En medio de la creciente preocupación por el brote de cólera en Somalia, el país africano ha recibido un importante refuerzo: 1,4 millones de dosis de vacuna oral contra esta enfermedad, con un valor estimado de 2,5 millones de dólares estadounidenses, proporcionadas por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
Estas vacunas serán distribuidas estratégicamente en cinco distritos considerados críticos en todo el país, en un esfuerzo coordinado para contener la propagación de la enfermedad. Desde enero, el cólera ha infectado a 4.388 personas y ha cobrado la vida de 54, alarmantemente, dos tercios de estas víctimas eran niños, según informó UNICEF en un comunicado emitido desde Mogadiscio, la capital de Somalia, el sábado pasado.
“Junto con las vacunas y los suministros, UNICEF y sus socios están intensificando las mejoras en los servicios de agua, saneamiento e higiene en las zonas afectadas y sensibilizando a las comunidades sobre la prevención”, expresó la agencia de la ONU.
Este aumento repentino de casos de cólera se atribuye, en gran medida, a las devastadoras inundaciones ocasionadas por El Niño a finales de 2023. Estas inundaciones dejaron un saldo de al menos 118 personas fallecidas y 1,2 millones de desplazados, generando condiciones propicias para la propagación de enfermedades como el cólera.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reporta que el número de casos de cólera en Somalia en este año es tres veces mayor que el promedio registrado en el mismo período de los últimos tres años. UNICEF especificó que se destinarán 700.000 dosis al distrito de Bossaso, en el estado de Puntlandia, donde la tasa de letalidad es particularmente alta, y los otros distritos afectados son Daynile, Mahady, Buurhakaba y Balcad.
Además de las vacunas, la agencia de la ONU está distribuyendo 40 kits de tratamiento contra el cólera para atender aproximadamente a 4.000 personas. Cada kit incluye medicamentos y equipos esenciales para el tratamiento de esta enfermedad.
La transmisión del cólera en Somalia ha sido ininterrumpida desde 2016, alimentada por la falta de acceso a agua potable y saneamiento adecuado, movimientos de población dentro y fuera del país, y niveles persistentemente altos de desnutrición.
Con la próxima temporada de lluvias en el horizonte, existe el temor de que Somalia pueda enfrentar un nuevo aumento en los casos de cólera. Ante esta situación, las autoridades sanitarias y sus colaboradores han intensificado los preparativos y la respuesta, siguiendo un plan de acción de seis meses con un costo de 5,9 millones de dólares.
