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Las tradiciones nupciales más excéntricas del mundo

Los ritos de la cultura dicen muchísimo de las sociedades que los ejercen, ya que contemplan los momentos considerados más importantes en la vida de una persona: por lo general se trata del nacimiento, de ciertos cumpleaños, la boda y, por último, del funeral.

Sin embargo, a la hora de comparar tradiciones nupciales, nos encontramos algunas particularmente extrañas, excéntricas o incluso divertidas si se las mira desde otra cultura, y aquí hemos compilado un resumen:

Las tradiciones nupciales más extravagantes

Las bodas africanas y orientales

Las parejas casamenteras de Malasia, para empezar, se prohíben ir al baño tres días antes de la boda como parte de un ritual de purificación. Comen lo mínimo indispensable y son cuidados arduamente por sus familiares, para garantizar el cumplimiento de este rito protector.

Similarmente, en Mauritania y otros países africanos, la novia debe cumplir con una dieta previa muy estricta, pero no de adelgazamiento sino de engorde: la abundancia se refleja en dichas culturas a través de la generosidad de carnes de las mujeres, de modo que su gordura le garantiza la bienvenida de la familia de su novio y la aceptación erótica de su futuro marido.

También en África, en las Islas Comoras, una de las tradiciones nupciales es que el novio se prepare para el gran día a través de una práctica específica de la generosidad: repartiendo arroz, carne y hasta dinero entre los que serán sus invitados, como una muestra de agradecimiento previo que luego, por la magia de las nupcias, se le transmutará en buena salud.

Las bodas occidentales

Las tradiciones europeas no son menos extrañas. En ciertos pueblos de Francia se acostumbra a enterrar una botella de licor en nombre del novio, como una metáfora del fin de su vida de soltero y de las permisividades que, con el matrimonio, se le terminan.

En España, además, se tiene la creencia de que una lluvia muy intensa el día de la boda augura mal futuro a la pareja, y por eso cuando ocurre se le hacen ofrendas a las monjas Clarisas para que intercedan por la suerte del matrimonio.

Las novias estadounidenses tenían la tradición de saltar una escoba antes de aceptar ante el párroco. Esta tradición, conocida como jumping the broom (saltar la escoba), simboliza el paso de la mujer desde la casa paterna al nuevo hogar que constituye. Nada que ver con el vuelo de las brujas, por cierto.

Los griegos, siempre extravagantes, preparan gigantescos banquetes para festejar sus bodas. Y en el momento de celebrar la unión, rompen platos o copas contra el suelo para augurar felicidad y bienestares a la pareja. También se dice que los novios deben llenar sus bolsillos de azúcar para endulzar el destino juntos.

Al estilo de las despedidas de soltero de la televisión, los escoceses secuestran a los novios la noche previa al gran día, para sumergirlos cruelmente en una sustancia asquerosa compuesta con restos rancios de comida y después lo pasean por el pueblo para que sirva de anuncio pestilente al casamiento. A esta tradición la conocen como Blackening the bride (algo así como la profanación de la novia).

Los padres de los novios en Polonia, por último, les ofrecen obsequios para recordarles lo que necesitarán para ser felices juntos: pan para que nunca les falte sustento, sal para que no les falle la templanza y vodka para que no falle el buen humor.

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