La irrupción del COVID 19 y la paralización casi de la actividad mundial ha visto cómo muchos sectores se han visto afectados, como el del automóvil, respetando la actualidad, con las pérdidas de ventas y que han tenido como consecuencia el anuncio del cierre de la planta de Nissan en Barcelona.
En este contexto de incertidumbre, también la actividad de los puertos se ha visto un poco ralentizada, pero ha jugado un papel esencial en el abastecimiento de determinados productos. En este sentido, José Luis Almazán Palomino, socio y presidente de la compañía Oceans Infraestructures y vicepresidente ejecutivo de PIPE, Plataforma de Inversores en Puertos Españoles, destaca el papel que juegan los puertos como puntos de conexión.
El transporte, ya sea de personas o de mercancías, siempre ha sido sinónimo de progreso en la sociedad. Basta pensar en lo que supuso la llegada del ferrocarril o, por ejemplo, el desarrollo que presentan determinadas ciudades con tres de alta velocidad y la movilidad de las personas.
También en el panorama marítimo es un símbolo de progreso. Ocean Infraestructures Management (OIM) está especializada fundamentalmente en este ámbito y ofrece servicios de consultoría, asesoría e inversión en infraestructuras.
Málaga, ejemplo de crecimiento de turismo de cruceros y comercial
Uno de los últimos trabajos que ha visto la luz y ha sido durante estos meses en los que la vida en los puertos ha experimentado grandes cambios, ha sido la adjudicación para poder realizar las obras de la dársena de megayates en los muelles 1 y 2 del Puerto de Málaga a IGY (Island Global Yachting) y Ocean Capital Partners, participada por OIM.
José Luis Almazán señalaba en una nota de prensa lanzada el pasado 29 de mayo en cuanto se pudo comunicar esta adjudicación que “el muelle 1 del Puerto de Málaga pasará a ser referencia de la náutica deportiva de alto standing en el Mediterráneo, alineada con las principales marinas de megayates de Nueva York, Miami y el Caribe”.
Esto supone un gran salto para la ciudad de Málaga que ha visto cómo en los últimos años, su puerto se ha convertido en uno de los más transitados de España y el Mediterráneo por el ya famoso turismo de cruceros y que se proyectaba a nivel mundial.
En este sentido, Málaga ya es el segundo puerto de España con mayor movilidad de pasajeros, generando casi 1.500 millones de euros en un impacto directo y se acerca a los 4.300 de forma indirecta total.
Para este año, las estimaciones de crecimiento en enero estaban en un 5 % y, si bien no se contaba con el desarrollo de la pandemia y la afectación del turismo, Málaga seguirá su curso una vez todo esto pase y la Consejería trabaja para activar todos los protocolos posibles para fomentar un turismo seguro.
Igualmente, Jose Luis Almazán trabaja con sus compañías y en la vicepresidencia de PIPE para fomentar proyectos e iniciativas que mejoren la competitividad de los puertos españoles, en todas sus áreas, tanto de mercancías y comercio como de turismo marítimo.
