Las catástrofes que acarrea y seguirá conllevando el cambio climático es expresa responsabilidad del ser humano. Del mismo modo, esa misma responsabilidad humana exige ya un cambio hacia la energía renovable. La compañía Gana Energía, fomentando el uso de luz 100% renovable, construye un puente hacia la sostenibilidad a través de una promoción en tarifas de luz verde con las que pretenden conseguir que más gente consuma energía ecológica.
Salvar el mundo con un gesto
El medio ambiente ha sufrido un gran impacto negativo a causa de la contaminación que ha ido generando el ser humano a partir de la Revolución Industrial. Las terribles consecuencias de la negligencia humana para con la naturaleza se han traducido en algunas catástrofes, como el cambio climático, que han puesto en peligro el futuro biológico del mundo. Es, por tanto, responsabilidad de cada individuo, por nimio que sea el gesto, contribuir para salvar la naturaleza de nuestra destrucción.
Contra tal adversidad, sin embargo, las energías renovables, más que un plan lejano, parecen encontrar su inmediatez de aplicación en el presente. Una de sus utilidades se encuentra, precisamente, en uno de los recursos más solicitados: la electricidad. En este sentido, existe la oportunidad de conseguir luz de fuentes responsables con el medio ambiente. Coincidiendo con la cantidad de fechas señaladas en cuanto a cuidado del medio ambiente durante el mes de marzo, puedes encontrar más información sobre las tarifas de luz renovables con la promoción en la web de Gana Energía.
Dar el gran salto hacia la energía renovable, además de un ahorro a largo plazo, supone también un salvoconducto para el planeta. Las energías renovables hallan su capacidad en recursos naturales de fuentes aprovechables tales como la radiación solar, el agua o el viento. Un modo de emplear con empatía la sabiduría natural que la tierra ofrece y aplicarla para el beneficio de todos. Porque no sólo está en juego nuestra propia supervivencia, sino la de todo ecosistema que nos circunda y que hace del planeta el maravilloso lugar que es.
Marzo: El mes de la naturaleza
Es cierto que los días puntuales no deberían servir como una mera celebración de carácter pasajero. Al contrario, deberían servir como un catártico recordatorio de replanteamiento mediante el que promover el cambio. Un modo de añadir a la agenda un día concreto no por su homenaje a algo, sino por la importancia que tras ello radica. Es por dicho motivo que existen iniciativas como las de Gana Energía, cuyo propósito primordial es el de conseguir que más gente consuma energía 100% renovable.
En marzo se encuentran los días mundiales de la Vida Silvestre, la Ingeniería para el Desarrollo Sostenible, la Eficiencia Energética y, por supuesto, el Equinoccio de Primavera. Todo un abanico de celebraciones dedicadas a lo más puro que cualquier criatura viva posee: la vida. Y recalcando la necesidad de preservarla, des del 1 de marzo y con fin en el día 15, Gana Energía mantiene una promoción de 50€ de regalo para todos aquellos que se den de alta durante esos quince días. Tan sencillo como entrar en su página de tarifas y añadir el cupón ALTA50 en el momento de contratar una de las tarifas.
La pequeña y modesta contribución de cada uno puede convertirse en la anhelada semilla del cambio que retorne el mundo a su viva majestuosidad. Un gesto tan mundano como modificar la fuente de la electricidad es ya de por sí una gran proeza. Para realizar el salto, y si quieres tener más información sin compromiso sobre estas tarifas de luz verde, haz click aquí. Debemos al futuro una mejor atención y una mayor responsabilidad para evitar cosechar lo que hace tiempo hemos sembrado.
De las mariposas negras al cambio climático
La Revolución Industrial trajo al mundo la dualidad que caracteriza al ser humano. Por un lado, el poder de la maquinaria y el progreso; y por otro, sus consecuencias dañinas para con la salud medioambiental. Es conocido que sus primeros efectos se tradujeron en la metamorfosis cromática de las mariposas. En la Inglaterra poblada por el humo de las fábricas, las mariposas blancas, cuyo color las permitía camuflarse en los árboles de tronco pálido, debieron evolucionar en negritud. Tan sólo para mimetizarse mejor con un entorno de árboles tintados de hollín y suciedad.
Si bien antaño la contaminación era tan sólo un deje de nuestro mundo, las viejas advertencias sobre la hostilidad que se le acaece se han avivado en los últimos años. Las fuentes de energía empleadas hasta ahora han dejado demasiados residuos contaminantes. Únicamente la insistencia de los colectivos ecologistas, y de la gran labor del ingenio humano cuando trabaja para la vida, han conseguido dar con múltiples soluciones desafortunadamente desaprovechadas. Tanto por el obvio interés de las multinacionales, como a causa de nuestra propia pereza.
No obstante, son muchas las voces que se alzan a favor de la energía renovable, más que como opción, como una clara necesidad. En el mencionado caso de la luz eléctrica, una fuente que abarca infinidad de funciones diarias, casi llevadas a cabo sin pensarlo, escoger su proveniencia más responsable es casi un deber. El mundo precisa de la sinergia del cambio para sanar su creciente enfermedad, una dolencia que tiene cura porque es su mismo agente patógeno: nosotros.
Exprimir sin dañar: Las energías renovables
El mundo goza de la belleza y la utilidad de sus poderes telúricos cuyo servicio cíclico es el de asegurar su durabilidad. La rueda siempre gira y cada criatura y cada planta tiene su función en este espléndido espectáculo. El ser humano debiera ser el guardián de ese mundo. Y empleando energía completamente renovable, puede llegar a serlo. Tan sólo basta con exprimir los recursos que nuestro planeta brinda sin perjudicar su ciclo.
Por dicho motivo, compañías concienciadas con el medio ambiente como Gana Energía emplean sus esfuerzos en el traslado de la energía convencional a la renovable, de las fuentes perjudiciales a las sanas y seguras. El necesario cambio que requiere la cuenta atrás de la naturaleza que nuestra indiferencia ha propiciado. Porque la tierra no es sólo de quien la trabaja, es de quien la cuida.