Cultura

Pinturas famosas del Renacimiento: características y artistas de las 18 principales pinturas del Renacimiento (imágenes)

Es sabido que la pintura renacentista se originó dentro de una etapa histórica desarrollada con fuerza en Europa, con especial énfasis en Italia, España y Francia, apegada a una corriente artística que se orientó a estudiar y reinterpretar la Antigüedad clásica grecolatina. Las pinturas del Renacimiento tuvieron gran impacto en su momento, aspecto que se ha mantenido hasta el día de hoy, gracias a la historia del arte y a la valoración que la comunidad artística ha brindado a los artistas del Renacimiento y sus obras, las cuales se conservan en los más prestigiosos museos del mundo. ¿Quieres conocer cuáles son las obras más representativas del Renacimiento? Aquí encontrarás la respuesta indicada, pues dedicaremos este artículo a detallar los aspectos más interesantes de 18 pinturas famosas del Renacimiento.

Arte renacentista:
Características, artistas y principales obras renacentistas (pintura, arquitectura…)

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El nacimiento de Venus – Sandro Botticelli

Una de las principales características de la pintura renacentista fue la de retomar el gusto por el arte producido en la Antigüedad clásica con la incorporación de la perspectiva antropocéntrica, como bien se puede apreciar en esta obra de arte producida entre 1482 y 1485 por Botticelli, uno de los artistas renacentistas más renombrados de la primera etapa de esta época artística, denominada Quattrocento.

Encargada al artista por la poderosa familia florentina Médici, se trata de una de las obras más importantes del Renacimiento, ya que, además de representar magníficamente el mito del nacimiento de la diosa romana del amor, Venus, también muestra lo que sería el primer desnudo realizado en la historia del arte. Se ha presentado como una de las imágenes del Humanismo más populares de dicha época artística, ya que la deidad, desde la mirada del artista, se muestra de una forma más humana.

Hoy el cuadro se encuentra exhibido en la galería Uffizi de Florencia.

(Uffizi, Public Domain, vía Wikimedia Commons / Recorte, mejora de tono y resolución de la original).

La última cena – Leonardo da Vinci

Leonardo da Vinci es, para muchos, uno de los artistas más famosos del Renacimiento y de la historia universal. Y es que su talento ha quedado demostrado en algunas obras representativas del Renacimiento temprano, por lo que no es de extrañar que su famosísima pintura La última cena, que retrata el último encuentro de Jesús con sus apóstoles, sea una de las imágenes renacentistas con más referencias dentro de la cultura popular.

Este mural al temple de temática religiosa fue realizado por da Vinci entre 1495 y 1495 para formar parte de la decoración del convento de Santa María de la Gracia, ubicado en Milán, conformando, a su vez, un tríptico de escenas pictóricas vinculadas a algunas narraciones bíblicas que reseñan los instantes de la postrimería del hijo de Dios.

(Santa Maria delle Grazie, Public Domain, vía Wikimedia Commons / Recorte, mejora de tono y resolución de la original).

Madonna Sixtina – Rafael Sanzio

Rafael fue otro de los célebres autores de pinturas del siglo XVI, dentro del llamado Cinquecento o Alto Renacimiento. El artista originario de Urbino dedicó gran parte de trabajo a la elaboración de pinturas cristianas, como por ejemplo, esta pieza, una de las obras destacadas del Renacimiento, concebida entre 1513 y 1514 como parte del ornamento artístico de la tumba del papa Julio II.

Uno de los detalles más famosos de esta pintura son los ángeles que se encuentran en la parte interior del cuadro, observando a la virgen María con el niño en brazos. Dichos querubines han sido ampliamente replicados dentro del arte pop.

(Gemäldegalerie Alte Meister, Public Domain, vía Wikimedia Commons / Recorte, mejora de tono y resolución de la original).

La anunciación – Fra Angélico

Otra de las obras de arte del Renacimiento dedicadas al tema religioso es este hermoso cuadro elaborado en 1426 por Guido di Prietro, que no solo fue un consumado pintor del Quattrocento, sino que también asumió el rol de fraile dominico, papel que le permitió participar activamente en la decoración de diferentes conventos y templos, así como también la producción de retablos y tablas sagradas.

