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Cómo desarrollar la inteligencia financiera para una mejor toma de decisiones y bienestar para tus finanzas

La educación financiera puede ser algo que suena bastante atractivo, especialmente para aquellos que están buscando la oportunidad de tener la posibilidad de manejar y administrar capital de manera totalmente independiente. Si bien es importante señalar que la inteligencia financiera no es un proceso necesariamente fácil de implementar dentro de nuestra vida, lo más importante con respecto al mundo de las finanzas es nunca perder de vista los beneficios a largo plazo y estar consientes del peso real de cada decisión que se toma.

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¿En qué consiste la inteligencia financiera?

A pesar de lo que la cultura popular quiere hacernos creer, la inteligencia financiera no es un sistema para crear nuevos ricos. De hecho, si somos honestos al respecto, esta idea es algo que va totalmente en contra a la propia definición de inteligencia y en cómo este principio de la naturaleza humana influye sobre un área tan impredecible como es el mundo de las finanzas.

Para empezar lo primero que hay que aclarar qué es inteligencia financiera y de qué forma los principios de esta teoría pueden llegar a materializarse en nuestra vida cotidiana, hace falta señalar que la finalidad de la educación financiera es brindar la posibilidad de acceder a un sistema el cual permita hacer un uso eficiente de los recursos que se posee.

Este suele ser uno de los puntos centrales de la mayoría de los libros de educación financiera y sitios web especializados en economía y autogestión de ingresos. Así que la idea de la inteligencia financiera como una herramienta para hacerse rico queda completamente descartada.

La inteligencia financiera y la mayoría de los cursos sobre educación financiera disponibles en la actualidad, se presentan a sí mismos como escuelas introductorias especializadas en el área de las finanzas. Una especialidad que tiene un enorme peso sobre la vida de las personas, pero que tristemente el sistema educativo tradicional no aborda de manera adecuada.

Generalmente, este tipo de cursos sobre inteligencia financiera se centran en la promoción de una aptitud financiera mucho más realista. Y el primer paso para realmente adquirir las habilidades de finanzas necesarias para poder hacer un uso más responsable y eficiente de los recursos que se poseen, es con un replanteamiento completo de lo que significa el dinero y cómo el mismo se relaciona con el propio significado de inteligencia.

Lo valioso de una buena educación financiera

Es más que obvio que todo lo relacionado con qué es la investigación financiera puede resultar algo bastante complejo de procesar, sobre todo para una persona que no cuenta con una buena educación financiera. Sin embargo, jamás es tarde empezar a conocer más sobre la inteligencia financiera y en qué manera esto influye sobre el proceso necesario para adquirir inteligencia, sobre cómo percibir, administrar y utilizar los recursos financieros.

Una gran ventaja de la mayoría de los cursos sobre educación financiera, es que los mismos están enfocados más hacia lo que es la inteligencia financiera dentro de la vida cotidiana. Esto resulta algo bastante conveniente para todas las partes involucradas.

No es exagerado afirmar que el uso eficiente de los recursos puede generar un cambio importante dentro de nuestro estilo de vida, una vez se tiene una buena base teórica sobre qué son las finanzas y cómo se desarrolla la inteligencia financiera a través de los recursos que poseemos actualmente.

Si bien es relevante señalar que la palabra inversión es algo que está profundamente ligado a la educación financiera, no tiene nada que ver con el concepto que la mayoría de las personas dominan. En inteligencia financiera la inversión no es un sinónimo de sacrificio y moderación, sino oportunidades a futuro cuando realmente se hace un análisis preciso de los recursos que se poseen y cómo sacarles el mayor provecho dentro de nuestra situación actual. 

Principios fundamentales de la inteligencia financiera

Algo que siempre hay que tener muy presente cuando se habla de desarrollo de la inteligencia financiera, es que se trata de un sistema ajustado a las condiciones de cada individuo y no de una estructura teórica diseñada para obtener resultados fijos. En otras palabras, la educación financiera es encarga de brindar conceptos y principios teóricos necesarios para que las personas empiecen a tener una idea más concreta de qué hacer para desarrollar su inteligencia financiera.

Si nuestro objetivo consiste en tener una percepción exacta de en qué consiste y cómo es el proceso para el desarrollo de la inteligencia financiera, irremediablemente hará falta definir inteligencia. Puesto en palabras sencillas, la inteligencia no es más que una condición que le brinda al ser humano la posibilidad de solucionar problemas específicos a través de un análisis racional y minucioso de la situación planteada.

Trasladando ese concepto al mundo de la educación financiera, la inteligencia con respecto al uso de los recursos disponibles parte del propio conocimiento de la situación actual y de cómo el dinero que produce la persona puede ser administrado de manera tal que la persona sea capaz de brindar una solución eficiente a sus problemas financieros a través de sus propios ingresos; sin que dicha inversión simbolice para la persona un sacrificio más grande en términos de productividad.

