Islandia, el país del fuego y del hielo. Una isla de extremos contrastes climáticos e históricos, con muchos hermosos y únicos paisajes de playas volcánicas, hielos eternos, géiseres y volcanes.
Todo enmarcado por historia y cultura antiguas derivadas de los pueblos vikingos de ayer. Este país isla está situado en pleno Atlántico Norte, lo que le garantiza eternas bajas temperaturas y enormes contrastes naturales.
Algo muy particular de Islandia es la playa volcánica de arenas negras; si bien también existen tales playas volcánicas en Hawaii, Grecia, Portugal, España y otros tantos países del mundo, las playas islandesas son totalmente salvajes y extremas.
Son playas donde la gente no va a nadar debido a su violento entorno y clima: Va a disfrutar ese paisaje, esa conexión última entre lo seguro y lo peligroso, entre la belleza de la vida y lo riesgoso. Entre lo frío y a veces cercano de la muerte.
La playa del vikingo
Reynisfjara es la playa más famosa de Islandia y su nombre significa “La Playa de Reynir”. Reynir, un vikingo noruego, fue el primer colonizador de esa área.
La playa está cerca de la aldea Vík, que queda al sur de la isla a 180 kilómetros de Reykjavík, la capital.
Hay dos razones para su fama mundial: la belleza única del paisaje y lo terriblemente peligrosa que es.
En esa parte de Islandia no solo se puede ir a esa playa, donde observamos grandes y estrepitosas olas estrellarse en la playa y formar un paisaje realmente espectacular.
También se visita Reynisfjall (La Montaña de Reynir), que tiene 340 metros de altura; la caverna marina de Hálsanefshellir y el risco Gardar.
En Reynisfjara se encuentran, igualmente, los famosos Reynisdrangar (Farallones de Reynis), tres enormes pilares de basalto de 66 metros de altura que formaron parte de Reynisfjall y se separaron de la montaña debido a la constante erosión de las olas, del mar y del viento.

Las olas siguen chocando contra ellos, por lo que estos pilares siguen cambiando de forma. Los Reynisdrangar tienen, igualmente, su historia basada en la mitología.
Se dice que son los restos de tres trolls marinos que trataban de llevar un barco a la costa y empezaron a hacerlo muy cercano al amanecer.
Por esta razón, el sol salió y los rayos de su luz los convirtieron en piedra. Ya sean trolls petrificados o columnas de roca, son una visión increíble y muy fotografiada, parte de ese paisaje espectacular.
Arenas de negra lava durmiente
Islandia es una isla formada por roca volcánica, mayoritariamente basalto (el basalto es el tipo de roca que se forma una vez que se enfría la lava), y alberga 130 volcanes activos.
La arena negra de Reynisfjara se formó como resultado de la lava hirviente que flotaba en el mar luego de la erupción del volcán Katla.
Este volcán ha hecho erupción varias veces durante los últimos mil años y ha estado inactivo por cerca de un siglo.
La playa es impactante debido al profundo color negro de la arena de origen volcánico, que se formó de la lava hirviendo que flotaba en el mar, hacia la costa.

La lava se enfrió y entró en estado sólido al tocar el agua helada. Una vez que tuvo contacto con el agua tan fría, las rocas resultantes se rompieron y se convirtieron en roca volcánica, que al final, debido al desgaste, se transformaron en los guijarros que forman la arena.
La característica principal de la arena negra de Reynisfjara es que nunca se seca ni se pone gris porque siempre está húmeda; esto se debe a que está ubicada en uno de los lugares más lluviosos de Islandia.
Es la humedad la que le da ese característico y profundo color negro, que se nota aún más en el invierno, cuando nieva en la playa y se puede observar el profundo contraste entre el blanco y el negro.
Belleza mortal
Tal como mencionamos antes, Reynisfjara es un lugar tan hermoso e impresionante como extremadamente peligroso.
Ha habido varios incidentes que han incluso terminado en tragedia porque los turistas no prestan atención ni obedecen las precauciones ni los avisos de seguridad.
Existen anuncios muy visibles a lo largo de la playa y sus sitios aledaños, divididos en zonas que tienen luces de colores diferentes, para indicar los niveles de riesgos a los turistas, e indicaciones detalladas sobre qué hacer y qué no hacer en Reynisfjara.
Dichas precauciones van desde nunca darle la espalda a la playa (mejor olvidarse de las selfies, por seguridad personal), mantenerse a un mínimo de 30 o 40 metros de distancia de la misma; no bañarse ni surfear en las aguas, no acercarse al borde de los riscos; no trepar las estructuras de basalto, no visitar la cueva cuando hay marea alta (dado que, en caso de inundación, las personas quedarían atrapadas en la misma).
Si se quiere visitarla, se aconseja revisar la cartelera de mareas de la ciudad de Vík, para conocer las horas de las mareas altas y bajas.

Olas, deslizamientos y mareas
La costa sureña de Islandia está justo frente al océano Atlántico, que tiene algunas de las olas más altas (se han registrado hasta de 40 metros) y fuertes del mundo.
Estas olas y las fortísimas corrientes marinas hacen muy peligroso el baño de mar en Reynisfjara, pero no son el único peligro en este aspecto.
Existen las olas durmientes. as sneaker waves, como se les conoce en inglés, son olas que vienen escondidas, o “dormidas”, entre las olas de menor tamaño y no tienen un patrón definido de orden, de alcance y duración.
Generalmente aparecen luego de períodos de unos diez a veinte minutos de olas pequeñas. Al acercarse a la costa en las olas pequeñas, se elevan muy rápidamente, sin notarse.
Las olas durmientes son muy fuertes, pueden romper rocas y arrastrar troncos que puedan estar en la playa.
También traen consigo mucha arena, grava y rocas partidas. Tienen un alcance de hasta 50 metros hacia adentro de la playa, por lo que en cuestión de segundos pueden arrastrar a alguien al mar y la persona ni se dará cuenta de qué le pasó, ni de cuándo.
Lo que es peor: una vez que está en el mar, atrapada en el agua helada, entre las olas pequeñas, las durmientes y las corrientes marinas, las posibilidades de rescate de esa persona son realmente mínimas. Incluso imposibles.
Reynisfjara no es una playa a la que se vaya a tomar el sol o a nadar. Su atractivo reside en la extrema belleza de sus paisajes.
Es un destino de viaje muy popular, a pesar de su peligrosidad (o quizás debido a ella). Debido a lo inusual del paisaje y a esa sensación de otro mundo que tiene el lugar, la playa es igualmente una locación muy codiciada por los directores de cine y televisión internacionales: allí se han grabado series, como “Juego de Tronos” y “Vikings”, y filmado películas como “Noé”, “Rogue One”, “Cráter” y “Star Trek En la Oscuridad”.