El panorama para la industria textil y del calzado se presenta desalentador en los primeros compases de 2024, según un análisis realizado por Solunion.
Las cifras proyectadas apuntan a una prolongación de las tendencias negativas registradas durante el año precedente, caracterizadas por una contracción en la actividad y una disminución en la demanda.
En el informe, se destaca que el sector textil y del calzado cerró el ejercicio 2023 inmerso en una espiral descendente.
La cifra de negocios de la Industria (ICN) no experimentó variaciones positivas desde el mes de enero, cuando se registró un modesto incremento del 0,5%.
A medida que avanzaba el año, la situación se agravaba, con el subsector de la confección reflejando una caída del 0,4% hacia finales de 2023, mientras que el segmento del cuero y el calzado registró un preocupante retroceso del 22,6% en diciembre.
Este declive en la actividad estuvo impulsado por una conjunción de factores adversos. Por un lado, se produjo una disminución en el valor de la producción dentro del sector textil y del calzado, debido a una evolución desfavorable de la demanda.
Simultáneamente, se observó una desaceleración en el ritmo de crecimiento de los precios, llegando incluso a situarse en tasas negativas al cierre del año.
La industria textil, en particular, enfrentó un panorama especialmente complicado, registrando una caída del 9,8% en su producción durante el mes de diciembre.
Este descenso agudizó aún más la tendencia negativa que el sector ha experimentado desde junio de 2022, cuando se registró la última variación interanual positiva.
En comparación con el conjunto de la industria española, el desempeño del sector textil ha sido notablemente inferior, con la excepción de la confección de prendas de vestir.
En cuanto a los concursos de acreedores, el informe revela que el sector textil se ha mantenido en un rango de entre 150 y 200 concursos por año. El año 2021 fue el más crítico, con un total de 208 concursos registrados.
Si bien en 2023 se observó una disminución a 147 concursos, un 25% menos respecto a los 196 del año anterior, los primeros meses de 2024 han presenciado un ligero repunte, con 34 concursos registrados hasta marzo, un 89% más en comparación con el mismo período de 2023, aunque aún por debajo de los 47 casos contabilizados en marzo de 2022.
Los expertos atribuyen esta situación a varios factores clave. En primer lugar, se destaca el impacto de la inflación y el aumento de los costos de producción, lo que ha ejercido una presión significativa sobre los márgenes de las empresas del sector.
Además, la volatilidad en los precios de las materias primas y la escasez de algunos insumos han generado disrupciones en las cadenas de suministro, dificultando la planificación y la gestión de inventarios.
Otro factor relevante es el cambio en los patrones de consumo y las preferencias de los consumidores. La creciente conciencia sobre la sostenibilidad y la responsabilidad social han impulsado una mayor demanda de productos éticos y respetuosos con el medio ambiente.
Esto ha obligado a las empresas a replantearse sus modelos de negocio y a invertir en prácticas más sostenibles, lo que a su vez ha incrementado los costos operativos.
En cuanto a los impagos, el sector textil ha exhibido históricamente un comportamiento más desfavorable en relación con la tendencia observada a nivel nacional.
No obstante, durante 2022, esta situación se invirtió temporalmente. Sin embargo, desde octubre de 2023, el sector ha retomado su patrón de desempeño por debajo del promedio nacional.