Ya en este punto, empiezan a salir a la luz la relación que existe entre la inteligencia emocional y financiera. Considerando esto, encontramos que la educación financiera como especialidad dentro del mundo de la administración de recursos está definida por algunos basamentos teóricos y estratégicos que contribuyen a estimular el desarrollo de la inteligencia para la resolución de problemas relacionados con las finanzas.

Administración de recursos

La base de toda la literatura que existe con respecto a la inteligencia financiera, es la administración eficiente de los recursos que dispone un individuo para solventar sus necesidades económicas. De este principio se desprenden todas las terminologías que existen dentro del mundo de las finanzas.

Planificación

Una buena planificar es de gran ayuda para que las personas se sientan mucho más confiadas a la hora de tener que tomar decisiones. Y la toma de decisiones, es una acción que está presente en todo lo relacionado con la inteligencia financiera como herramienta de administración.

Replanteamiento del dinero

Con frecuencia, en la mayoría de los ejemplos de inteligencia financiera, se hace mucho énfasis en que la mayoría de los problemas y dificultades económicas que pasan las personas, es una consecuencia de la propia percepción que ellos tienen con respecto al dinero y la manera en que este elemento influye sobre la inteligencia financiera.

La inversión a futuro

Si bien es importante señalar que la finalidad de la educación financiera es la de mostrar a los interesados un panorama lo más realista posible en cuanto al uso e inversión con los recursos financieros, el propio replanteamiento de los conceptos y elementos del mundo financiero hace que los propios estudiantes se sientan más motivados a querer buscar formas de hacer rendir su capital a través de la inversión. Pero, teniendo en consideración los principios esenciales de la inteligencia financiera como herramienta para administrar y hacer uso de los recursos disponibles.

Desarrollo de un sistema

Parte de la eficiencia y popularidad que ha adquirido la educación financiera dentro de los medios tradicionales y electrónicos, se desprende en gran parte al hecho de que la inteligencia financiera se basa en el desarrollo de un sistema. Es decir, un conjunto de procedimientos y protocolos que pueden ser adaptados a la situación actual del individuo que lo implementa.

Los beneficios de la educación financiera

Muchos son los estudios han corroborado a través de datos los beneficios estratégicos y administrativos de incrementar inteligencia financiera; a través de procedimientos y principios teóricos que permitan replantear la manera en que cada individuo administra sus recursos.

Algo que siempre debemos tener en cuenta con respecto al planteamiento teórico-práctico de la inteligencia financiera, es que lo importante no es la cantidad de capital con la que se cuente. Si no, de la forma en la manera en que la persona hace uso del mismo para dar una solución a una situación específica.

De aquí se desprende el hecho en que muchos de los expertos en educación financiera, insistan en que la clave para estimular la inteligencia financiera de un individuo es hacer que el mismo haga un replanteamiento total de lo que son los elementos que forman parte de la economía y la manera en que se relaciona. Particularmente, muchos de los hábitos para aumentar la inteligencia se concentran en la parte de cómo la persona percibe al dinero y de qué forma esto influye sobre sus decisiones.

Inevitablemente, la independencia y libertad financiera del individuo es la finalidad de cualquier programa de educación financiera. Y esto puede verse muy bien reflejado en cada uno de los beneficios asociados a la inteligencia financiera, que entre los principales podemos mencionar:

Valor real del dinero

Uno de los puntos críticos de todo lo relacionado con la inteligencia financiera como herramienta para el uso eficiente de los recursos, se basa en la percepción de lo que simboliza el dinero desde un punto de vista financiero y cuál es el valor real del capital desde un punto de vista más amplio.

Planificación a futuro

En lo que se refiere a cómo se adquiere la inteligencia, jamás hay que olvidar que cuando se habla planificación financiera se habla de un sistema a largo plazo. Por esto es que cuando se trata de educación financiera, lo primero que se plantea dentro del sistema son los beneficios reales a largo plazo de cada decisión que se tome.

Usar los recursos más sabiamente

Desde el punto de vista estratégico, los recursos financieros con los que cuenta una persona representan los pilares de la inteligencia financiera. Elementos como el capital inicial, los gastos y los ingresos mensuales de la persona representan una buena base para que la persona empiece a construir un sistema adaptado a sus necesidades, tomando en consideración los principios teóricos de la educación financiera.

Aprender a usar las herramientas financieras

La mayoría de las personas están consientes de que muchas entidades financieras ofrecen servicios y herramientas a disposición de sus clientes que representan un gran apoyo en todo lo que se refiere a uso y administración del capital. La buena educación financiera se centra en ayudar a las personas a familiarizarse con las mismas y aprender cómo sacarle mayor provecho a si situación económica actual.

Comprensión más profunda de las necesidades

Como ocurre con todo lo relacionado con la resolución de problemas a través de los planteamientos lógicos y estudio racional de las situaciones, la inteligencia financiera es un tema muy personal. Pues aunque los individuos pueden tener necesidades muy similares, la función de los sistemas financieros es desarrollar procedimientos que le permitan al individuo solventar sus problemas; a través de los recursos que el mismo está en capacidad de producir.