La escena bíblica que narra el momento en el que la virgen María es visitada por el arcángel Gabriel, encargado de anunciar que será madre de Jesús, es representada en este hermoso retablo que formaba parte del patrimonio del convento dominico de Fiesole y que, actualmente, se encuentra preservado en el Museo del Prado de Madrid.

(basilica of St. Mark, Public Domain, vía Wikimedia Commons / Recorte, mejora de tono y resolución de la original).

Venus de Urbino – Tiziano

Este es uno de los cuadros del Renacimiento que mayor impacto ha causado en las artistas de posteriores generaciones, sobre todo aquellos que realizaron obras dedicadas a la representación de la diosa Venus, quienes tomaron algunas referencias de esta pintura, la primera en la que el artista veneciano toma como tema principal la figura de la deidad romana.

Fue elaborado en 1538 como un encargo hecho a Tiziano por el hijo del duque de Urbino y, a diferencia de otros cuadros con Venus como protagonista, en éste se muestra a una mujer que se aleja de la divinidad para mostrarse como una figura real cargada de erotismo, por lo que, de esta manera, la obra marcaba distancia del característico idealismo renacentista. De hecho, muchos afirman que, en realidad, la mujer retratada es la esposa del comitente del cuadro.

Hoy se encuentra en la Galería Uffizi de Florencia.

(Uffizi, Public Domain, vía Wikimedia Commons / Recorte, mejora de tono y resolución de la original).

Retrato de cardenal – Rafael Sanzio

Es uno de los retratos renacentistas más renombrados de dicha época artística, pintado por Rafael en vísperas del papado de Julio II, en 1510, cuando el sumo pontífice autorizó al artista a retratar a uno de los cardenales de ese entonces. Aunque se trate de uno de los retratos del Renacimiento más representativos dentro de la obra del artista italiano, lo cierto es que, hasta el día de hoy, se desconoce quién es el protagonista del cuadro.

(Museo del Prado, Public Domain, vía Wikimedia Commons / Recorte, mejora de tono y resolución de la original).

Dante y la Divina Comedia – Domenico Di Michelino

En el marco de la conmemoración del bicentenario del natalicio del poeta Dante Alighieri, autor de la célebre Divina Comedia, para 1465, Di Michelino quiso recordar a este afamado escritor por medio de esta pintura, una obra que, además de tomar elementos provenientes de la publicación más famosa de Dante, también incorpora paisajes del Renacimiento como la Florencia de ese entonces, simbolizada por la icónica cúpula de la Catedral de Santa María del Fiore, recinto donde, precisamente, se encuentra esta bella obra pictórica.

(Florence Cathedral, Public Domain, vía Wikimedia Commons / Recorte, mejora de tono y resolución de la original).

La Transfiguración – Giovanni Bellini

En este selecto grupo de principales obras del Renacimiento no podía faltar esta pintura del artista veneciano Giovanni Bellini, elaborada en 1480 para representar el episodio bíblico donde se revela la naturaleza divina de Jesucristo ante tres de sus discípulos. Hoy forma parte de la colección del Museo de Capodimonte de Nápoles.

(Galleria Nazionale di Capodimonte, Public Domain, vía Wikimedia Commons / Recorte, mejora de tono y resolución de la original).

El expolio – El Greco

La difusión del Renacimiento se hizo presente en gran parte de Europa, y como muestra de ello, presentamos esta pintura, una de las más relevantes entre las obras del Renacimiento español, realizada por El Greco entre 1577 y 1579 para decorar la sacristía de la catedral de Toledo, donde aún se conserva. De hecho, fue gracias a la fama obtenida a partir de este cuadro que el pintor de origen griego decidió establecerse en la localidad española.

Aunque se trate de un cuadro religioso, El Greco quiso representar a Jesús como un hombre víctima de las pasiones humanas, basado en el episodio evangélico que relata el momento en el que Cristo es despojado de su vestimenta.

(Toledo Cathedral, Public Domain, vía Wikimedia Commons / Recorte, mejora de tono y resolución de la original).

Frescos de la Capilla Sixtina – Miguel Ángel

En esta ocasión, no se trata solo de un cuadro, sino de un conjunto de imágenes del Renacimiento que Miguel Ángel Buonarroti dispuso en la bóveda de la Capilla Sixtina, uno de los recintos más importantes del catolicismo. La decoración del techo recayó en el artista toscano que, por medio de un encargo realizado por el papa Julio II, se dio a la tarea de crear estos frescos entre 1508 y 1512 para sustituir la antigua pintura azul con estrellas doradas que se encontraba en la bóveda.

