Ciencia & Tecnología

La epigenética y la capacidad de activar y desactivar determinados genes

Siempre ha existido la duda sobre qué influye más en una persona, si sus genes o el entorno en el que se desarrolla.

La epigenética descubre actualmente que el ambiente que nos rodea y nuestro estilo de vida tiene una gran capacidad para cambiar la expresión de nuestros genes, beneficiando o perjudicando nuestra salud.

Los expertos aseguran que existe una relación directa entre las modificaciones epigenéticas y multitud de enfermedades, como la obesidad, el cáncer, las dolencias cardiacas, la diabetes y el autismo.

El cáncer, por ejemplo, solo es hereditario en aproximadamente un 10% de los casos, el resto se debe al estilo de vida y a la alimentación.

Epigenética: apagando y encendiendo genes

Más de cien mil genes componen nuestro genoma, una herencia de nuestros padres que es única e inamovible, son los que deciden el color de nuestros ojos, nuestra altura, si somos diestros o zurdos.

Pero de todos esos genes, hay una parte que están silenciados y pueden permanecer en ese estado toda nuestra vida, pero también pueden, de repente, cobrar protagonismo.

Los cambios epigenéticos pueden ocurrir en cualquier momento de la vida, pero son más probables en el embarazo, la infancia y la adolescencia.

La herencia genética nos hace más propensos a desarrollar una enfermedad que ya padecieron nuestros padres, ya que está inscrita en nuestro genoma. Sin embargo, la epigenética ha descubierto que esos genes, que nos dan una predisposición a una dolencia determinada, pueden “apagarse” con la dieta y el estilo de vida.

Asimismo, hay que aclarar que, a veces, se califica de enfermedad hereditaria lo que no es más que la herencia de unas costumbres determinadas.

Es decir, familias que tienen una alimentación inadecuada, con gran cantidad de bollería, alimentos ultraprocesados y refrescos, es probable que tengan problemas de obesidad y de diabetes, pero nada tendrán que ver con la herencia genética y sí con unos malos hábitos de alimentación que se van perpetuando en el tiempo.

Por otra parte, un cambio epigenético positivo es el que se puede dar en un niño que hereda genéticamente la agresividad de sus progenitores, pero que, al ser criado en un ambiente donde prima la comprensión y el afecto, y recibiendo una alimentación adecuada, se consigue que esos genes negativos queden apagados.

Qué puede causar cambios epigenéticos

Pueden haber distintas causas que produzcan cambios epigenéticos, positivos o negativos, y la dieta está entre las más importantes.

Modificaciones epigenéticas positivas

  • El ejercicio físico provoca cambios epigenéticos que nos protegen de las enfermedades.
  • El brócoli contiene unas sustancias que se encargan de activar determinados genes que disminuyen el riesgo de que se produzcan tumores.
  • Los ácidos grasos omega 3 y 6 producen en las neuronas del cerebro cambios epigenéticos que reducen la probabilidad de padecer la enfermedad de Alzheimer, y al mismo tiempo mejoran la capacidad de aprendizaje y la memoria.

Modificaciones epigenéticas negativas

  • El exceso de alcohol y la nicotina producen cambios epigenéticos negativos.
  • La carencia de vitaminas del grupo B, incluyendo la colina y el ácido fólico, en las mujeres embarazadas se relaciona con cambios epigenéticos que pueden provocar dolencias cardiacas y obesidad en sus hijos.
  • El consumo continuo de alimentos ultraprocesados y de bollería provoca en los niños cambios epigenéticos que afectan a los genes que regulan el apetito, el funcionamiento de las grasas en el organismo y la producción de insulina, lo que hace que de adultos tengan más posibilidades de padecer diabetes tipo 2 y exceso de peso.
  • El Bisfenol A, una sustancia que se puede encontrar desde en botellas de plástico, hasta en latas de conserva y chupetes, también está relacionado con cambios epigenéticos.

La epigenética nos enseña que podemos hacer mucho por nuestra salud. Todas las personas tenemos una cantidad de genes denominados defectuosos y que nos predisponen a sufrir diferentes enfermedades, como la diabetes o el cáncer.

Sin embargo, actualmente sabemos que el estilo de vida y la dieta son sumamente importantes para que esos genes permanezcan inactivos o despierten.


Beatriz Moragues. Enamorada de los libros, la historia, la naturaleza, los animales y de todo aquello que me haga aprender. Escribir es mi pasión y el aire que respiro. Administro varios blogs de temática diversa y soy miembro de Divulgadores de la Historia. Fui colaboradora de las revistas El Mundo del Gato, hasta que desapareció en papel, y de El Mundo del Perro. Mi primer libro: «Blas, historia de un perro adulto adoptado». Web | Blogger

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