Cultura

Contrastes del Barroco: guerras, enemistades y niños castrados generan arte en estado puro

Aunque  existen discusiones sobre los límites temporales de los periodos de la Historia, cuyo principio está marcado por la invención de la escritura, se considera que ésta se compone de cuatro grandes etapas: Antigua, Media, Moderna y Contemporánea.

A pesar de sus evidentes diferencias, tanto el Renacimiento, como el Barroco, así como una parte del Siglo de las Luces, se ubican dentro la Modernidad que, de acuerdo a consenso, terminaría en el año 1789, teniendo como punto de finalización el inicio de la Revolución Francesa.

El Barroco se expande por Europa y América

El Barroco transcurre en el periodo de tiempo comprendido entre los inicios del siglo XVII y mediados del siglo XVIII. Comienza en Italia y luego se expande por toda Europa, llegando más tarde a América, donde sus diferentes expresiones se fusionan con las diversas culturas indígenas de este continente.

Mapa de Europa con la llegada del Barroco (vivirarte)

Según los estudiosos de la materia, el término barroco puede provenir de tres posibles orígenes:

  1. La palabra italiana parruca, que significa “peluca”, en alusión a estas cabelleras postizas, llenas de rizos, que usaron los nobles desde finales del siglo XVII.
  2. Del portugués, en el que barroco significa “perla irregular”.
  3. Del apellido Barrozi, quien fue un reconocido arquitecto de la época.

El Barroco sucede al Renacimiento, que fue la vuelta al espíritu clásico grecorromano, después del largo trecho histórico de la Edad Media caracterizado porque todas las manifestaciones intelectuales y artísticas se centraban en la religión.  

Se entiende que el Barroco, entre otros aspectos, es un intento de retorno a la espiritualidad, en contraposición a la ciencia y frialdad del Renacimiento, que promovió la búsqueda del conocimiento en fuentes diferentes a la Biblia.

Pero dicen que, sobre todo, el Barroco fue producto de la pugna entre la Iglesia católica y la Iglesia luterana o protestante, lo cual dio lugar a la Guerra de los Treinta Años.

Dos Iglesias en guerra por culpa de un hombre

El centro de los acontecimientos fue el Sacro Imperio Romano Germánico, cuya fundación se remontaba a la época medieval y estaba formado por los actuales países: Alemania, Austria, Suiza, Liechtenstein, Bélgica, Checoslovaquia, Eslovenia y parte de Francia, Italia y Polonia.

El poder del Sacro Imperio Romano Germánico era ejercido por el emperador de turno, que siempre fue de eminente tradición católica y obediente al Papa. El origen de la disputa se remonta a Martin Lutero (1483-1546), sacerdote agustino de nacionalidad alemana que se había separado, en el año 1517, del catolicismo.  

Martin Lutero (Lucas Cranach el Viejo, 1529)

Lutero argumentaba que la Iglesia católica ya no seguía los principios cristianos originales de espiritualidad y amor al prójimo, muy por el contrario, defendía los intereses de la nobleza y comerciaba con las indulgencias.

Este atrevido personaje que osa levantar su voz ante un poder incuestionable es un humanista y fiel representante del Renacimiento, pero, por sus avanzadas ideas, es perseguido y excomulgado por el Papa.

A partir de su execración Lutero se convierte en el líder de la Iglesia luterana o protestante, la cual comienza a aglutinar gran cantidad de adeptos en el Sacro Imperio Romano Germánico. Este movimiento se conoce como la Reforma.

Se suceden múltiples enfrentamientos entre católicos y protestantes. Aunque, en cierto momento, el emperador Carlos V (Carlos I de España) permite las iglesias luteranas en el Sacro Imperio Romano Germánico. Luego llega Fernando II de Habsburgo que las prohíbe totalmente.

Como consecuencia, se desencadena la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), que finalmente es ganada por los católicos, defensores de la Contrarreforma, mientras que los protestantes huyen hacia otros reinos.

A continuación, la Iglesia católica se adueña de todas las expresiones artísticas, que proceden a aglutinarse alrededor de ella, al mismo tiempo que comienza a manejar los hilos de todas las ideas de la época.

La nobleza, seguidora del catolicismo, así como la propia Iglesia, contratan a filósofos, arquitectos, pintores, escritores y músicos, que pasan a ser parte de sus sirvientes aunque, por supuesto, hay una gran cantidad de pensadores y artistas que se oponen.

¿Cómo pensaban los hombres del Barroco?

“Cualquier instante de esta vida humana es un nuevo argumento que me advierte cuán frágil es, cuán mísera y cuán vana”. -Francisco de Quevedo.

Ilustración de Calderón, Lope de Vega, Quevedo y Cervantes

Los escritores del Barroco universal más destacados pertenecen al llamado Siglo de Oro Español, que se inicia en el Renacimiento, abarcando los siglos XVI y XVII.

De los anteriores, destacan como los mayores representantes Miguel de Cervantes (1547-1616),  Luis de Góngora (1561-1627) y Francisco de Quevedo (1580-1645). Los dos últimos considerados como los más fieles exponentes de la literatura barroca.

