España vivió uno de los confinamientos más duros en toda Europa. Casi tres meses sin poder salir de casa salvo para actividades esenciales que se tradujo en un interés desorbitado por aficiones que parecían un poco olvidadas, y una de ellas es la jardinería.
Además, este fenómeno no solo ha ocurrido tan solo en España, sino en otros países, como por ejemplo en Rusia. Según desvela la agencia Reuters, organismos internacionales han confirmado que las ventas de semillas de frutas y verduras están aumentando, como una vía para disminuir las preocupaciones sobre la seguridad alimentaria.
En el caso de Rusia, muchos ciudadanos han optado por aislarse en cabañas fuera de la ciudad con parcelas de tierra, un fenómeno que también se ha producido en España, donde se ha observado un interés exorbitado por las fincas rurales y las viviendas en espacios alejados de las zonas urbanas.
La jardinería como actividad familiar
Guy Barter, jefe de horticultura de la Real Sociedad de Horticultura de Gran Bretaña, mantiene que la jardinería puede ser una buena afición para agrupar a las familias. “Plantar algunas papas puede ser una gran revelación para un niño”. En Gran Bretaña, durante el confinamiento las consultas en internet sobre temas relacionados con este tema se quintuplicaron.
Obviamente, entender la jardinería o la horticultura como una actividad productiva o de sustento es inviable, pero sí puede dar lugar a una reducción en la demanda minorista de productos.
En muchas ciudades de España es cada vez más frecuente ver techos verdes y balcones con pequeños huertos verticales, así como estas mismas instalaciones en el interior de las viviendas, optando en esos casos por especies que requieran poco mantenimiento, como hierbas aromáticas.
Lo beneficios para la salud de la jardinería
Esta actividad aparece como una de las más demandadas por la población en todo el mundo como fórmula de pasatiempo. Además de su utilidad a la hora de ocupar el tiempo libre, la jardinería puede ser considerada una forma de terapia.
Así lo afirma la Asociación de Terapia Hortícola Canadiense, que define esta práctica como una vía de utilización de las plantas y el mundo natural para mejorar el bienestar social, espiritual, físico y emocional de las personas que participan en él.
Distintos estudios científicos universitarios: en California, en Arkansas, en Kansas o en Países Bajos inciden en la eficacia de la jardinería para paliar ciertas afecciones físicas y mentales. En este sentido, la horticultura alivia la tensión y el estrés, es positiva para la salud mental, ayuda a reducir los síntomas de la depresión, anima a practicar más ejercicio físico moderado, con todos los aspectos positivos que ello conlleva a nivel cardiovascular y, en definitiva, promueve el bienestar a todos los niveles.
Todos estos beneficios para la salud, conocidos desde hace años, son los que han impulsado a muchos municipios alrededor de España a iniciar la creación de huertos urbanos que cumplen un triple objetivo: ocupar a personas desempleadas o ya jubiladas, servir como espacios sumideros de CO2 y promover el autoconsumo de frutas y verduras.
Confianza y optimismo en el sector
La fiebre por las plantas en España, y en otros muchos países del mundo, genera cierto optimismo en el sector, que ha visto cómo las tiendas presenciales y aquellas que están presentes en internet, como ocurre en todobosqueyjardin.com, han aumentado su facturación y el interés por parte de los consumidores.
Santiago González, gerente de la Asociación Española de Centros de Jardinería (AECJ), indica que se ha notado una explosión muy importante del consumidor en cuanto pudieron abrir los centros de jardinería.
Los consumidores buscan decorar sus terrazas y balcones, pero también sus lugares de trabajo, porque muchos de ellos ahora teletrabajan. Datos como el del Garden Center Mercajardí, en Castelló d’Empuries (Girona) son esperanzadores para el sector, pues en la edición de 2020 ha conseguido una facturación un 20% superior a 2019.
Las plantas están cada vez más presentes en nuestras vidas. A pesar de que como especie hemos ido abandonando casi totalmente la vida rural, la jardinería y la horticultura nos proponen una vuelta a los orígenes. Los beneficios de su popularización son más que evidentes: ambientes más respirables, decoración, salud ambiental y a nivel personal, aprovechamiento del tiempo libre y un sinfín más de ventajas.