Cultura

La III Guerra Mundial en negro sobre blanco

El último en acercarse a esta terrible conjetura ha sido Ken Follet, a sus 71 años ha publicado “Nunca” (2021), un thriller apocalíptico –su mejor novela si hacemos caso de su autocrítica- en el que China, el norte de África y los Estados Unidos adoptan un papel protagonista.

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Follet (Gales, 1949) se inspiró en el comienzo de la Primera Guerra Mundial, la última derivada de una derrota de la diplomacia internacional, en donde todos los líderes políticos estaban convencidos que no se produciría y de hacerlo no duraría más de dos semanas. ¡Se prolongó durante cuatro largos años!

Los dos personajes claves de la trama de Follet son la presidenta republicana de Estados Unidos y el presidente chino, ambos bienintencionados pero rodeados de halcones y personas tóxicas.

Carteros y muyahidines

Gordon Krantz, un exsoldado deambula sin rumbo por un devastado Oregón (Estados Unidos) a comienzos del siglo XXI. Su único objetivo es sobrevivir en el escenario ruinoso y postapocalíptico desencadenado tras la Tercera Guerra Mundial. Krantz encuentra casualmente el cadáver de un cartero de correos y decide suplantar su identidad para transmitir esperanzas a las comunidades amenazadas por los señores de la guerra. Así comienza “El cartero” (1985) de David Brin.

Tan solo un año después de su aparición en las librerías, Tom Clancy publicó “Tormenta roja”. En este caso la paz internacional se desmorona cuando un grupo de muyahidines comete un atentado en una refinería de la Unión Soviética para cortar el suministro de petróleo. Ante la falta de energía el buró político decide apoderarse a la fuerza del petróleo del Golfo Pérsico, iniciando con ello una guerra de dimensiones planetarias. La acción transcurre en 1986.

El primer paso del Politburó es hacer creer a la opinión pública que la República Federal Alemana ha atacado a la Unión Soviética y la segunda es invadir Europa como respuesta. ¿Alguna semejanza con el tablero geopolítico actual? Y es que a veces la realidad supera la ficción.

Y también contra los zombis

En el año 2006 Max Brooks publicó “Guerra Mundial Z”. Un colapso global en donde el enemigo a abatir no son ni los rusos ni los americanos, son los zombis. A pesar de todo, se trata de un thriller con resonancia políticas, ya que se analiza cuál es la reacción de los diferentes gobiernos frente al conflicto. Además, la historia está contada desde la perspectiva de aquellos que sobrevivieron al horror de la guerra.

Entre China y Estados Unidos

La acción nos lleva al año 2034. Un caza F-35 estadounidense desaparece del radar en el estrecho de Ormuz, al mismo tiempo una flota de tres destructores de Estados Unidos descubre un extraño armatoste tecnológico en el mar del Sur de China. Ellos todavía no lo saben pero acaba de comenzar la III Guerra Mundial.

Probablemente lo más inquietante de esta historia es que su autor sea Jim Stavridis, un militar con más de tres décadas de experiencia y antiguo Comandante Supremo Aliado en Europa de la OTAN. Su título: “2034: una novela sobre la próxima guerra mundial”.

En este póker de distopías apocalípticas se combina la novela histórica, con el colapso hipotético y el thriller político, un mosaico que difícilmente defrauda a los lectores más exigentes del género.

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