Miguel de Cervantes Saavedra

Cervantes, el gran genio, es el autor de la obra El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha (1605). El Quijote es el libro más leído del mundo después de la Biblia, se convierte en la primera novela de la época Moderna, a la cual trascendió ya que sigue igual de vigente en nuestros días.

A través de sus personajes, Don Quijote y Sancho Panza, Cervantes pone de relieve las contradicciones en cuanto a las diferentes formas de mirar el mundo, lo cual se considera una importante característica de los contrastes del Barroco.

Luis de Góngora

Por su parte, Góngora se distinguió por su ingeniosa elaboración de juegos de palabras y originales exageraciones de la realidad, típicas de la literatura barroca, y fue un poeta que sirvió de inspiración a muchísimos poetas de los siglos posteriores.

Góngora, quien se vio implicado en un gran escándalo a partir de uno de sus poemas, considerado escabroso para la época por ser tildado de tener un tinte homosexual, fue imitado por varios autores; asunto que le valió su enemistad con algunos, como por ejemplo con Quevedo.

Francisco de Quevedo y Villegas

Quevedo no era precisamente un dechado de perfección física, ya que sufría de una gran miopía y cojera de ambos pies desde su nacimiento. Fue también un poeta muy famoso y escribía tanto sobre la condición perecedera inherente al ser humano, como sobre las situaciones sarcásticas de la vida.

En relación a la filosofía, el dilema fundamental del Barroco versaba sobre el que ha siempre ha existido entre los dos clásicos opuestos: el materialismo y el idealismo, aunque nunca tan radicalmente enfrentados. 

Los materialistas conciben al hombre como una gran maquinaria de la cual el cerebro es apenas una parte. Todo es materia compuesta de partículas y fuera de ella no hay más nada. Por lo tanto, los objetos viven por sí mismos, independientemente del sujeto.

Los idealistas, mientras tanto, opinan que existe un ente inmaterial que es la mente y los objetos no pueden existir si no hay una conciencia previa acerca de los mismos. Mediante el intelecto, y a través de la reflexión, el ser humano es capaz de obtener todo el conocimiento sobre el mundo e incluso acerca de Dios.

René Descartes

Destaca en el periodo del Barroco el filósofo francés René Descartes (1596-1650), considerado el precursor de la Modernidad y cuyos planteamientos estuvieron vigentes por varios siglos posteriores a su muerte.

Retrato de René Descartes (Frans Hals)

Lleno de contradicciones, Descartes se preguntaba por las tres grandes cuestiones que han llenado de tratados filosóficos a la historia: el mundo, el hombre y Dios. Pero sus enfoques se distinguieron por la gran originalidad con que fueron propuestos.

Descartes, el filósofo más importante de la época Moderna, era escéptico por naturaleza y dudaba de todo, incluso de estar vivo. Decía que los sentidos podían engañarnos porque frecuentemente percibimos cosas que no son, y tampoco creía en el razonamiento puesto que éste suele perderse por caminos equivocados.

Para Descartes todo era incierto y ambiguo, hasta que un día se dio cuenta de que estaba dudando, y de ello no había duda, por lo tanto estaba pensando. De ahí surgió su famosa frase:

“Pienso, luego existo”

Isaac Newton

También existieron grandes científicos durante este periodo, entre ellos, el más destacado y, según muchos, el más relevante de toda la historia de la ciencia: el gran físico y matemático Isaac Newton (1642-1727), descubridor de la Ley de Gravedad, que también hizo importantes aportes sobre las cualidades de la luz.

Sir Isaac Newton

Newton, aparte de ser un disciplinado investigador que se basaba en los principios científicos, tenía otras facetas que hacen de él un personaje sumamente interesante: practicaba la alquimia, con todo el rigor en cuanto a las purificaciones y ayunos que ello implicaba.

Se dice que una de las mayores crisis de depresión, y consecuente ataque de paranoia que sufrió Newton, se debió al envenenamiento con mercurio: elemento fundamental para transmutar los metales.

La vida en el Barroco: teatro o sueño

“Todo el mundo es una escena sobre la cual hombres y mujeres son pequeños actores que vienen y van…” -William Shakespeare.

El teatro es, por excelencia, la expresión más característica del Barroco. En este periodo nace el teatro moderno en cuanto a sus decorados y elementos característicos tales como el telón, la iluminación y los efectos.

William Shakespeare

El gran monstruo de este arte fue, y ha seguido siendo hasta nuestros días, William Shakespeare. Sin embargo, algunas malas lenguas atribuyeron sus obras al filósofo Francis Bacon (1561-1626), también de nacionalidad inglesa.

Ilustración de William Shakespeare

Los detractores de Shakespeare alegaban que un simple actor de teatro no podía poseer el bagaje cultural que reflejaban las puestas en escena cuyo prestigio aumentaba cada vez más. 