El resultado final fue la realización de más de trescientas figuras que representan a personajes que protagonizaron algunos de los acontecimientos más importantes narrados en la Biblia, como puede verse en La creación de Adán, uno de las escenas pictóricas más populares de este conjunto artístico, que no tardó en convertirse en el principal referente del arte occidental.

La creación de Adán, uno de los famosos frescos de Miguel Ángel. (Michelangelo, Public Domain, vía Wikimedia Commons / Recorte, mejora de tono y resolución de la original).

La asunción de la Virgen – Tiziano

Entre las pinturas de Italia más famosas se encuentra este retablo elaborado por Tiziano en 1518 para retratar el instante en el que la virgen María asciende al cielo al ser llevada por Dios. La obra se encuentra en su lugar original, la basílica de Santa María dei Frari y, aunque en el momento de ser presentada públicamente generó controversia por cuestionarse la calidad estética de la pieza, no tardó mucho en ayudar en catapultar la fama de Tiziano dentro de la comunidad veneciana.

(Santa Maria Gloriosa dei Frari, Public Domain, vía Wikimedia Commons / Recorte, mejora de tono y resolución de la original).

Alegoría de la primavera – Sandro Botticelli

Es una pintura al temple sobre tabla realizada entre 1477 y 1482 por Botticelli, encargado por Lorenzo di Pierfrancesco de Médici para decorar la Villa di Castello, una de los inmuebles de la célebre familia florentina. En ella se representa un rito pagano que celebra la llegada de la primavera de acuerdo con las fábulas mitológicas y, como dato curioso, la diosa Flora del cuadro es, en realidad, el retrato de una hermosa mujer llamada Simonetta Vespucci, musa tanto de Botticelli como de otros artistas renacentistas.

Actualmente, esta bella obra se encuentra en la Galería Uffizi de Florencia, junto a muchas otras pinturas famosas del Renacimiento.

(Uffizi, Public Domain, vía Wikimedia Commons / Recorte, mejora de tono y resolución de la original).

El dux Leonardo Loredan – Giovanni Bellini

Como pintor al servicio de la República de Venecia, Bellini recibió constantemente encargos de poderosos personajes de la vida social, política y económica de la región. En esta oportunidad, demostró sus dotes como retratista al elaborar, entre 1501 y 1504, este óleo al temple que conforma el retrato oficial del dux o máximo dirigente de la Venecia de ese entonces, Leonardo Loredan.

Lo fascinante de esta pintura es el realismo y la expresividad presentes en el rostro del dux, al igual que los detalles y ornamentos de su traje de ceremonia. Por otra parte, llama la atención que Bellini, siguiendo el estilo de las estatuas romanas, hizo este retrato como si se tratara de un busto. Actualmente, la pieza se expone en la Galería Nacional de Londres.

(National Gallery, Public Domain, vía Wikimedia Commons / Recorte, mejora de tono y resolución de la original).

Flora – Tiziano

Las fotos del Renacimiento italiano comúnmente muestran personajes provenientes de la mitología grecolatina, como es el caso de esta pintura que data de 1515, donde se representa a la diosa de la vegetación y de la primavera. La trascendencia de este cuadro puede verse en las múltiples reproducciones artísticas que tuvo durante el siglo XVI, mediante el grabado y el aguafuerte en algunas partes de Europa, especialmente en Viena y Bruselas.

La obra, de estilo manierista, hoy conforma la extensa colección artística de la Galería Uffizi.

(Uffizi, Public Domain, vía Wikimedia Commons / Recorte, mejora de tono y resolución de la original).

El Juicio Final – Miguel Ángel

Otra de las pinturas renacentistas que conforman el conjunto artístico de la Capilla Sixtina es este fresco al temple elaborado por Miguel Ángel en 1536 en la pared del altar de dicho templo, veinticinco años después de haber realizado la majestuosa decoración de la bóveda del templo. Una vez más, Buonarroti desplegó todo su talento para concebir esta imponente obra de más de doce metros de altura y compuesta por, aproximadamente, cuatrocientas figuras, sustituyendo así a una antigua obra que se encontraba adornando el altar de la capilla.

