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¿Aún no conoces la clave del bienestar?

El bienestar se define como el sentido de plenitud, sentirse bien con uno mismo, sentirse satisfecho con uno mismo, sentirse conforme con uno mismo o sentirse contento con la vida que nos ha tocado vivir. Es un estado de satisfacción personal, de comodidad y de confort.

El bienestar, en muchos casos, es utilizado como sinónimo de felicidad. No obstante, ambos conceptos son diferentes.

La felicidad es definida como “la emoción que se produce en un ser vivo cuando cree haber alcanzado una meta deseada”.

Ahora bien, los momentos de felicidad muchas veces se presentan de forma esporádica, mientras que el bienestar puede significar un estado permanente del ser humano que sabe cómo y cuándo utilizar su mente.

La clave del bienestar

El hecho de vivir siendo plenamente consciente del momento presente, sin pensar en el pasado (que genera depresión) o pensando en el futuro (que ocasiona angustia), es la clave del bienestar en la vida.

Muchas veces ese bienestar se consigue a través de la meditación (usando el silencio y la soledad) o a través del amor (haciendo uso de la conversación y en compañía de otra persona).

Cada persona debería cultivar la vida interior a través de la meditación o el amor, con el propósito de lograr el bienestar, el cual es un estado del ser, mucho más duradero que la felicidad.

Los beneficios y los peligros de la mente

Eckhart Tolle en su libro “El Poder del Ahora” expresa que la mente humana es una herramienta muy valiosa que debe saber utilizarse. De hecho, pocas personas saben cómo y cuándo “apagar” su mente, dado que la mayoría se encuentran identificadas instintivamente con sus pensamientos, sin saber cómo detenerlos.

Eckhart Tolle

En este sentido, la identificación del individuo con su mente hace que la mayor parte de sus pensamientos se vuelvan compulsivos y que el ser humano no pueda liberarse de su mente a voluntad. De hecho, no dejar de pensar es una calamidad, pero el ser humano no se da cuenta de ello y lo considera normal.

No se trata de no utilizar la mente, sino más bien de no ser utilizado por ella.

Pensar compulsivamente se ha vuelto una enfermedad, generando desequilibrio. Sin embargo, la mente es una herramienta maravillosa si se usa adecuadamente, de lo contrario, se vuelve muy destructiva.

El pensamiento compulsivo en muchos casos puede ser obsesivo dando lugar a las rumiaciones.

Las rumiaciones no son más que pensamientos negativos reiterados que no dejan de rondar por la mente del individuo, generando negatividad, preocupación, angustia, frustración e infelicidad.

Vale decir que vivir en el presente le permite al individuo lograr de atención plena y libre de pensamientos. El foco de atención de la persona enteramente consciente es siempre el ahora.

En este sentido, la característica principal del bienestar mental del ser humano es su capacidad para vivir el presente, plenamente y sin pensar en estar en otra parte.

Los psiquiatras han demostrado que las rumiaciones están ligadas a enfermedades mentales y psicosomáticas e incluso a dolencias del sistema inmunitario, afectando de esta manera la salud del individuo.

Foto: Freepik

En circunstancias vitales complejas, el ser humano es más proclive a las rumiaciones mentales, enganchándose a los pensamientos repetidos.

Padecer de rumiaciones resulta en un perjudicial círculo vicioso, ya que, al permitir que los pensamientos se apoderen de uno mismo, nos convertimos en un autómatas, a diferencia del individuo que sabe cómo y cuándo utilizar su mente para razonar y reflexionar.

Por ello, la mente es una herramienta inapreciable que debe utilizarse equilibradamente. Lo anterior, solo se logra viviendo en el presente. Es ese el elíxir de la vida.

Detenerse en el presente

En suma, la necesidad de aprender a vivir en el presente es una tarea impostergable de todo ser humano que ansíe sentirse satisfecho con su vida y esto únicamente puede lograrse con una mente que adquiera el hábito de detenerse o, en su defecto, dejar ir los pensamientos negativos y concentrar su atención en las emociones positivas.

El resultado directo de una mente compulsiva es la infelicidad, generando caos y destrucción a su alrededor. Por el contrario, la consecuencia directa de una mente equilibrada -que sabe cómo y cuándo detenerse- es el bienestar que, muchas veces, conduce a la felicidad.

Aprender a vivir en el presente es lo más importante que puede ocurrirle a cualquier ser humano. Ser consciente del momento presente le otorga al individuo la grandiosa posibilidad de disfrutar plenamente de todo lo que le rodea y que, en numerosas ocasiones, da por sentado.

En conclusión, la capacidad de entrenar la mente para que adquiera el hábito de vivir en el presente (aquí y ahora) es una aspiración de todo ser humano que busca una vida con altos niveles de bienestar y felicidad.

“El momento presente es el único tiempo sobre el que tenemos algún dominio” – Thích Nhất Hạnh.

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