacturera.
México y Brasil, dos de las economías más grandes de América Latina, presentan proyecciones más modestas, con tasas de crecimiento del 2,2% y 1,9%, respectivamente.
Estos países enfrentan una serie de retos, incluida la inestabilidad política, la corrupción y la falta de inversión en infraestructura. No obstante, también cuentan con sectores dinámicos, como la industria automotriz y el sector de servicios, que pueden impulsar su crecimiento en el futuro.
En el otro extremo del espectro, países como Colombia y Argentina muestran un desempeño económico más débil, con proyecciones de crecimiento del 1,2% y -3,3%, respectivamente.
Estas economías enfrentan una serie de desafíos estructurales, como la inestabilidad política, la alta inflación y la falta de inversión en infraestructura. A pesar de esto, también cuentan con sectores clave, como la agricultura y la energía, que pueden impulsar su crecimiento en el futuro.
Según Mathias Cormann, Secretario General de la OCDE, la economía del mundo ha demostrado ser resiliente, la inflación ha bajado y los riesgos para las perspectivas se están volviendo más balanceados.
Sin embargo, advierte que el crecimiento global se mantendrá por debajo de su promedio a largo plazo. Esto representa un desafío para países de América Latina que dependen en gran medida de la demanda externa y la inversión extranjera.
En cuanto a las perspectivas futuras, la OCDE señala que existen varios riesgos para la economía latinoamericana, incluidas las tensiones geopolíticas globales y la volatilidad en los mercados financieros.
Además, los desastres climáticos podrían afectar la actividad económica en la región, especialmente en países que dependen en gran medida de la agricultura y la producción de materias primas.
Para abordar estos problemas, la OCDE recomienda a los países latinoamericanos invertir más en infraestructura y transición energética, así como abordar los problemas estructurales que limitan su crecimiento económico.
Además, destaca la importancia de promover políticas que fomenten la inversión privada y la innovación.
Así como también mejorar la calidad de la educación y la formación profesional para garantizar la competitividad a largo plazo de la región.