El tema principal del cuadro es el Juicio Universal, como se contempla en la Biblia, representado extraordinariamente por Miguel Ángel en la división de esta obra, con escenas separadas en distintas alturas.

(Sistine Chapel, Public Domain, vía Wikimedia Commons / Recorte, mejora de tono y resolución de la original).

Hombre de Vitruvio – Leonardo da Vinci

Como parte de la producción artística de esta majestuosa época, algunos dibujos del Renacimiento fueron recurrentes no solo dentro de los bocetos de obras arquitectónicas, escultóricas y pictóricas, sino que también era un apoyo necesario para la documentación de estudios científicos, recordando que, en ese contexto, los artistas también desarrollaban carrera en el estudio de la anatomía humana.

Tal es el caso del Hombre de Vitruvio, quizás el más famoso de los dibujos renacentistas, realizado en 1490 por da Vinci para ilustrar las anotaciones hechas en uno de sus diarios, dedicada al estudio del cuerpo humano. Cabe destacar que la obra toma el nombre del arquitecto romano Vitruvio, quien previamente había dado aportes a la anatomía vinculándolos con sus conocimientos arquitectónicos y matemáticos.

Dicho redescubrimiento científico fue uno de los más grandes logros del Renacimiento, lo que hizo consolidar la fama de Leonardo como personaje polifacético de ese contexto. El dibujo se conserva en la Galería de la Academia de Venecia.

(Paris Orlando, CC BY-SA 4.0, vía Wikimedia Commons / Recorte, mejora de tono y resolución de la original).

La Escuela de Atenas – Rafael Sanzio

Entre 1508 y 1524, el afamado pintor Rafael, junto a algunos colaboradores y discípulos, fueron designados para decorar cuatro habitaciones del segundo piso del Palacio Apostólico, situado en la Ciudad del Vaticano. Hoy conocidos como Las estancias de Rafael, estos espacios fueron hermosamente decorados con un conjunto de frescos que son todo un espectáculo visual para el público.

Específicamente, La Escuela de Atenas fue un fresco elaborado entre 1510 y 1512 como parte de la decoración de la Stanza della Segnatura (Estancia del Sello) para representar la filosofía, como parte de otras pinturas que simbolizaban las distintas ramas del conocimiento. Por tanto, Rafael toma algunos de los representantes del ámbito filosófico griego para congregarlos en una sola escena, ambientada en una arquitectura que bien recuerda la de la Antigüedad clásica.

Como dato curioso, algunos de los más destacados artistas renacentistas fueron incorporados al cuadro para representar a algunos prominentes filósofos, como por ejemplo, da Vinci personifica a Platón, Miguel Ángel a Heráclito y Bramante a Euclides.

(Rafael Sanzio, Public Domain, vía Wikimedia Commons / Recorte, mejora de tono y resolución de la original).

La mona Lisa – Leonardo da Vinci

Cerramos este listado de pinturas del Renacimiento con broche de oro, ya que no se podía excluir a la que, para muchos, es la obra pictórica más famosa y valorada de toda la historia. Pintada en 1503, también es conocida como La Gioconda, ya que se ha determinado que la modelo de la obra fue Lisa Gherardini, esposa del comerciante florentino Francisco del Giocondo; siendo retratada sentada frente a un paisaje, mostrando una mirada y una sonrisa que puede desconcertar o cautivar al todo aquel espectador que tenga oportunidad de admirar esta pintura en el Louvre, museo parisino que hoy en día alberga esta representativa pintura renacentista.

(Louvre Museum, Public Domain, vía Wikimedia Commons / Recorte, mejora de tono y resolución de la original).

Hoy en día, las pinturas famosas del Renacimiento forman parte del patrimonio artístico que Europa ha legado al mundo; por tanto, son algunas de las obras más apreciadas y valoradas por expertos y el público amante del arte. Y es que las pinturas del Renacimiento son la manifestación de una época histórica donde el ámbito artístico no solo evolucionó a nivel estético, sino que comenzó a ser símbolo del poder social y económico que ostentaron poderosas familias que, precisamente, auspiciaron la producción de cuadros renacentistas, encargándolos a pintores que, posteriormente, se convertirían en el grupo de consagrados artistas que, aún en la actualidad, siguen siendo todo un referente en la pintura universal.

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