Famosas son muchas de las obras de Shakespeare, siendo la primera que logró gran aceptación la llamada Enrique VI, que presentó en tres partes entre los años 1590 y 1591.

Posteriormente, en el año de 1595, se suceden otros tres grandes éxitos: El rey Ricardo II, Sueño de una noche de verano y el drama de amor más apasionado de todos los tiempos: la tragedia de Romeo y Julieta.

Pero la cúspide de su carrera artística sucede en la llamada “época triste” de Shakespeare con: Otelo, el moro de Venecia (1604), así como El rey Lear y La tragedia de Macbeth en el año 1605, en las que, respectivamente, trata el temas de los celos, la ingratitud y la ambición política.

Calderón de la Barca

Otro notable dramaturgo del Barroco es Calderón de la Barca (1600-1681), perteneciente también al Siglo de Oro español. Se le reconoce como creador de las metáforas más originales y fue autor tanto de comedias como de tragedias donde los personajes son consumidos por sus desbordantes pasiones.

“¿Qué es la vida? Un frenesí ¿Qué es la vida? 
Una ilusión, una sombra, una ficción”. – Calderón de la Barca

La obra más conocida de Calderón de la Barca es La vida es sueño, que está escrita en verso y se refiere a la confrontación entre la capacidad de decisión que tiene el hombre y su destino, así como en qué se diferencia la realidad y el sueño, cuya línea divisoria es sumamente delgada para el autor.

Calderón de la Barca

Arte barroco: grandiosidad y arrebato

El arte Barroco se expresa como una reacción plástica contraria al orden, la serenidad, la simetría, las líneas rectas, la estabilidad  y la elegancia del estilo clásico anterior.

Por el contrario, predominan las líneas curvas, lo fastuoso y el uso de columnas retorcidas en la arquitectura y lo voluptuoso, la exhibición de pasiones y escenas fuertes de arrebatos, tanto místicos como mundanos, en la pintura y la escultura. Resaltan las fachadas recargadas con muchas decoraciones, el uso de cornisas y ventanas en bóveda, así como los espacios de inmensas dimensiones.

Gian Lorenzo Bernini

Destaca en esta disciplina el napolitano Gian Lorenzo Bernini (1598-1680), quien también fue escultor y pintor. Sus obras más importantes, a quien se considera el sucesor del renacentista Miguel Ángel (1475-1564), son la basílica de San Pedro del Vaticano, que diseñó junto a otros arquitectos, y la Plaza de San Pedro.

La pintura del Barroco se caracteriza por el dramatismo, que se apoya en el uso de los tonos claroscuros, aunque, en algunos casos, se observa una  gran profusión de colores. En general, se dice que, durante este periodo, triunfa la luz sobre la línea, así como los sentimientos sobre la objetividad.

Michelangelo Merisi da Caravaggio

El italiano Michelángelo da Caravaggio (1571-1610), junto a Pedro Pablo Rubens (1577-1640) quien nació en el Sacro Imperio Romano Germánico, son considerados los máximos representantes de la pintura barroca.

El primero de estos dos famosos pintores fue fuertemente cuestionado por su carácter belicoso y por usar modelos de las clases bajas tales como mendigos y prostitutas, mientras que el segundo practicaba la religión protestante y tuvo que huir de Alemania.

Igualmente, en la escultura predominan las escenas dramáticas y el mármol y la madera son los materiales más utilizados. El ya mencionado arquitecto Gian Lorenzo Bernini (1592-1680) es también el exponente más destacado de la escultura Barroca.

La sonoridad del Barroco

La música jugó un rol transcendental en el Barroco. De hecho, se dice que este periodo comienza con la primera ópera y termina con la muerte del insigne músico Johann Sebastian Bach (1685-1750), quien fue oriundo del Sacro Imperio Romano Germánico y profesaba la religión protestante.

Es característico de la música barroca el uso continuado del bajo, principalmente a cargo de instrumentos como el violonchelo y el fagot, así como el fuerte contraste entre los tonos extremos (altos y bajos).

Igualmente, existen ciertos instrumentos musicales típicos de esta época, como el clavecín, que constaba de teclado y cuerdas, y del que Bach fue un gran maestro, además de su genial dominio del violín y el órgano.

Los castrati

De lo más peculiar del Barroco son los llamados castrato (castrati en plural): jóvenes con dotes vocales especiales a los que se le extirpaban los testículos antes de que cambiaran el tono de su voz.

Los castrati hacían las voces femeninas en los coros eclesiásticos, ya que a las mujeres no se les permitía participar. El más famoso de todos ellos es Carlo Broshi (1705-1782), mejor conocido como Farinelli.

Otro extraordinario exponente de la música barroca fue el italiano compositor, violinista y sacerdote católico Antonio Vivaldi (1678-1741), apodado el “cura rojo” en alusión a sus características pelirrojas.

La obra  más famosa de Vivaldi es la llamada Las cuatro estaciones, que maravilla porque, a través de ella, es posible escuchar todos los sonidos propios de la naturaleza en cada una de las cuatro estaciones del año.

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