Eliminar el miedo a invertir

Para muchos, inversión es sinónimo de un gasto de capital considerable para adquirir algún tipo de beneficio económico procedente de las actividades que son financiadas con ese dinero. Sin embargo, uno de los principales objetivos de la educación financiera actual consiste en educar al público con respecto a qué es realmente una inversión y de qué forma la misma puede contribuir a la revalorización del capital de la persona.

¿Cómo desarrollar mi inteligencia financiera?

En una sociedad con una tendencia hacia el consumo, es cada vez más frecuente que muchas personas se muestren más dispuestas a actualizar sus conocimientos a través de la educación financiera y aprender cómo se puede adquirir la inteligencia financiera necesaria para hacer un uso más responsable de nuestro dinero.

Como hemos señalado en repetidas ocasiones dentro de este artículo, la inteligencia financiera es un trabajo que requiere de tiempo y experiencia para ser dominada. Sin embargo, y gracias a la cantidad de información disponible sobre educación financiera que existen en la actualidad, cada vez resulta mucho más rentable para las personas empezar a tomar medidas que contribuyan a cambiar su percepción con respecto al dinero y para lo que sirve.

Si bien hay que dejar muy en claro que la inteligencia financiera es un proceso que requiere de mucho compromiso y seriedad por parte de la persona, realmente aprender a usar los recursos no es algo tan complicado. Particularmente, porque se trata de un tema en donde la información que necesitamos para desarrollar un sistema la tenemos a la mano; lo único que faltaría es aprender a interpretarla.

Cada vez se vuelve más frecuente que muchos institutos y cursos sobre educación financiera, estén diseñados para ajustar el contenido a las personas de clase media. Ya que, el estilo de vida de estos individuos hace que el uso eficiente de sus ingresos se convierta en una duda constante dentro de sus vidas.

Algo que resulta bastante provechoso con respecto a la educación financiera, es que el internet se ha convertido en una gran fuente de información de libre acceso, repleta de muchos tips de inteligencia financiera e incluso ejemplos de sistemas financieros ajustados al nivel de ingreso de una persona de clase trabajadora. Lo importante es saber dónde buscar la información y tener la disponibilidad para aprender sobre el tema.

Desde un punto de vista práctico, existen algunos hábitos financieros que pueden ser fácilmente integrados dentro de nuestro día a día que al mismo tiempo sirven como un excelente estímulo para desarrollar nuestra inteligencia financiera. Entre estas prácticas encontramos:  

Consultar a los expertos

Si hay algo que existe hoy en día con respecto a técnicas y modelos para estimular la independencia financiera son libros y portales webs. Este tipo de literatura ha ganado mucha notoriedad dentro de los medios de comunicación, principalmente por el lenguaje tan accesible que utilizan los autores para transmitir la información al consultante.

Estudiar los planes de financiamiento

Adquirir una buena educación financiera no tiene por qué representar un gasto para la persona que está interesada en hacer un mejor uso de su poder adquisitivo. De hecho, parte del servicio que ofrecen la mayoría de las instituciones financieras en la actualidad incluyen asesoría y facilitar toda la información que los clientes soliciten; el secreto está en saber formular las preguntas adecuadas con respecto al sistema que implementa el banco y los beneficios atribuidos a quienes desean invertir dinero.

Crear un plan de ahorro autogestionado

Un buen modo de estimular de forma positiva nuestra inteligencia financiera, es con un plan de ahorros autogestionado. Con este tipo de herramientas no solo nos brinda la oportunidad de experimentar la ventaja de ahorrar; también, brinda la posibilidad al individuo de tener una idea más globalizada de qué son sus ingresos y de qué forma puede sacarles mayor provecho.

Jerarquizar los gastos

Otro excelente ejercicio para desarrollar nuestra inteligencia financiera es la jerarquización de gastos. Si bien los gastos representan algo inevitable dentro de nuestro día a día, estudiar los beneficios reales que aportan cada uno de ellos es clave para ir descubriendo hacia donde deseamos proyectarnos financieramente.

Darle un propósito al dinero ahorrado

Probablemente, uno de los conceptos más difíciles de dominar en la educación financiera actual es el concepto de ahorro. Es importante descartar por completo la idea de que el ahorro es un sacrificio, y la mejor forma de hacerlo es destinar una función al capital que no se gasta al momento a través de la inversión a largo plazo.

Analizar los pros y contras de cada inversión

Inteligencia financiera es un proceso que involucra el estudio de posibilidades y la toma constante de decisiones. Por este motivo, es que muchos expertos señalan que la clave para una educación financiera de calidad consiste en trabajar en el dominio de las emociones para estimular un análisis más racional y objetivo de las oportunidades.

En un mundo tan exigente y cambiante como en el que vivimos, la clave para solventar eficientemente cada uno de los problemas asociados a nuestro día a día es el conocimiento, y no hay mejor prueba de ello que la educación financiera. La inteligencia financiera es mucho más que solamente ahorrar dinero, se trata más de aprender a reconocer con qué contamos, desde el punto de vista económico, y de qué forma sacarle el máximo provecho a través de un sistema que se ajuste a nuestras necesidades y objetivos a futuro.

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