En un avance prometedor en el campo de la inmunología y la tecnología de vacunas, un equipo de investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) ha logrado desarrollar un nuevo tipo de nanopartícula capaz de mejorar significativamente la eficacia de las vacunas.
Investigadores del MIT desarrollaron nanopartículas organometálicas (MOF) capaces de mejorar la eficacia de las vacunas.
Según se informa en un estudio publicado en ‘Science Advances’ y MIT, estas estructuras organometálicas (MOF) pueden encapsular y administrar con éxito componentes clave de patógenos, como la proteína de pico del SARS-CoV-2, al tiempo que activan el sistema inmunológico innato, la primera línea de defensa del cuerpo contra cualquier invasor.
Las nanopartículas ZIF-8 encapsulan antígenos virales y activan el sistema inmunológico innato como adyuvantes.
En los experimentos realizados con ratones, los científicos demostraron que las nanopartículas MOF conocidas como ZIF-8, compuestas por una red de unidades tetraédricas formada por un ion zinc unido a cuatro moléculas de imidazol, no solo lograban entregar de manera controlada la proteína viral a las células, sino que también actuaban como un potente adyuvante una vez que se descomponían dentro de ellas. Este proceso desencadena la activación de los receptores tipo Toll (TLR), desatando una respuesta inmune innata más intensa y la producción de citoquinas y moléculas inflamatorias clave.
«Pudimos lograr respuestas muy específicas a la proteína Covid, y con un efecto de ahorro de dosis en comparación con el uso de la proteína sola para vacunar»,
Afirmó Ana Jaklenec, investigadora principal del Instituto Koch para la Investigación Integrativa del Cáncer del MIT y una de las autoras principales del estudio.
Los hallazgos de este trabajo revelan un enfoque novedoso para el desarrollo de vacunas subunitarias, las cuales son generalmente más fáciles y económicas de fabricar que las vacunas de ARNm, lo que podría facilitar su distribución a nivel mundial.
Sin embargo, los investigadores reconocen que se necesita más trabajo para evaluar la seguridad de las partículas y su potencial de ampliación para la fabricación a gran escala.
«No sólo estamos entregando la proteína de una manera más controlada a través de una nanopartícula, sino que la estructura composicional de esta partícula también actúa como adyuvante», explicó Jaklenec.
«Comprender cómo el vehículo de administración de fármacos puede mejorar una respuesta inmune adyuvante es algo que podría ser muy útil en el diseño de nuevas vacunas».