Muchos de los runners se han enfrentado alguna vez a lesiones que surgen tras correr. Suelen aparecer principalmente en los miembros inferiores o en la zona lumbar, y pueden resultar muy dolorosos. Pero quienes disfrutan de esta actividad física, buscan la forma de continuar practicando tarde o temprano.
De hecho, correr es uno de los ejercicios que más ha crecido en popularidad en los últimos años. Se trata de una actividad que puede realizarse con cotidianidad y que ofrece múltiples beneficios, algunos de ellos asociados con la longevidad y con una mejora en la calidad de vida.
Tipos de lesiones
La aparición de lesiones es muy común en corredores. Las más frecuentes son causadas por un abuso de la actividad cuando no se cuenta con la capacidad o la resistencia del tejido. También pueden aparecer por un impacto constante sobre las articulaciones.
Por otro lado, existen las llamadas lesiones agudas, pero no suelen ser muy frecuentes. Dentro de esta categoría entran las lesiones musculares, esguinces, ampollas o algún otro tipo de herida similar.
Aunque no se conoce con certeza cuáles son los factores que promueven la aparición de estas lesiones, se especula que está relacionado con el calzado, la superficie sobre la que se corre o la alimentación. Sin embargo, también puede estar asociado con aspectos físicos del deportista, como su masa de índice corporal, desequilibrios musculares, falta de flexibilidad o incluso fatiga acumulada.
¿Es posible prevenir las lesiones?
Sí, existen hábitos que pueden implementarse de forma preventiva. Lo principal es contar con el tipo de calzado adecuado. Si no se cuentan con zapatillas especiales para correr, se pueden generar lesiones tan solo con la pisada.
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Por otro lado, se recomienda planificar los entrenamientos. Al hacerlo, se debe tener en mente que los entrenamientos son progresivos, para que no se genere una presión exesiva sobre el corredor. Tampoco debe detenerse de forma brusca la práctica de actividad física. Antes de hacer esta planificación, se aconseja tomar una prueba de esfuerzo para descartar la presencia de patologías que puedan poner en riesgo la salud o el bienestar físico de la persona.
Es importante estar conscientes de que para correr se debe cumplir de forma previa con algunas cualidades físicas. Entre ellas, la fuerza y la flexibilidad. De no contar con un estado óptimo, se deben trabajar esas cualidades de forma progresiva. De esta forma, el estado físico se ira adaptando y la musculatura se preparará de forma natural para la actividad. Por último, se deben tomar ciertas consideraciones. Como que el peso propio sea adecuado y que no exista el riesgo de que genere daños a las articulaciones. De no ser así, se recomienda contactar a un nutricionista que ayude a conseguir el peso óptimo antes de iniciarse en el running.
